Hoy se publicó en el diario elPeriódico un alarmante artículo sobre el número de suicidios por año. Da la impresión que no se hace nada al respecto.
Dos suicidios diarios durante 2007
Por Luis Ángel Sas (29 ene 08)
El 15 de noviembre de 2006 fue el día en que se alzó la voz por una mejor salud mental para los guatemaltecos. Pero, para esto tuvieron que perderse dos vidas. La de una madre y su pequeña hija. La mujer de 34 años decidió lanzarse del puente El Incienso, zona 7, con su hija de dos años en los brazos. Pero las peticiones quedaron en eso, y ese año terminó con 564 casos similares de suicidio. Peor aún, en 2007 se registraron 734 casos, es decir un 30 por ciento más que en 2006, lo que da un promedio de dos suicidios por día, según datos de la Policía Nacional Civil.
El director de la Liga de Higiene Mental, Marco Antonio Garavito, afirma que la expresión máxima de personas con falta de salud mental está en los suicidios. “Nadie presta atención al problema, que es muy grave. Por ejemplo, cuando hay un intento de suicidio y la persona llega al hospital, los médicos la tratan, desde el punto de vista médico, pero no pasa el caso a psiquiatras. Otro ejemplo es cuando alguien se suicida y llega a la morgue. El forense, al realizar la necropsia, no llena la parte de la ficha donde se puede especificar si se trató de un suicidio. Por esto es que no hay estadísticas confiables. Y esto hace que no se vea la gravedad de problema”, subrayó.
La muerte por un disparo con arma de fuego es la forma más común entre los suicidios, seguido por los ahorcados, y personas que se tiran al vacío.
A criterio de la ex directora del Plan Nacional de Salud Mental, Irma Pérez Alvarado, la visión de salud mental está relacionada con locura, y es entonces cuando se cree que solo va encaminado hacia personas con este mal.
“Hay que tener claro que si un pueblo tiene salud mental, las condiciones sociales mejoran. Aquí hay muchos enfermos, pero como no repercute en el cuerpo, nadie hace nada”.
La vocera del Ministerio de Salud, Lucrecia Alfaro, se limitó a decir que el tema lo trata el Sistema Nacional de Salud Mental, y será hasta este día cuando tenga detalle de las políticas planteadas.
Bitacora al servicio de todas aquellas personas que oscilan entre los extremos de la alegria y la tristeza
martes, enero 29, 2008
viernes, enero 18, 2008
Dinámicas de Grupo
Desde que tenía quince años de edad he participado en diversos grupos de jóvenes. La mayoría de ellos religiosos, pero también de voluntariado social.
Siempre me llamó la atención constatar que dichos grupos tienen ciclos de vida: nacen, crecen, a veces se reproducen, y luego mueren.
Inicialmente pensaba que la muerte de los grupos, que generalmente comienza con una división interna, era provocada por la inmadurez de sus miembros. Pero ahora veo que es parte de la dinámica misma de los grupos.
Sí hay situaciones de inmadurez, pero cuando el grupo llega a la etapa de reproducción y, sobre todo, si no la sobrepasa con éxito es de esperarse su disolución. Esto ha pasado con mi grupo de jóvenes con trastorno afectivo bipolar.
Nació con mucha esperanza, a pesar de que fue un parto doloroso. Creció con algunas dificultades, pero ayudó efectivamente a varias personas. Al momento de su reproducción tuvo problemas con la llegada de nuevos miembros, cuyo único “pecado” era ser diferentes a los del grupo original. Así que los malos entendidos dieron paso al fracaso…
Lo veo con tristeza porque me empeñé mucho en abonar el grupo para que creciera sano y fuerte. Sin embargo, la hipersensibilidad que nos caracteriza a los bipolares hizo de las suyas. Facilitó el rompimiento.
A lo mejor necesitamos una participación más directa de algún profesional de la salud mental para mediar entre los miembros del grupo cuando hay diferencias de opinión y para darle un tono más académico, incluso más impersonal, a las dinámicas del grupo (que es justamente lo que no me gusta del grupo que visité en los EEUU).
Siempre me llamó la atención constatar que dichos grupos tienen ciclos de vida: nacen, crecen, a veces se reproducen, y luego mueren.
Inicialmente pensaba que la muerte de los grupos, que generalmente comienza con una división interna, era provocada por la inmadurez de sus miembros. Pero ahora veo que es parte de la dinámica misma de los grupos.
Sí hay situaciones de inmadurez, pero cuando el grupo llega a la etapa de reproducción y, sobre todo, si no la sobrepasa con éxito es de esperarse su disolución. Esto ha pasado con mi grupo de jóvenes con trastorno afectivo bipolar.
Nació con mucha esperanza, a pesar de que fue un parto doloroso. Creció con algunas dificultades, pero ayudó efectivamente a varias personas. Al momento de su reproducción tuvo problemas con la llegada de nuevos miembros, cuyo único “pecado” era ser diferentes a los del grupo original. Así que los malos entendidos dieron paso al fracaso…
Lo veo con tristeza porque me empeñé mucho en abonar el grupo para que creciera sano y fuerte. Sin embargo, la hipersensibilidad que nos caracteriza a los bipolares hizo de las suyas. Facilitó el rompimiento.
A lo mejor necesitamos una participación más directa de algún profesional de la salud mental para mediar entre los miembros del grupo cuando hay diferencias de opinión y para darle un tono más académico, incluso más impersonal, a las dinámicas del grupo (que es justamente lo que no me gusta del grupo que visité en los EEUU).
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