Lifetime and 12-Month Prevalence of Bipolar Spectrum Disorder in the National Comorbidity Survey Replication
Kathleen R. Merikangas, PhD; Hagop S. Akiskal, MD; Jules Angst, MD; Paul E. Greenberg, MA; Robert M. A. Hirschfeld, MD; Maria Petukhova, PhD; Ronald C. Kessler, PhD
Arch Gen Psychiatry. 2007;64:543-552.
Context There is growing recognition that bipolar disorder (BPD) has a spectrum of expression that is substantially more common than the 1% BP-I prevalence traditionally found in population surveys.
Objective To estimate the prevalence, correlates, and treatment patterns of bipolar spectrum disorder in the US population.
Design Direct interviews.
Setting Households in the continental United States.
Participants A nationally representative sample of 9282 English-speaking adults (aged 18 years).
Main Outcome Measures Version 3.0 of the World Health Organization's Composite International Diagnostic Interview, a fully structured lay-administered diagnostic interview, was used to assess DSM-IV lifetime and 12-month Axis I disorders. Subthreshold BPD was defined as recurrent hypomania without a major depressive episode or with fewer symptoms than required for threshold hypomania. Indicators of clinical severity included age at onset, chronicity, symptom severity, role impairment, comorbidity, and treatment.
Results Lifetime (and 12-month) prevalence estimates are 1.0% (0.6%) for BP-I, 1.1% (0.8%) for BP-II, and 2.4% (1.4%) for subthreshold BPD. Most respondents with threshold and subthreshold BPD had lifetime comorbidity with other Axis I disorders, particularly anxiety disorders. Clinical severity and role impairment are greater for threshold than for subthreshold BPD and for BP-II than for BP-I episodes of major depression, but subthreshold cases still have moderate to severe clinical severity and role impairment. Although most people with BPD receive lifetime professional treatment for emotional problems, use of antimanic medication is uncommon, especially in general medical settings.
Conclusions This study presents the first prevalence estimates of the BPD spectrum in a probability sample of the United States. Subthreshold BPD is common, clinically significant, and underdetected in treatment settings. Inappropriate treatment of BPD is a serious problem in the US population. Explicit criteria are needed to define subthreshold BPD for future clinical and research purposes.
Author Affiliations: Intramural Research Program, Section on Developmental Genetic Epidemiology, National Institute of Mental Health, Bethesda, Md (Dr Merikangas); the International Mood Center, University of California San Diego and VA Psychiatry Service, San Diego (Dr Akiskal); Zurich University Psychiatric Hospital, Zurich, Switzerland (Dr Angst); Analysis Group, Boston, Mass (Mr Greenberg); Department of Psychiatry and Behavioral Sciences, University of Texas Medical Branch, Galveston (Dr Hirschfeld); and Department of Health Care Policy, Harvard Medical School, Boston (Drs Petukhova and Kessler).
Bitacora al servicio de todas aquellas personas que oscilan entre los extremos de la alegria y la tristeza
viernes, mayo 11, 2007
miércoles, mayo 09, 2007
Asociación Psiquiátrica de Guatemala
Para todo momento de ANGUSTIA...
SIEMPRE hay una SALIDA!
Nosotros le ayudamos a encontrarla...
La Asociación Psiquiátrica de Guatemala (APsG) le ayuda con atención especializada, a precios accesibles, a enfrentar problemas de ansiedad, depresión, tristeza, problemas del sueño, miedo...
Consulta previa cita, llamando a los teléfonos (502) 2331-5376 y 2331-5395.
APsG, ubicada en la Avenida de la Reforma, 1-90 de la Zona 9, oficina 201. Ciudad de Guatemala, Guatemala.
Respondiendo a estas sencillas preguntas podrá saber si usted o alguien cercano necesita ayuda profesional:
a. ¿Se siente frecuentemente triste, solo y con desesperanza?
b. ¿Piensa que sufre de angustia, nerviosismo y no goza ni de las pequeñas cosas de la vida?
c. ¿No duerme bien, se despierta de noche y está cansado al amanecer?
d. ¿Le cuesta concentrarse en sus actividades y, sobre todo, poner atención a los detalles?
e. ¿Ha perdido el apetito y el interés por la vida?
f. ¿Siente miedo?
Si usted o una persona amiga responde a tres (3) de las preguntas con un SI, nosotros podemos ayudarle a que viva su vida satisfactoriamente. Llámenos!
Nota:
El Grupo de Jóvenes con Trastorno Afectivo Bipolar de Guatemala, agradece el apoyo que la APsG le brinda.
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a. ¿Se siente frecuentemente triste, solo y con desesperanza?
b. ¿Piensa que sufre de angustia, nerviosismo y no goza ni de las pequeñas cosas de la vida?
c. ¿No duerme bien, se despierta de noche y está cansado al amanecer?
d. ¿Le cuesta concentrarse en sus actividades y, sobre todo, poner atención a los detalles?
e. ¿Ha perdido el apetito y el interés por la vida?
f. ¿Siente miedo?
Si usted o una persona amiga responde a tres (3) de las preguntas con un SI, nosotros podemos ayudarle a que viva su vida satisfactoriamente. Llámenos!
Nota:
El Grupo de Jóvenes con Trastorno Afectivo Bipolar de Guatemala, agradece el apoyo que la APsG le brinda.
El trastorno del espectro bipolar es poco reconocido
Por Robert Preidt
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
El trastorno del espectro bipolar podría ser poco reconocido y muchas personas que tienen la enfermedad no reciben tratamiento adecuado, según sugiere una investigación estadounidense reciente.
El estudio, que aparece en la edición de mayo de la revista Archives of General Psychiatry, analizó datos de una encuesta sobre trastornos mentales entre casi 9,300 estadounidenses a partir de los 18 años de edad.
Identificó las tasas de prevalencia de tres subtipos del trastorno del espectro bipolar.
Éstos son:
Bipolar I. Considerada la forma clásica de la enfermedad, en la que los pacientes experimentan episodios recurrentes de manía y depresión.
Bipolar II. Los pacientes experimentan una forma de manía más leve, llamada hipomanía, que alterna con episodios de depresión.
Trastorno bipolar no especificado (TBNE), también llamado trastorno bipolar por debajo del umbral. Los pacientes tienen síntomas maníacos y depresivos, pero no cumplen con los estrictos criterios de un tipo específico de trastorno bipolar, según el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales.
El bipolar I y el bipolar II ocurren cada uno en alrededor del uno por ciento de la población de los EE.UU., mientras que el TBNE ocurre en alrededor del 2.4 por ciento de la población, según el estudio. Los investigadores señalaron que sus hallazgos corroboran estudios anteriores que sugerían que el trastorno bipolar podría ser mejor caracterizado como un trastorno de espectro.
El estudio encontró que entre el 89 y el 95 por ciento de los pacientes de bipolar I o bipolar II, y el 69 por ciento de los pacientes de TBNE recibían algún tipo de tratamiento. Sin embargo, muchos de ellos recibían tratamiento para afecciones psiquiátricas coexistentes (como ansiedad, depresión o abuso de sustancia) en vez de tratamiento para el trastorno bipolar.
Muchos de los pacientes recibían tratamientos considerados inapropiados para el trastorno bipolar, como un antidepresivo u otro medicamento psicotrópico ante la ausencia de un medicamento estabilizador del estado de ánimo como el litio, el valproato o la carbamazepina, señalaron los autores del estudio.
Anotaron que apenas alrededor del 40 por ciento de los pacientes de trastorno bipolar recibía medicamentos apropiados para estabilizar el estado de ánimo, anticonvulsivos o antipsicóticos.
"Una tasa tan alta de uso inapropiado de medicamentos entre las personas que tienen trastornos del espectro bipolar es preocupante. Es potencialmente peligroso porque el uso de un antidepresivo sin el beneficio de un estabilizador del estado de ánimo podría realmente empeorar la afección", afirmó en una declaración preparada Kathleen Merikangas, del National Institute of Mental Health.
Trastorno bipolar - http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/bipolardisorder.html
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
El trastorno del espectro bipolar podría ser poco reconocido y muchas personas que tienen la enfermedad no reciben tratamiento adecuado, según sugiere una investigación estadounidense reciente.
El estudio, que aparece en la edición de mayo de la revista Archives of General Psychiatry, analizó datos de una encuesta sobre trastornos mentales entre casi 9,300 estadounidenses a partir de los 18 años de edad.
Identificó las tasas de prevalencia de tres subtipos del trastorno del espectro bipolar.
Éstos son:
Bipolar I. Considerada la forma clásica de la enfermedad, en la que los pacientes experimentan episodios recurrentes de manía y depresión.
Bipolar II. Los pacientes experimentan una forma de manía más leve, llamada hipomanía, que alterna con episodios de depresión.
Trastorno bipolar no especificado (TBNE), también llamado trastorno bipolar por debajo del umbral. Los pacientes tienen síntomas maníacos y depresivos, pero no cumplen con los estrictos criterios de un tipo específico de trastorno bipolar, según el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales.
El bipolar I y el bipolar II ocurren cada uno en alrededor del uno por ciento de la población de los EE.UU., mientras que el TBNE ocurre en alrededor del 2.4 por ciento de la población, según el estudio. Los investigadores señalaron que sus hallazgos corroboran estudios anteriores que sugerían que el trastorno bipolar podría ser mejor caracterizado como un trastorno de espectro.
El estudio encontró que entre el 89 y el 95 por ciento de los pacientes de bipolar I o bipolar II, y el 69 por ciento de los pacientes de TBNE recibían algún tipo de tratamiento. Sin embargo, muchos de ellos recibían tratamiento para afecciones psiquiátricas coexistentes (como ansiedad, depresión o abuso de sustancia) en vez de tratamiento para el trastorno bipolar.
Muchos de los pacientes recibían tratamientos considerados inapropiados para el trastorno bipolar, como un antidepresivo u otro medicamento psicotrópico ante la ausencia de un medicamento estabilizador del estado de ánimo como el litio, el valproato o la carbamazepina, señalaron los autores del estudio.
Anotaron que apenas alrededor del 40 por ciento de los pacientes de trastorno bipolar recibía medicamentos apropiados para estabilizar el estado de ánimo, anticonvulsivos o antipsicóticos.
"Una tasa tan alta de uso inapropiado de medicamentos entre las personas que tienen trastornos del espectro bipolar es preocupante. Es potencialmente peligroso porque el uso de un antidepresivo sin el beneficio de un estabilizador del estado de ánimo podría realmente empeorar la afección", afirmó en una declaración preparada Kathleen Merikangas, del National Institute of Mental Health.
Trastorno bipolar - http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/bipolardisorder.html
miércoles, mayo 02, 2007
Mi continua lucha contra la obesidad
Desde niño era algo gordito. Pero cuando me “estiré” en la adolescencia me puse flaco. A los 20 años de edad, cuando el estrés de la vida me empezó a afectar la salud el primer síntoma fue el colon irritable. A los 22 años tuve mi primera depresión fuerte, porque tenía que tomar decisiones muy importantes sobre mi futuro.
Fue a los 28 años que empecé a perder el control sobre mi peso. En parte fue porque estudiaba en el extranjero y era yo mismo el que me preparaba la comida. Además me la pasaba sentado, leyendo, y con muy poco ejercicio. Sobrepasé las 200 libras. Cuando regresé al país tuve mi segunda depresión fuerte, pues me costó encontrar el trabajo que deseaba. Aquí empecé a perder el control sobre mis estados de ánimo.
A los 30 años, cuando el colon irritable se volvió insoportable, fui con un especialista que me mandó una dieta rica en fibra. Sólo el hecho de dejar la leche entera y pasar a la leche descremada me hizo perder bastante peso. En total perdí unas 25 libras, para volver a las 200.
Al año siguiente fui diagnosticado con el trastorno bipolar, mi primer medicamento fue Epival (ácido valproico) y eso me hizo recuperar las libras perdidas. Desde entonces, mi lucha contra este “desorden mental” también se ha convertido en una lucha contra la obesidad. Digo obesidad, porque antes pensaba que era simple sobrepeso, pero un doctor especialista en nutrición me hizo caer en la realidad.
Ciertamente mi estilo de vida no ayuda, poco ejercicio y mucho trabajo de escritorio. Mi dieta no es la óptima, pero tampoco me harto. Hace tres años mi esposa me apoyó para hacer una dieta formal. Perdí 15 libras, pero también perdí el control sobre el humor. Fue muy duro para los dos. He intentado muchas veces empezar un régimen de ejercicios, nadar o caminar. Pero empiezo con ánimo y a la semana ya no puedo continuar.
Mi familia me presiona, no quieren verme gordo y les cuesta entender que los medicamentos no ayudan con eso del peso. Lo cierto es que la gordura ya está afectando mi presión arterial. La semana pasada casi me desmayo en una reunión. La presión estaba muy alta, 130/90. Así que fui nuevamente con mi psiquiatra para ver qué podemos hacer. Su recomendación es dejar el Epival y empezar a tratar con el Geodón (ziprasidona). No sé, me da miedo.
La verdad es que este efecto secundario de los medicamentos me desanima. Ya había hecho un intento de cambio hace ocho meses por la misma razón (estaba tomando gabapentina), pero el medicamento utilizado (Seroquel, quetiapina) no me funcionó para controlar la hipomanía (además tenía fuertes efectos sedativos).
Al final, seguiré en la lucha… pero no será fácil. Hoy peso 224 libras (100 Kgs.) y debería estar en las 190 lbs.
Fue a los 28 años que empecé a perder el control sobre mi peso. En parte fue porque estudiaba en el extranjero y era yo mismo el que me preparaba la comida. Además me la pasaba sentado, leyendo, y con muy poco ejercicio. Sobrepasé las 200 libras. Cuando regresé al país tuve mi segunda depresión fuerte, pues me costó encontrar el trabajo que deseaba. Aquí empecé a perder el control sobre mis estados de ánimo.
A los 30 años, cuando el colon irritable se volvió insoportable, fui con un especialista que me mandó una dieta rica en fibra. Sólo el hecho de dejar la leche entera y pasar a la leche descremada me hizo perder bastante peso. En total perdí unas 25 libras, para volver a las 200.
Al año siguiente fui diagnosticado con el trastorno bipolar, mi primer medicamento fue Epival (ácido valproico) y eso me hizo recuperar las libras perdidas. Desde entonces, mi lucha contra este “desorden mental” también se ha convertido en una lucha contra la obesidad. Digo obesidad, porque antes pensaba que era simple sobrepeso, pero un doctor especialista en nutrición me hizo caer en la realidad.
Ciertamente mi estilo de vida no ayuda, poco ejercicio y mucho trabajo de escritorio. Mi dieta no es la óptima, pero tampoco me harto. Hace tres años mi esposa me apoyó para hacer una dieta formal. Perdí 15 libras, pero también perdí el control sobre el humor. Fue muy duro para los dos. He intentado muchas veces empezar un régimen de ejercicios, nadar o caminar. Pero empiezo con ánimo y a la semana ya no puedo continuar.
Mi familia me presiona, no quieren verme gordo y les cuesta entender que los medicamentos no ayudan con eso del peso. Lo cierto es que la gordura ya está afectando mi presión arterial. La semana pasada casi me desmayo en una reunión. La presión estaba muy alta, 130/90. Así que fui nuevamente con mi psiquiatra para ver qué podemos hacer. Su recomendación es dejar el Epival y empezar a tratar con el Geodón (ziprasidona). No sé, me da miedo.
La verdad es que este efecto secundario de los medicamentos me desanima. Ya había hecho un intento de cambio hace ocho meses por la misma razón (estaba tomando gabapentina), pero el medicamento utilizado (Seroquel, quetiapina) no me funcionó para controlar la hipomanía (además tenía fuertes efectos sedativos).
Al final, seguiré en la lucha… pero no será fácil. Hoy peso 224 libras (100 Kgs.) y debería estar en las 190 lbs.
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