Una de las presentaciones que más me llamó la atención fue la del Dr. William Gilmer, de la Universidad Northwestern, quien habló sobre el proyecto STAR*D, Sequenced Treatment Alternatives to Relieve Depression.
Gracias a un estudio realizado con más de 4,000 personas diagnosticadas con algún grado de depresión (no con TBP), lograron destruir algunos mitos en los tratamientos, derivados estos de los ensayos realizados por las empresas farmaceúticas, los cuales no responden a la realidad y pueden tener sesgos importantes.
Explicó que no es los mismo "mejorar" que "estar bien". Muchos medicamentos son aprobados dependiendo de la tasa de éxito, definida como "mejorar".
Gracias a esa distinción descubrieron que realmente la tasa de respuesta a los antidepresivos, para "estar bien", es de un 33 por ciento, y que la mitad de esas personas que respondieron bien alcanzaron dicho estado después de 6 semanas de tratamiento. Antes se pensaba que menos tiempo era necesario.
También se descubrió que los efectos secundarios agudos, como dolor de cabeza o mareo, disminuyen cuando la dosis aumenta. Por lo que ahora recomiendan a los médicos que no se administren dosis sub-terapeúticas. Las mismas no ayudan a mejorar y sólo exponen al paciente a los molestos efectos secundarios.
Del total de personas que logró "estar bien", un tercio volvió a estar mal después de un año, a pesar de estar tomando los medicamentos. En el caso de los que sólo "mejoraron", la tasa de recaída fue casi del 60 por ciento.
Uno de los factores más importantes para determinar la futura situación de un paciente es la edad en la que se presentó su primer episodio de depresión. Entre más joven, es más probable que tenga episodios más severos en el futuro, tenga más dificultades para funcionar bien social y profesionalmente e, incluso, que intente más veces quitarse la vida.
Hay un estudio similar realizado para personas con trastorno bipolar. Se llama STEP-DB. Habría que revisarlo.
Bitacora al servicio de todas aquellas personas que oscilan entre los extremos de la alegria y la tristeza
lunes, abril 28, 2008
Nueva Esperanza para personas con Trastorno Bipolar
El fin de semana tuve la oportunidad de asistir a un día de conferencias sobre "Trastornos del ánimo: tratamiento y recuperación a lo largo de la vida". El mismo fue organizado por DBSA, Depression and Bipolar Support Alliance, de Chicago.
Entre otros conferencistas se presentaron el Dr. Bernard Golden y la Sra. Nancy Rosenfeld quienes, junto con el Dr. Jan Fawcett, escribieron el libro titulado "New Hope for people with Bipolar Disorder".
Yo todavía no he terminado de leerlo, pero me parece bastante amigable. Conforme lo haga, ire compartiendo algunos hallazgos con los lectores de este BLOG. Lo que sí les puedo decir es que la primera edición vendió 100 mil copias en los EEUU. No sé si ya está disponible en castellano.
Luego les cuento más sobre las conferencias.
Entre otros conferencistas se presentaron el Dr. Bernard Golden y la Sra. Nancy Rosenfeld quienes, junto con el Dr. Jan Fawcett, escribieron el libro titulado "New Hope for people with Bipolar Disorder".
Yo todavía no he terminado de leerlo, pero me parece bastante amigable. Conforme lo haga, ire compartiendo algunos hallazgos con los lectores de este BLOG. Lo que sí les puedo decir es que la primera edición vendió 100 mil copias en los EEUU. No sé si ya está disponible en castellano.
Luego les cuento más sobre las conferencias.
miércoles, abril 23, 2008
Artículo sobre la depresión
Hoy se publicó un extenso e interesante artículo sobre la depresión en la sociedad española. Está en El País y se titula ¿Estamos más deprimidos o nos quejamos más?
Les recomiendo su lectura.
Les recomiendo su lectura.
lunes, abril 14, 2008
Epival ER o Acido Valpróico
Muchos de los que llegan a este BLOG lo hacen por medio de búsquedas sobre el medicamento Epival ER (Abbott), una de las marcas comerciales del ácido valpróico, también conocido como valproato o Depakote (nombre de otra marca).
Los medicamentos que recetan los doctores para el TBP tienen como primer objetivo alterar la forma en que nuestras neuronas procesan los neurotransmisores que regulan el estado de ánimo en el cerebro. Cada medicamento tiene una forma diferente de trabajar, y cada manera es llamada "mecanismo de acción". Los medicamentos para regular el estado de ánimo generalmente funcionan según alguna de las siguientes formas:
Aumentan o disminuyen la cantidad de un determinado neurotransmisor.
Restringen la habilidad de las neuronas para recibir cierto neurotransmisor.
Ajustan el "sistema del segundo-mensajero" para hacer más lenta la actividad química inapropiada en la neurona.
Previenen el errático comportamiento eléctrico en las neuronas.
El valproato es comúnmente recetado por los psiquiatras para prevenir la manía. Es un anticonvulsivo, pues originalmente fue desarrollado para tratar la epilepsia. Similar a la carbamazepina (Tegretol), el valproato afecta el "sistema del segundo mensajero" (son los químicos -proteínas- liberados por las neuronas receptoras de neurotransmisores; son mediadores que ayudan a traducir las señales químicas de los neurotransmisores en señales eléctricas que viajan a lo largo de las neuronas).
El Depakote, o Epival ER, tiene beneficios potenciales y riesgos que deben conocerse.
Entre los PROs, o beneficios tenemos:
Antimaníaco. Particularmente efectivo para el tratamiento de la manía aguda (de corto plazo, en oposición a la crónica). Más seguro que el litio, es decir, menos tóxico.
Entre los riesgos tenemos:
Problemas de páncreas e hígado. Aumento de peso, sedación, y naúsea. Posibilidades de infertilidad en mujeres. Pérdida del cabello. Sin muchas propiedades antidepresivas.
Fuente: Bipolar Disorder for Dummies (2005) by Candida Fink, MD. Páginas 38-39 y 118.
Mi experiencia personal
Cuando fui diagnosticado como bipolar II en 2003, mi primer medicamento fue Epival ER. Me funcionó muy bien. Dormía como un bebé las 8 horas diarias de sueño que necesitaba para levantarme y trabajar con normalidad. Me encantó. Sin embargo, subí como 25 libras de peso. Lo dejé de tomar porque en uno de los exámenes de rutina para controlar las transaminasas (enzimas del hígado), éstas salieron elevadas. Además, recuerdo, que ya no me hacía el mismo efecto.
Ahora, como conté en un POST anterior, estoy con Tegretol (carbamazepina), que también es un antimaníaco, pero que no causa aumento significativo de peso en la mayoría de los pacientes. Lo cual era una preocupación que compartí con mis doctores.
Por supuesto, Tegretol también tiene potenciales efectos secundarios no deseados, como visión borrosa, mareo y naúsea. Puede reducir la efectividad de las píldoras anticonceptivas que toman las mujeres. También pueden generarse problemas de hígado. Por eso es importante hacerse los exámenes que sean necesarios. En mi caso creo que sólo tuve un poco de visión borrosa unos días. Luego se me quitó.
Ahora me siento bastante bien. El estabilizador del ánimo está siendo complementado con un antidepresivo, como mencioné en un POST anterior.
Bueno, espero que esto les sea de utilidad. Por favor, compartan sus experiencias con estos medicamentos. Sería de ayuda para otros que están empezando el largo camino del aprendizaje por ensayo y error. Gracias.
Los medicamentos que recetan los doctores para el TBP tienen como primer objetivo alterar la forma en que nuestras neuronas procesan los neurotransmisores que regulan el estado de ánimo en el cerebro. Cada medicamento tiene una forma diferente de trabajar, y cada manera es llamada "mecanismo de acción". Los medicamentos para regular el estado de ánimo generalmente funcionan según alguna de las siguientes formas:
Aumentan o disminuyen la cantidad de un determinado neurotransmisor.
Restringen la habilidad de las neuronas para recibir cierto neurotransmisor.
Ajustan el "sistema del segundo-mensajero" para hacer más lenta la actividad química inapropiada en la neurona.
Previenen el errático comportamiento eléctrico en las neuronas.
El valproato es comúnmente recetado por los psiquiatras para prevenir la manía. Es un anticonvulsivo, pues originalmente fue desarrollado para tratar la epilepsia. Similar a la carbamazepina (Tegretol), el valproato afecta el "sistema del segundo mensajero" (son los químicos -proteínas- liberados por las neuronas receptoras de neurotransmisores; son mediadores que ayudan a traducir las señales químicas de los neurotransmisores en señales eléctricas que viajan a lo largo de las neuronas).
El Depakote, o Epival ER, tiene beneficios potenciales y riesgos que deben conocerse.
Entre los PROs, o beneficios tenemos:
Antimaníaco. Particularmente efectivo para el tratamiento de la manía aguda (de corto plazo, en oposición a la crónica). Más seguro que el litio, es decir, menos tóxico.
Entre los riesgos tenemos:
Problemas de páncreas e hígado. Aumento de peso, sedación, y naúsea. Posibilidades de infertilidad en mujeres. Pérdida del cabello. Sin muchas propiedades antidepresivas.
Fuente: Bipolar Disorder for Dummies (2005) by Candida Fink, MD. Páginas 38-39 y 118.
Mi experiencia personal
Cuando fui diagnosticado como bipolar II en 2003, mi primer medicamento fue Epival ER. Me funcionó muy bien. Dormía como un bebé las 8 horas diarias de sueño que necesitaba para levantarme y trabajar con normalidad. Me encantó. Sin embargo, subí como 25 libras de peso. Lo dejé de tomar porque en uno de los exámenes de rutina para controlar las transaminasas (enzimas del hígado), éstas salieron elevadas. Además, recuerdo, que ya no me hacía el mismo efecto.
Ahora, como conté en un POST anterior, estoy con Tegretol (carbamazepina), que también es un antimaníaco, pero que no causa aumento significativo de peso en la mayoría de los pacientes. Lo cual era una preocupación que compartí con mis doctores.
Por supuesto, Tegretol también tiene potenciales efectos secundarios no deseados, como visión borrosa, mareo y naúsea. Puede reducir la efectividad de las píldoras anticonceptivas que toman las mujeres. También pueden generarse problemas de hígado. Por eso es importante hacerse los exámenes que sean necesarios. En mi caso creo que sólo tuve un poco de visión borrosa unos días. Luego se me quitó.
Ahora me siento bastante bien. El estabilizador del ánimo está siendo complementado con un antidepresivo, como mencioné en un POST anterior.
Bueno, espero que esto les sea de utilidad. Por favor, compartan sus experiencias con estos medicamentos. Sería de ayuda para otros que están empezando el largo camino del aprendizaje por ensayo y error. Gracias.
jueves, abril 10, 2008
Peligroso e irresponsable
El otro día comenté sobre lo peligroso que resulta la ignorancia en el tratamiento del trastorno bipolar. Las creencias populares no ayudan a entender la enfermedad ni a enfrentarla adecuadamente. Digo "enfermedad" por tratarse de un desbalance bioquímico en el cerebro, un trastorno o "desorden" con los neurotransmisores, lo cual se traduce en oscilaciones extremas del ánimo, con sus dañinas consecuencias para el paciente y quienes le rodean.
Ahora quiero referirme a algo peor: a lo peligroso que resulta que personas conocedoras de la enfermedad, sus causas y consecuencias, anden diciendo de manera irresponsable que se puede vivir sin medicamentos.
La semana pasada me enviaron una entrevista realizada a Eduardo Grecco, psicoanalista argentino, conocido por sus libros titulados “La bipolaridad como Don”, “Despertando el Don Bipolar” y “¿Quién se ha subido a mi hamaca? La Bipolaridad como Oportunidad”. La entrevista aparece en la revista electrónica Faceta Humana (Abril 2008).
Su respuesta a la última pregunta de la entrevista me llamó la atención. Yo no soy un experto en bipolaridad, soy un paciente que sufre la enfermedad. Pero he leído lo suficiente como para cuestionar su opinión, la cual me parece irresponsable.
“FH: ¿Crees que un bipolar pueda vivir sin medicamentos?
EG: Supongo que te refieres a los psicofármacos. Es posible. Los psicofármacos deben ser una ayuda puntual mientras es necesaria y durante un tiempo limitado y si no hay otras opciones. Pero no puede ser el recurso de vida. Hay otras cosas efectivas con las cuales los pacientes [...].”
Le pregunté a mi médico qué pensaba sobre dicha respuesta de Grecco, y esto es lo que me respondió:
“Obviamente, Grecco, por su educación psicoanalítica - en la última pregunta y en la pregunta de que los bipolares no recibieron suficiente amor de sus padres - tiene una tendencia psicologista y psicoanalista poco sustentable científicamente. Lo recomendable del autor es la desestigmatización de la enfermedad y ver la crisis como oportunidad.”
Subrayo, la afirmación de Grecco es “poco sustentable científicamente”.
El comentario de mi psiquiatra me hizo leer de nuevo la respuesta sobre los “traumas significativos de la vida”. En este caso, además de risible me pareció estúpida (con el perdón de los lectores, pero se merece el calificativo).
Confieso que yo no he leído ninguno de los libros de Grecco, en parte porque son difíciles de encontrar en Guatemala, y por Amazon cuestan más de 30 dólares con todo y envío (mi regla es que no compro ningún libro que pase de US$20, ¡eso sólo lo he hecho en el pasado en estados de manía!). Pero algunos de los amigos del grupo de jóvenes bipolares sí lo han hecho y les ha gustado la idea de entender la bipolaridad como un don (y no como una maldición – ver post pasado).
Prometo que lo voy a leer, aunque esta entrevista me ha dejado un mal sabor de boca. Hay que tener cuidado con los “gurus” que siempre aparecen en varios temas relacionados con la psique. Se vuelven populares precisamente porque dicen lo que queremos escuchar: “Sí, puedes vivir una vida plena sin tomar medicamentos”.
Ahora quiero referirme a algo peor: a lo peligroso que resulta que personas conocedoras de la enfermedad, sus causas y consecuencias, anden diciendo de manera irresponsable que se puede vivir sin medicamentos.
La semana pasada me enviaron una entrevista realizada a Eduardo Grecco, psicoanalista argentino, conocido por sus libros titulados “La bipolaridad como Don”, “Despertando el Don Bipolar” y “¿Quién se ha subido a mi hamaca? La Bipolaridad como Oportunidad”. La entrevista aparece en la revista electrónica Faceta Humana (Abril 2008).
Su respuesta a la última pregunta de la entrevista me llamó la atención. Yo no soy un experto en bipolaridad, soy un paciente que sufre la enfermedad. Pero he leído lo suficiente como para cuestionar su opinión, la cual me parece irresponsable.
“FH: ¿Crees que un bipolar pueda vivir sin medicamentos?
EG: Supongo que te refieres a los psicofármacos. Es posible. Los psicofármacos deben ser una ayuda puntual mientras es necesaria y durante un tiempo limitado y si no hay otras opciones. Pero no puede ser el recurso de vida. Hay otras cosas efectivas con las cuales los pacientes [...].”
Le pregunté a mi médico qué pensaba sobre dicha respuesta de Grecco, y esto es lo que me respondió:
“Obviamente, Grecco, por su educación psicoanalítica - en la última pregunta y en la pregunta de que los bipolares no recibieron suficiente amor de sus padres - tiene una tendencia psicologista y psicoanalista poco sustentable científicamente. Lo recomendable del autor es la desestigmatización de la enfermedad y ver la crisis como oportunidad.”
Subrayo, la afirmación de Grecco es “poco sustentable científicamente”.
El comentario de mi psiquiatra me hizo leer de nuevo la respuesta sobre los “traumas significativos de la vida”. En este caso, además de risible me pareció estúpida (con el perdón de los lectores, pero se merece el calificativo).
Confieso que yo no he leído ninguno de los libros de Grecco, en parte porque son difíciles de encontrar en Guatemala, y por Amazon cuestan más de 30 dólares con todo y envío (mi regla es que no compro ningún libro que pase de US$20, ¡eso sólo lo he hecho en el pasado en estados de manía!). Pero algunos de los amigos del grupo de jóvenes bipolares sí lo han hecho y les ha gustado la idea de entender la bipolaridad como un don (y no como una maldición – ver post pasado).
Prometo que lo voy a leer, aunque esta entrevista me ha dejado un mal sabor de boca. Hay que tener cuidado con los “gurus” que siempre aparecen en varios temas relacionados con la psique. Se vuelven populares precisamente porque dicen lo que queremos escuchar: “Sí, puedes vivir una vida plena sin tomar medicamentos”.
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