Generalmente, me da un poco de miedo viajar porque pierdo la rutina y eso, a veces, me hace más difícil controlar el ánimo. Especialmente, se me trastorna el ritmo del sueño.
Sin embargo, la semana pasada tuve que viajar por trabajo y aunque no dormí bien las dos primeras noches, logré mantener bajo control mi estado de ánimo. A pesar de las "excitación" normal de mi cerebro ante los nuevos estímulos (ideas, lugares, colores y olores), no se me disparó algún episodio de manía o hipomanía. Como me ocurrió una vez que viajé a Costa Rica -y recién había empezado a probar con Seroquel-.
En este sentido, me siento contento y "orgulloso". Uso comillas porque no se trata de un asunto de "fuerza de voluntad" sino de haber alcanzado un estado de tranquilidad o equilibrio, a pesar del cambio de contexto y el ritmo extenuante de trabajo. Tal vez lo que me hizo falta fue llevar las cápsulas de Omega-3. Como debo tomar al menos 5 por día (6 gramos) no las llevé por temor a que no las dejaran pasar en el aeropuerto...
Ahora tengo que viajar de nuevo, estoy un poco estresado haciendo la síntesis del viaje anterior y preparando el segundo. Pero confío que todo saldrá en tiempo y con calidad. Ya les contaré. Un abrazo.