Un nuevo amigo, desde España, me escribió para preguntar mi opinión sobre diversas terapias que le han recomendado. Él quiere saber si hay alguna evidencia empírica sobre la efectividad de las mismas. Es una excelente e importante pregunta para quienes padecemos el TBP. Yo soy un paciente, no un experto en el tema, así que le pediré sus comentarios calificados a algunos psiquiatras amigos. Sin embargo, les daré como insumos, lo que encuentro en algunos libros escritos por psiquiatras conocedores del tema.
Empiezo por el “ladrillo” de Goodwin y Jamison (1990), Manic-Depressive Illness, donde en la sección de tratamientos se da énfasis al farmacológico: medicamentos de elección y determinación de la dosis apropiada. También hablan de la terapia electroconvulsiva para episodios de manía severa y la hospitalización. Como su libro se publicó hace ya veinte años, habría que revisar los avances en la materia, especialmente sobre los resultados de muchas drogas nuevas con las cuales se estaba experimentando en esa época. Aunque definitivamente dan más peso a lo farmacológico, también tienen un capítulo sobre psicoterapia. Reconocen que es importante, pero me parece que en esos tiempos no se le daba tanta relevancia como ahora, cuando no se concibe separada de la medicación. Se refieren marginalmente (en un anexo, pp. 744-5) a la terapia cognitiva conductual como un mecanismo para identificar pensamientos negativos y aprender a controlarlos.
En un libro más actualizado (Fawcett, Golden y Rosenfeld, 2007), New Hope for people with Bipolar Disorder, se explican ambas terapias: la medicación y la psicoterapia, pero ahora el peso se pone en la segunda (30 vrs. 40 páginas). Son más enfáticos al mostrar los efectos positivos de la terapia cognitiva conductual, especialmente para lidiar con los episodios de depresión moderada, pues afirman que nos provee de herramientas para resolver problemas y enfrentar los retos que diariamente se nos presentan en la vida. Advierten que las personas con severos episodios de depresión o manía deben ser primero estabilizadas con medicamentos, y notan que los hipomaníacos (bajos niveles de manía) no tenemos incentivos para buscar ayuda terapéutica. Explican también otros tipos de terapias: activación conductual, aceptación y compromiso, conductual dialéctica, cognitiva conductual con análisis de sistemas, la de ritmos interpersonal y social, y la mindfulness-based cognitive therapy (que no sé cómo traducirla).
Intentaré resumirlas más adelante…
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