miércoles, noviembre 19, 2008

Confesión sobre una "enfermedad caprichosa"

En un post anterior prometí contar una confesión que haría al psiquiatra. La quería compartir con los lectores de este blog, pero no me atrevía...

Resulta que hace cinco meses dejé de tomar medicamentos. Ha sido una decisión importante, después de más de cinco años tomándolos. Es un experimento arriesgado al que decidí someterme por las siguientes razones:

1. Desde que inicié con el tratamiento farmacológico para el trastorno bipolar aumenté un total de 30 libras de peso. Actualmente estoy obeso (más allá de un simple sobrepeso) y eso me ha generado otros problemas de salud: hipertensión, altos niveles de colesterol y triglicéridos. Esto es muy peligroso, pues son factores de riesgo para enfermedades cardíacas y cerebro-vasculares.

Necesito bajar de peso y la medicación no me ha ayudado. He intentado diversos medicamento, por esa misma razón, pero he padecido otros efectos secundarios no deseables.

2. El último medicamento para estabilizar el ánimo (Tegretol, carbamazepina) me provocaba una sensación de "resaca" por las mañanas. Sentía la cabeza grande y me costaba concentrarme en mi trabajo. Esto bajó dramáticamente mi productividad durante el año pasado. Lujo que no puedo darme.

Necesito recuperar la productividad y creatividad que caracteriza los episodios moderados de manía (hipomanía). Espero así alcanzar las metas que me he trazado.

3. Desde que fui diagnosticado con TBP he recibido dosis sub-terapéuticas, pues lo mío ha sido catalogado como Bipolar II moderado. No soy un peligro para los demás, ni para mí mismo. Mi principal problema ha sido la irritabilidad en la interacción con otros, bajo situaciones de estrés (sobre todo laboral o familiar).

Entonces, tomar medicamentos como estrategia profiláctica ya no tiene mucho sentido, pues los efectos secundarios negativos han sobrepasado a los beneficios.

Creo que el experimento ha sido exitoso. Prácticamente no he tenido problemas de interacción en los meses sin medicamentos. Sólo un par de episodios que he identificado y sabido manejar. Aunque reconozco que actualmente no estoy sometido a un estrés laboral similar al que me llevó al médico la primera vez (allá por 2003).

Finalmente, decirles que no me atrevía a compartir esto con los lectores del blog porque no quiero ser "un mal ejemplo" para aquellos que quieren dejar los medicamentos de manera irresponsable. Esto no funciona para todos, lamentablemente. Escribiré otro post contando lo que me dijo el doctor.

No hay comentarios.: