Esta semana he visto otro programa educativo (de divulgación científica) en el Discovery Channel, "Through the Wormhole," narrado por el gran Morgan Freeman. En el episodio donde se preguntan si existe un Creador, "Is There a Creator?," se presenta la investigación de un neuro científico que parece haber ubicado la parte del cerebro humano donde reside Dios!
Parece que en el hemisferio derecho, en el área que simétricamente corresponde a la de Broca (en el izquierdo, responsable de la generación del lenguaje hablado y escrito, incluyendo su procesamiento y comprensión de sintaxis), es posible estimular experiencias religiosas o espirituales (de trascendencia) por medios magnéticos. Es decir que artificialmente, en un laboratorio, se puede reproducir lo que muchos creyentes denominarían como un encuentro con lo divino.
Como es evidente, mi punto es que en quienes se ha manifestado el "gen bipolar" y cuando dicha expresión genética (provocada por el estrés del medio ambiente) interactúa con contenidos culturales religiosos, el resultado es una imaginación religiosa más acentuada en los momentos de manía o euforia. Claro, yo puedo hablar como hipomaníaco (los episodios no son tan extremos), pero quienes tienen manía más acentuada pueden terminar con episodios psicóticos en los que literalmente llegan a oir la voz de Dios. Su cerebro lo fabrica utilizando el contenido cultural con el cual se le ha llenado.
En el primer caso, el hipomaníaco, lo que domina es un sentimiento de "ser especial", o escogido por Dios para una misión específica. Por eso me gustaba mucho aquella canción basada en el profeta Jeremías: "Antes que te formaras dentro del vientre de tu madre, antes que tu nacieras, te conocía y te consagré..."
Mi fe (el conjunto de creencias que se me inculcaron desde niño) me llevó, impulsada por mi bipolaridad, a tomar decisiones riesgosas, como entrar en la vida religiosa. A los 18 años les dije a mis papás que dejaba la Universidad, la familia y el país, para seguir a Cristo! Y lo hice. Recuerdo el libro para el discernimiento vocacional: "El seguimiento de Jesus" de José María Castillo. Literalmente me hizo dejarlo todo. Y esa aventura duraría tres años... hasta que la depresión me tocó a la puerta.
Bitacora al servicio de todas aquellas personas que oscilan entre los extremos de la alegria y la tristeza
martes, agosto 24, 2010
martes, agosto 17, 2010
Imaginación religiosa: los episodios maníacos la potencian (Parte I)
Una de las características de los episodios maníacos es el sentimiento y pensamiento de grandiosidad. Es decir, tendemos a sentirnos especiales o escogidos para algo. El contenido de dichos pensamientos depende de la educación o ideas que el medio ambiente nos ha inculcado. Por ejemplo, lo que se nos transmite en la familia o escuela: amor a la patria, religiosidad, y otros valores.
Yo he llegado a la conclusión de que mi gen bipolar se ha expresado desde que soy niño, pues a los 8 años, después de hacer mi primera comunión, tuve uno de esos episodios de grandiosidad. No recuerdo bien el contexto que lo propició, aunque ese año pasaron varios momentos estresantes en mi vida familiar, pero sí tengo muy presente cómo la imaginación exaltada me llevó a pensar que Dios tenía algo especial preparado para mí. Lo escribí en la última página de la Biblia infantil que alguien me regaló.
En mi caso, los contenidos eran religiosos y diversos eventos reforzaban mi imaginación. Pero la grandiosidad puede tener otros temas como objetivo: ser el mejor empresario, o el político más exitoso, o el super-playboy, etc. Esto nos lleva a tomar decisiones sin medir adecuadamente los riesgos. En momentos de grandiosidad, tendemos a minimizar los potenciales costos y a maximizar los beneficios inciertos, por lo que nuestro cálculo económico siempre nos da positivo y saltamos al vacío. A veces tenemos éxito y se vuelve una profecía autocumplida. Claro, hay éxitos que no son posibles sin asumir riesgos que para otros son intolerables. Nosotros somos capaces de asumirlos porque en esos momentos no los dimensionamos adecuadamente… Pero, en muchas otras ocasiones, también fracasamos. Y esos fracasos nos llevan a la depresión. Al otro extremo del espectro.
Viene al caso este tema de la imaginación potenciada por los episodios maníacos porque he escuchado un interesante programa llamado IDEAS en la radio pública canadiense, CBC. Se trata de una entrevista a un teólogo y filósofo católico que ha estudiado el papel de la imaginación en la concepción de Dios. Para los que entienden inglés se los recomiendo: The God Who May Be.
Creo que yo he pasado por lo que él llama “ateísmo radical” que es una especie de rechazo a la idea de un Dios monopolizado y capturado por la ortodoxia, por los fundamentalistas y autoritarios que creen poseer la Verdad. Lo interesante es la explicación que da del papel de la imaginación en la experiencia religiosa. Todos los humanos poseemos imaginación y, por lo tanto, somos capaces de experimentar esa noción o intuición de una energía trascendental, que hemos denominado Dios. Claro que la idea y el sentimiento que esto provoca también varía de contenido dependiendo de la cultura a la que pertenecemos, es decir, según el imaginario colectivo que haya sobre esa deidad.
El punto que quiero hacer, y que espero desarrollar en otro POST, es que las personas con el gen bipolar expresado tienen a tener una imaginación potenciada o agigantada que hace que dicha experiencia religiosa también lo sea. Por eso, según he podido comprobar con casos reales, quienes tienen ideas o valores religiosos tienden a vivir esos momentos de grandiosidad como experiencias trascendentales, de contacto con lo divino. Como momentos privilegiados en los que un plan se les revela, o una misión se les encomienda. Los casos extremos, claro está, son cuando la manía nos lleva a la psicosis, que es cuando algunos ven y oyen. La mente efectivamente construye imágenes y sonidos que interpretamos según nuestro marco de referencia axiológico (de valores). Para mí ese es el fenómeno que podría explicar las experiencias bíblicas de comunicación con Dios. Desde los profetas hasta los santos…
Yo he llegado a la conclusión de que mi gen bipolar se ha expresado desde que soy niño, pues a los 8 años, después de hacer mi primera comunión, tuve uno de esos episodios de grandiosidad. No recuerdo bien el contexto que lo propició, aunque ese año pasaron varios momentos estresantes en mi vida familiar, pero sí tengo muy presente cómo la imaginación exaltada me llevó a pensar que Dios tenía algo especial preparado para mí. Lo escribí en la última página de la Biblia infantil que alguien me regaló.
En mi caso, los contenidos eran religiosos y diversos eventos reforzaban mi imaginación. Pero la grandiosidad puede tener otros temas como objetivo: ser el mejor empresario, o el político más exitoso, o el super-playboy, etc. Esto nos lleva a tomar decisiones sin medir adecuadamente los riesgos. En momentos de grandiosidad, tendemos a minimizar los potenciales costos y a maximizar los beneficios inciertos, por lo que nuestro cálculo económico siempre nos da positivo y saltamos al vacío. A veces tenemos éxito y se vuelve una profecía autocumplida. Claro, hay éxitos que no son posibles sin asumir riesgos que para otros son intolerables. Nosotros somos capaces de asumirlos porque en esos momentos no los dimensionamos adecuadamente… Pero, en muchas otras ocasiones, también fracasamos. Y esos fracasos nos llevan a la depresión. Al otro extremo del espectro.
Viene al caso este tema de la imaginación potenciada por los episodios maníacos porque he escuchado un interesante programa llamado IDEAS en la radio pública canadiense, CBC. Se trata de una entrevista a un teólogo y filósofo católico que ha estudiado el papel de la imaginación en la concepción de Dios. Para los que entienden inglés se los recomiendo: The God Who May Be.
Creo que yo he pasado por lo que él llama “ateísmo radical” que es una especie de rechazo a la idea de un Dios monopolizado y capturado por la ortodoxia, por los fundamentalistas y autoritarios que creen poseer la Verdad. Lo interesante es la explicación que da del papel de la imaginación en la experiencia religiosa. Todos los humanos poseemos imaginación y, por lo tanto, somos capaces de experimentar esa noción o intuición de una energía trascendental, que hemos denominado Dios. Claro que la idea y el sentimiento que esto provoca también varía de contenido dependiendo de la cultura a la que pertenecemos, es decir, según el imaginario colectivo que haya sobre esa deidad.
El punto que quiero hacer, y que espero desarrollar en otro POST, es que las personas con el gen bipolar expresado tienen a tener una imaginación potenciada o agigantada que hace que dicha experiencia religiosa también lo sea. Por eso, según he podido comprobar con casos reales, quienes tienen ideas o valores religiosos tienden a vivir esos momentos de grandiosidad como experiencias trascendentales, de contacto con lo divino. Como momentos privilegiados en los que un plan se les revela, o una misión se les encomienda. Los casos extremos, claro está, son cuando la manía nos lleva a la psicosis, que es cuando algunos ven y oyen. La mente efectivamente construye imágenes y sonidos que interpretamos según nuestro marco de referencia axiológico (de valores). Para mí ese es el fenómeno que podría explicar las experiencias bíblicas de comunicación con Dios. Desde los profetas hasta los santos…
viernes, agosto 13, 2010
Apropiado para nosotros, por los días coloridos y de ausencias!
Introduccion de Marta Gómez en su bello CD "Musiquita"
"Escondo aquí mis alegrías y mi dolor,
mis tiempos de bullas y silencios,
mis días coloridos y de ausencias.
Esta musiquita que me sale del alma
y que insiste en quedarse,
insiste..."
Hidden here is my bliss and my sorrow,
my times of raucous joy and silences,
my days of color and absence.
This little music that comes out of my soul
and insists on staying,
insists..."
http://www.martagomez.com/
"Escondo aquí mis alegrías y mi dolor,
mis tiempos de bullas y silencios,
mis días coloridos y de ausencias.
Esta musiquita que me sale del alma
y que insiste en quedarse,
insiste..."
Hidden here is my bliss and my sorrow,
my times of raucous joy and silences,
my days of color and absence.
This little music that comes out of my soul
and insists on staying,
insists..."
http://www.martagomez.com/
martes, agosto 10, 2010
Malos espíritus
Hoy escuché un programa sobre salud mental en la India. El principal problema es que únicamente hay UN psiquiatra por cada 400 mil personas, por lo que tiene una de las coberturas más bajas en todo el mundo -habría que ver cuál es la tasa en América Latina-.
Para tratar sus trastornos mentales -como adicción, depresión o psicosis-, la población de la India acude a los templos en busca de ayuda divina. Uno de ellos está en el sur y se llama Hanumanthapuram, donde se supone que una encarnación de Shiva sana a los enfermos mentales, expulsando a los "malos espíritus".
Las enfermedades mentales también se conciben como resultado de "magia maligna" (o brujería, como le llamaríamos en Latinoamérica). Es decir, que para ellos son el resultado de algo externo al individuo. El resultado de una batalla entre el Bien y el Mal, para usar nuestras categorías dualistas y maniqueístas.
Uno pensará que estas religiones Orientales están muy "atrasadas" pero si revisamos la tradición Cristiana Occidental también encontraremos vestigios de esas mismas creencias. Recuerden varios pasajes del Evangelio donde Jesús es presentado como exorcista. San Marcos nos ilustra:
Cap. 1
21 Entraron en Cafarnaúm, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar.
22 Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
23 Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar;
24 «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios».
25 Pero Jesús lo increpó, diciendo: «Cállate y sal de este hombre».
26 El espíritu impuro lo sacudió violentamente, y dando un alarido, salió de ese hombre.
27 Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!».
Cap. 5
1 Llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos.
2 Apenas Jesús desembarcó, le salió al encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu impuro.
3 El habitaba en los sepulcros, y nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas.
4 Muchas veces lo habían atado con grillos y cadenas pero el había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarlo.
5 Día y noche, vagaba entre los sepulcros y por la montaña, dando alaridos e hiriéndose con piedras.
6 Al ver de lejos a Jesús, vino corriendo a postrarse ante él,
7 gritando con fuerza: «¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo? ¡Te conjuro por Dios, no me atormentes!».
8 Porque Jesús le había dicho: «¡Sal de este hombre, espíritu impuro!».
9 Después le preguntó: «¿Cuál es tu nombre?». El respondió: «Mi nombre es Legión, porque somos muchos».
10 Y le rogaba con insistencia que no lo expulsara de aquella región.
11 Había allí una gran piara de cerdos que estaba paciendo en la montaña.
12 Los espíritus impuros suplicaron a Jesús: «Envíanos a los cerdos, para que entremos en ellos».
13 El se lo permitió. Entonces los espíritus impuros salieron de aquel hombre, entraron en los cerdos, y desde lo alto del acantilado, toda la piara –unos dos mil animales– se precipitó al mar y se ahogó.
¿Qué opinan de esta concepción sobre el problema y su supuesta solución? Luego les daré mi opinión. Según estás religiones, no deberíamos de buscar médico-psiquiatra sino un exorcista (o médico de almas)...!?
Para tratar sus trastornos mentales -como adicción, depresión o psicosis-, la población de la India acude a los templos en busca de ayuda divina. Uno de ellos está en el sur y se llama Hanumanthapuram, donde se supone que una encarnación de Shiva sana a los enfermos mentales, expulsando a los "malos espíritus".
Las enfermedades mentales también se conciben como resultado de "magia maligna" (o brujería, como le llamaríamos en Latinoamérica). Es decir, que para ellos son el resultado de algo externo al individuo. El resultado de una batalla entre el Bien y el Mal, para usar nuestras categorías dualistas y maniqueístas.
Uno pensará que estas religiones Orientales están muy "atrasadas" pero si revisamos la tradición Cristiana Occidental también encontraremos vestigios de esas mismas creencias. Recuerden varios pasajes del Evangelio donde Jesús es presentado como exorcista. San Marcos nos ilustra:
Cap. 1
21 Entraron en Cafarnaúm, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar.
22 Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
23 Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar;
24 «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios».
25 Pero Jesús lo increpó, diciendo: «Cállate y sal de este hombre».
26 El espíritu impuro lo sacudió violentamente, y dando un alarido, salió de ese hombre.
27 Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!».
Cap. 5
1 Llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos.
2 Apenas Jesús desembarcó, le salió al encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu impuro.
3 El habitaba en los sepulcros, y nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas.
4 Muchas veces lo habían atado con grillos y cadenas pero el había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarlo.
5 Día y noche, vagaba entre los sepulcros y por la montaña, dando alaridos e hiriéndose con piedras.
6 Al ver de lejos a Jesús, vino corriendo a postrarse ante él,
7 gritando con fuerza: «¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo? ¡Te conjuro por Dios, no me atormentes!».
8 Porque Jesús le había dicho: «¡Sal de este hombre, espíritu impuro!».
9 Después le preguntó: «¿Cuál es tu nombre?». El respondió: «Mi nombre es Legión, porque somos muchos».
10 Y le rogaba con insistencia que no lo expulsara de aquella región.
11 Había allí una gran piara de cerdos que estaba paciendo en la montaña.
12 Los espíritus impuros suplicaron a Jesús: «Envíanos a los cerdos, para que entremos en ellos».
13 El se lo permitió. Entonces los espíritus impuros salieron de aquel hombre, entraron en los cerdos, y desde lo alto del acantilado, toda la piara –unos dos mil animales– se precipitó al mar y se ahogó.
¿Qué opinan de esta concepción sobre el problema y su supuesta solución? Luego les daré mi opinión. Según estás religiones, no deberíamos de buscar médico-psiquiatra sino un exorcista (o médico de almas)...!?
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