Cualquiera pensaría que, en democracia, un político con problemas mentales como depresión o episodios maníacos estaría acabado, fuera de la contienda para ejercer el poder. Pero un libro recientemente publicado en Inglés analiza casos específicos en los cuales, en un contexto de crisis política, ciertas características cognitivas de esos "problemas" se convierten en ventajas respecto a quienes son considerados "normales". Un ejemplo es el fenómeno llamado "realismo depresivo" que facilita a la persona de bajón percibir la realidad tal cual, en contraste con el exceso de optimismo de la que está sana.
Esto se explica en una breve reseña aparecida en la revista Scientific American Mind, September 2011 Issue, p. 68.
Libro: A First-Rate Madness: Uncovering the Links Between Leadership and Mental Illness, por Nassir Ghaemi, The Penguin Press (2011).
Entre los líderes analizados están: Lincoln, Churchill y Kennedy.
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