viernes, junio 13, 2014

Mi vida con Trastorno Bipolar

por Isolda S. desde Nicaragua*
He intentado suicidarme tres veces. El suicidio es la pérdida total de perspectiva, de sentirse como un gato encerrado en una caja, arañando por una salida. Es como estar con un pie en el abismo. La primera vez fue a los quince y la que me encontró fue mi hermana. Me llevaron al hospital y me drenaron el estómago. Desperté horas después con un tubo en la nariz y un staff de hospital claramente hostil hacia mí.
Creo que me veían como una niña que le hace malacrianzas a sus padres. Llegaron a mi cama unas monjas que me sugirieron buscara a Jesús. Recuerdo que me dejaron en observaciones un día entero y me dieron de alta al día siguiente. Un martes. El miércoles regresé al colegio como si nada hubiera ocurrido. Mi madre dijo a las autoridades colegiales que la razón de mi ausencia fue una gastritis. Supongo que le dio demasiada vergüenza decir la verdad. Tiempo después investigué y descubrí que el envenenamiento con ácido acetilsalicílico (aspirinas) produce una muerte lenta y dolorosa, básicamente te disuelve el estómago; también descubrí que había tomado diez veces la dosis letal, y me reí de la idea de morir diez veces.
Nicaragua ocupa el puesto 60 a nivel mundial en tasa de suicidios, según suicide.org, que dice que por cada 100,000 habitantes se matan 11 hombres y 3.7 mujeres. Las mujeres lo intentan cuatro veces más, pero los hombres son más eficientes a la hora de acabar su vida. Este hecho deja anonadados a muchos, pero como mujer, la explicación me parece dolorosamente —simple incluso a la hora de acabar con nuestras vidas— es que las mujeres tenemos todo un sistema social que nos impide dejar la existencia de formas “escandalosas” o “desordenadas”, así que mientras los hombres se liquidan con armas de fuego, las mujeres se asfixian, ahogan o envenenan. De cierta manera me hace pensar que en el fondo sentimos la necesidad de ser cadáveres presentables y bonitos.
Pero no crean que pretendo ser la voz de todos los suicidas, sería un papel demasiado grande para una simple muchacha de 20-25 años, clase media de Managua, Nicaragua. Sólo puedo hablar por mí misma y mi experiencia.
La segunda vez que me intenté matar fue a los dieciocho años. Pastillas, pero esta vez fueron 45 ansiolíticos con media botella de vodka. Esta vez fue mi padrastro el que me encontró, o mi madre. Me llevaron de emergencias al Manolo Morales, donde desperté dos días después, con una bolsa con el contenido de mi estómago a mi lado, como una placenta conectada a mi cuerpo con una bolsa en la nariz. Esta vez estaba sola. Como estaba en el ala femenina del hospital, no le permitieron a mi novio ir a mi lado, y mi madre estaba tan enojada conmigo que tampoco se apareció por ahí. Al salir, me castigaron meses sin salir de la casa, sin teléfono, internet o visitas, castigada por haber intentado quitarme la vida. Después de unos meses me recuperé, y seguí con mi vida y mi carrera en la universidad, pero en el fondo sentía una sombra, un monstruo que me empujaba al abismo.
Cuando tenía 21 años, un día dejé a mi novio y me sumí en una de las mayores euforias de mi vida. Bacanal duro, días de tomar y días en los que no necesitaba dormir. Pura energía. Creé muchísimo en esas semanas, se me ocurrían cualquier cantidad de proyectos y me sentía invencible. Un par de semanas después, absolutamente deshecha de vergüenza y auto-odio por todo lo que había hecho, sentí al monstruo que me jalaba lenta y decididamente al abismo. Pero esta vez, decidí buscar otra salida.
A pesar de la aprehensión de mis padres (mi madre se declara enemiga de “las drogas”), me vi en el consultorio del Dr. S.
El Dr. S. fue el psiquiatra de dos amigas cercanas que se habían ido del país, y ese día que fui a verlo lloré desconsoladamente en el diván de su consultorio, incapaz de articular por qué.
El Dr. S. me evaluó, hizo un diagnóstico diferencial, que consiste en descartar posibilidades y quedar con “la más probable”. Se me hicieron pruebas hormonales, para descartar el hipotiroidismo, se me hicieron pruebas neurológicas para descartar epilepsia. Al final, un par de meses después, tenía un diagnóstico: Trastorno Bipolar. El monstruo en mi cabeza tenía nombre.
El Trastorno Bipolar, explicado de una manera fría y científica, consiste en un desorden bioquímico. No está muy claro qué lo produce y qué lo detona, pero básicamente mi cerebro produce químicos que después se rehúsa a metabolizar. Dopamina y serotonina, que son responsables de las respuestas emocionales, no son procesados correctamente y produce desórdenes de estado de ánimo. Suena bastante simple: células neuronales que no hacen lo que deberían hacer, sin embargo, sus consecuencias en la vida diaria del paciente son devastadoras.
El Trastorno Bipolar no es un monstruo al que le gusta estar solo, ama la compañía de otros trastornos como Ansiedad, Pánico, Déficit de Atención, Ideación Suicida, Trastornos Alimenticios y Abuso de Sustancias. Entre 25% a 50% de las personas con esta enfermedad han tratado de suicidarse al menos una vez en su vida. De hecho, los bipolares tenemos 400% más de posibilidades de terminar nuestra vida de esta manera.
Leí en La Prensa el especial de este domingo sobre el suicidio. Habla sobre el estigma pero al mismo tiempo los subraya. El suicidio va más allá de una ruptura amorosa, de una pérdida de trabajo o la muerte de un ser querido. Habla más bien de la pérdida total de perspectiva, de sentirse como un gato encerrado en una caja, arañando por una salida. Cuando se está en el abismo no hay luz ni dirección ni sentido que nos guíe; delante de nosotros sólo está la muerte con los brazos abiertos.
Ese artículo habla también de una manera muy simple de las enfermedades mentales. De hecho sólo las menciona, nada más. Como paciente de una enfermedad mental, es una cachetada sólo dedicarle dos palabras a este tema sin el trasfondo de lo que realmente es padecer una enfermedad mental grave (pero entre comillas “manejable”) en un país como el nuestro. Los bipolares somos retratados como nuestra enfermedad y nada más. Una enfermedad que debemos esconder para tratar de funcionar en esta sociedad. Lo peor que nos puede pasar es que nuestra enfermedad llegue a oídos de potenciales empleadores, nadie quiere lidiar con una persona “loca” en su empresa, a pesar de que el trabajo es un factor muy estabilizador para personas con condiciones similares a las mías.
No sólo en eso radica la dificultad para vivir nuestras vidas, este trastorno trastoca absolutamente todas nuestras relaciones: ha permeado en mi relación con mi familia, amigos, conocidos.
La tercera vez que lo intenté fue a los veintitrés y no lo recuerdo muy claramente. Sólo la ansiedad. Recuerdo haber salido para despejar mi cabeza y que las cosas se salieron de control. Tomé ansiolíticos para frenar el tren de pensamientos obsesivos que me atacaban desde hacía días, y una desesperación y sensación de claustrofobia. Salí, para al menos ver gente y pasar un buen rato, pero al final de la noche me había tomado quince veces mi dosis de ansiolíticos y al menos una docena de cervezas. Esta vez fueron unos amigos (que probablemente para este entonces no les quede duda de quién soy, ¡hola!) los que me salvaron. Una vez más mi madre tuvo que recoger los trozos de su hija y llevarme derechito donde mi doctor.
La gente suele pensar que “antes no habían estas cosas, ahora todo mundo tiene algo” y que los fármacos psiquiátricos son como “pastillitas de la felicidad” que las personas débiles usan como excusa. La medicación es, por no decir otra cosa, brutal para el cuerpo, los antipsicóticos no te dejan concentrar, manejar y en general interfieren con tu vida diaria. Los antidepresivos traen consigo una gran cantidad de efectos secundarios como dolores crónicos de cabeza, hipersomnia, boca seca, aumento de peso, entre otros. Yo, por ejemplo, tendré que pasar el resto de mi vida tomando estabilizadores de humor, muchos de ellos incompatibles con embarazo y lactancia, así que estoy tratando de afrontar el hecho de que probablemente no sea posible para mí tener hijos. También el costo es un problema, algunos medicamentos de mantenimiento rondan los C$500, sumándole el chequeo mensual de psiquiatría, estamos hablando de al menos C$ 1500, ha habido meses que la cuenta llega a más de doscientos dólares, entre fármacos y consultas. Tener una enfermedad mental es un lujo caro.
Pienso entonces en mi privilegio: mis padres costean todos los gastos de mi salud mental. Tengo un psiquiatra excelente con una integridad humana increíble y siento cómo vela por mí y mi bienestar. Tengo un trabajo estable, en mi área, que disfruto mucho, con empleadores que están conscientes de mi condición, y que me apoyan y creen en mí y en mi talento. Tengo un grupo de amigos íntimos que me entienden desde el umbral de sus propias enfermedades mentales y condiciones. Tengo amigos que no tienen estas condiciones, pero están ahí para apoyarme y ver más allá de la Isolda-Bipolar, ven a la Isolda-Persona, y me hace pensar en todas esas personas que no tienen ni la mitad de este privilegio que yo tengo. Pienso en cuántos casos similares al mío no se pueden controlar por falta de recursos, la deficiente atención a la salud mental que existe en este país, la inestabilidad del flujo de medicamento en farmacias del país (nada es peor que llegar a la farmacia y no encontrar la medicación que te estabiliza). Y el estigma. Siempre el estigma.
Hace unos días le dije a mi mejor amigo que a veces siento que el día a día de la vida es como una piscina. Todos, sin excepción, tenemos que nadar diez vueltas a esa piscina, pero yo tengo una bola de hierro atada a mi tobillo que me hunde hacia el fondo y me hace nadar desesperadamente hacia la superficie, luchando por respirar. Entonces la gente pasa a mi alrededor y me dice “Isolda, todos tenemos que nadar diez piscinas” o “seguí adelante”. Y esa bola de hierro hundiéndome más y más, y yo luchando más y más por sobrevivir.
He llegado a conocer a este monstruo, y lo doy a conocer para que la gente no nos tenga miedo a nosotros, los enfermos mentales. Me niego a esconderlo de las personas que me quieren y conocen, y tengo la esperanza que a medida que más personas se familiaricen con estos monstruos, la vida se vuelva un poco menos complicada para nosotros, los que tenemos que convivir con estas condiciones en un mundo que no nos espera.
Publicado en Confidencial, 10 de junio de 2014.
http://www.confidencial.com.ni/articulo/17826/mi-vida-con-trastorno-bipolar
Republicado por Plaza Pública, 13 de junio de 2014.
http://www.plazapublica.com.gt/content/mi-vida-con-trastorno-bipolar

miércoles, mayo 21, 2014

Debemos dejar los medicamentos psiquiatricos?


Descargar el documento AQUI en PDF 

Doy las gracias al lector del BLOG que nos recomendó este documento de lectura. Como alguien que decidió dejar de tomar medicamentos en 2008, después de 5 años de tomarlos, y que ha sido capaz de llevar su vida con un buen grado de normalidad, les recomiendo a los que lo estén considerando ahora hacer esta lectura obligatoria para todos. Saludos!

martes, septiembre 03, 2013

Mi psiquiatra

Emilio Quinto, dando explicación sobre la depresión.


Depresión: su manejo farmacológico
Dr. Emilio Quinto
Aula Magna Faculta de Medicina Universidad Francisco Marroquín
Guatemala, 8 de noviembre de 2012
 Una producción de New Media-UFM. Guatemala, noviembre 2012.

lunes, septiembre 02, 2013

Comic sobre el Trastorno Bipolar


"El 28 de Junio de 2010 llegué al Perú siguiendo los pasos de mi padre. Él había vivido allí durante casi dos años, intentando rehacer su vida después de años de desempleo y depresión. Las cosas no salieron bien y terminó volviendo a España. Pero una sombra de sospecha se cernía sobre nosotros.

El Día de la Victoria es el relato de todo lo que sucedió desde su regreso a España hasta su muerte. Un recorrido a lo largo y ancho de mis recuerdos, nuestra relación y el último período de su vida. Un viaje que me llevaría a descubrir quien era mi padre y quien soy yo."

El Día de la Victoria es una novela gráfica independiente escrita y dibujada por Guillermo Carandini. Fue financiada a través de un proyecto de crowdfunding, y es el primer cómic que trata sobre el trastorno bipolar de una manera amena y entretenida.

Toda la información del libro está en la web www.comiceldiadelavictoria.com
Puedes unirte al grupo de FB www.facebook.com/comicdiadelavictoria
Si deseas hacerte con un ejemplar visita www.comiceldiadelavictoria.com/tienda-online

sábado, julio 13, 2013

Comienzo nuevo ciclo de vida

Pienso que debo retomar el BLOG como terapia personal, para escribir sobre esta nueva etapa de mi vida de joven adulto. No sólo me enfrento a los retos de ser papá sino también a reinsertarme en mi sociedad después de muchos años en el extranjero. Lo hago con optimismo, pero no deja de preocuparme la incertidumbre laboral y, por lo tanto, económica.

Posiblemente uno de los retos principales es llevar adecuadamente el estrés del trabajo y de una ciudad tan caótica -especialmente el tránsito y la percepción de inseguridad. Las relaciones de familia son siempre una fuente de estrés, pero cada día las relativizo un poco más para que no me afecten tanto.

Espero también tener tiempo para organizar algo en torno al trastorno bipolar en mi ciudad, para jóvenes de 15 a 29 años, y otro grupo para mayores de 30 años. A lo mejor retomo el contacto con los psiquiatras que conozco, aunque estoy abierto a conocer a otros expertos que nos puedan orientar profesionalmente.

Un tema que me puede generar algunas barreras es el religioso, pues no creo en Dios ni en las iglesias de cualquier tipo, y veo que la gente con problemas busca refugio en esas creencias. Respeto lo que otros piensan, pero muchas veces las creencias contradicen burdamente el conocimiento científico y sería irresponsable dejarlo pasar en temas tan delicados como las enfermedades mentales. Por cierto, creo que se me olvidó compartir algunas lecturas del biólogo Robert M. Sapolsky, profesor de Stanford, quien confirma que en la base de muchas creencias religiosas pueden haber desordenes mentales, como esquizofrenia y OCD. Los explicaré en detalle en un futuro POST.

Por el momento, gracias a todos los que leen y dejan sus comentarios. El articulo sobre Epival ya tiene mas de 60 comentarios con testimonios muy valiosos e interesantes preguntas. Un abrazo!


martes, abril 30, 2013

Zeta-Jones ingresa a hospital siquiátrico

LOS ÁNGELES, 30 de abril.
Con información de AP en http://www.excelsior.com.mx/funcion/2013/04/30/896651

La actriz Catherine Zeta-Jones ingresó "con iniciativa" a un centro de salud mental para ser tratada de su condición bipolar, dijo su publicista. Zeta-Jones "está comprometida con atención periódica para manejar su salud de una manera óptima", dijo Sarah Fuller en un correo electrónico enviado a The Associated Press a última hora de anoche.

Hace dos años, la actriz de 43 años ganadora del premio Oscar ingresó a un centro similar para una estancia breve a fin de recibir tratamiento para su condición, conocida como Bipolar II. El desorden es caracterizado por cambios bruscos de estados de ánimo y episodios depresivos. Es tratado comúnmente con medicamentos y psicoterapia. Zeta-Jones ha sido uno de los talentos más activos últimamente en el negocio del espectáculo, pues ha aparecido en películas como Rock Of Ages, Playing For Keeps, Broken City y Side Effects. El tratamiento más reciente a la actriz fue reportado primero por el sitio de internet TMZ.

Este enfoque me parece más constructivo, que el simple "chisme" mediático:

"Zeta-Jones announced in 2011 that she had bipolar disorder and spent some time in a mental-health facility in Connecticut being treated. Since then she's been remarkably open in talking about it, hopeful that it would diminish the stigma and also inspire some of the millions of other people who have the disorder to seek treatment."

jueves, octubre 18, 2012

Profundidad y valentía, no silencio ante el dolor

por Carlos Miguélez Monroy(*)

Al decir que alguien “comete” suicidio, los medios de comunicación anglosajones dan a entender que se trata de un crimen. “Pero no cometió un crimen. Se quitó la vida”. Así lo afirmaba el periodista Cristopher Lukas en el taller “Cubriendo el suicidio” del Dart Center for Journalism and Trauma. Este centro de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Columbia pretende servir como recurso para periodistas que cubran temas relacionados con la violencia y el trauma.

Durante dos días, psicólogos, expertos de la salud y profesionales de la comunicación debatieron sobre el suicidio en los medios de comunicación. Cada año se quitan la vida cerca de un millón de personas en el mundo; una cada 40 segundos. Ni siquiera mueren tantas personas en todos los conflictos armados juntos. Los casos han aumentado de forma alarmante en Estados Unidos desde 1999, y es ahora la decima causa de muerte aunque, a diferencia de las que le preceden, ésta va en aumento.

El suicidio en los medios de comunicación divide opiniones. Unos se apoyan en el efecto réplica que, según varios estudios, se produce por publicar información sobre casos de suicidio. Por eso, muchos medios de comunicación mantienen una política de silencio.

Pero cada vez más profesionales de los medios piden que se hable del tema, aunque sin frivolizar ni perder de vista que “se trata de un asunto complejo”, en palabras de Bob Gebbia, director de la American Foundation for Suicide Prevention. En el taller, algunos profesionales apelaban al sentido de responsabilidad de los periodistas y resaltaban la necesidad de formar a los profesionales para cubrir información que implica cuestiones éticas, psicológicas, jurídicas y políticas con las que no cualquiera puede lidiar.

Esa formación se dirige, sobre todo, al enfoque que deben dar los periodistas y a la forma en que cubren una noticia. En repetidas ocasiones, los periodistas han llenado sus informaciones de detalles sobre la muerte que el lector no necesita saber. En otras, han simplificado las causas o se han limitado a hablar del shock y del dolor sin abordar otras cuestiones.

Pero tampoco resulta fácil llegar a las causas y luego informar de ellas, que muchos de estos expertos consideran fundamental para detectar casos en el futuro y prevenirlos. En muchas ocasiones hay situaciones llenas de dolor y desesperación, se han destapado secretos que salpican a otros miembros de la familia; casos de homosexualidad reprimida o mal asumida; se interponen sentimientos de vergüenza, de culpa, de impotencia y de odio. Un periodista sin bagaje, sin preparación y sin capacidad de afrontar estas circunstancias puede padecer consecuencias psicológicas, como advertían algunos periodistas en el taller. Sin embargo, estas dificultades no desaniman a quienes coinciden en la necesidad de cubrir más y mejor los casos de personas que se quitan la vida. Sólo así podrán curarse muchas de las heridas abiertas en las familias y en la sociedad. El silencio y el olvido, en muchos casos, han provocado más dolor y peores estigmas en las familias.

Al destapar el creciente número de suicidios en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, algunos periodistas han reconocido la dimensión política a una tragedia que afecta a las familias: veteranos de guerra con pagas insuficientes, falta de atención psicológica a soldados mutilados en la guerra o que sufren el llamado “Desorden de Estrés Post-Traumático” reformulado por algunos como “Daño de Estrés Post-Traumático”.

Estas labores periodísticas han enemistado a algunos medios con ciertos estamentos del ejército, aunque muchos veteranos de guerra, que conocen las consecuencias de pasar tiempo en un campo de batalla, las aprueban. La sensibilidad y la valentía con que algunos periodistas escriben sobre temas tan delicados suele despertar admiración.

“Si estoy escribiendo sobre alguien que ha muerto, pongo una foto de esa persona en la pantalla para que pueda pensar en esa persona”, confesaba Michael de Yoanna, periodista estadounidense galardonado con premios por su periodismo de investigación sobre suicidios de miembros de las Fuerzas Armadas.

Los responsables de los medios de comunicación no pueden ignorar la labor de un centro de la que puede ser la más prestigiosa facultad de periodismo en el mundo. Hay que abordar las causas de la violencia para afrontarla, pues aún forma parte de nuestra vida diaria.

(*)Periodista, coordinador del Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS)
Email: ccs[at]solidarios.org.es

jueves, octubre 04, 2012

Esperanza contra la depresión

Descubrimiento de un anestésico que, parece, logra eliminar la depresión rápidamente! Ir al siguiente vínculo:

Ketamine Relieves Depression en NPR (en Inglés)

Arriba neurona deprimida, en un ratón. Abajo, depués del tratamiento, ya normal.

domingo, septiembre 09, 2012

Prevención del Suicidio

Importante ejemplo a seguir de organización en los EE.UU.

Suicide Prevention Education Alliance

Nuestra misión: Prevenir el suicidio por medio de enseñar a los jóvenes a reconocer las señales de advertencia sobre el suicidio y buscar ayuda profesional para ellos y para los demás. Leer más AQUÍ



Esto a propósito de nota en PrensaLibre.com de Guatemala sobre el problema

Buscan reducir tasa de suicidios

Una encuesta efectuada por la Universidad de San Carlos el año pasado establece que hasta 200 mil jóvenes menores de 30 años han tenido ideas suicidas en algún momento, cifra que alarma a expertos que ayer se reunieron para tratar el tema. Leer más AQUÍ




Metodologias de investigacion combinadas

Interesante forma de acercarse al problema, para entenderlo mejor.

The Genomics of Bipolar Disorder

por Mayo Clinic

Esta imagen muestra las regiones cerebrales implicadas en el trastorno bipolar, concretamente la corteza cingulada anterior, indicada por el cuadro amarillo. Leer más AQUÍ


Investigación del Cerebro avanza

Interesante artículo en BBC Mundo.com

Una era dorada de los descubrimientos en neurociencia


Belinda Lewis utiliza la resonancia magnética funcional para estudiar desórdenes bipolares en el Centro Wolfson de Imágenes Cerebrales en la Universidad de Cambridge.

Mientras sus pacientes permanecen recostados dentro del escáner, se les muestra una serie de imágenes que representan una variedad de emociones humanas.

El estudio revela que los cerebros de quienes tienen desórdenes cerebrales son estimulados de manera excesiva por estas imágenes y que son menos capaces de procesar o interpretar la información de manera precisa.

Esto puede mostrar que el desorden bipolar es un desorden mental de naturaleza biológica.

Leer más AQUÍ

martes, septiembre 04, 2012

Percepción: nuevo show en TV

Perdón porque tengo descuidado el BLOG! Estoy muy ocupado recientemente. Desde hace algunos días quería compartirles sobre este nuevo programa de TV en inglés, para los que tienen acceso a la cadena TNT.

Se llama Perception: ver sitioweb AQUÍ.

Me llamó la atención después que entrevistaron a uno de los directores en NPR y explicó que tratan de reflejar con fundamento científico diversos dramas relacionados con la salud mental y otros fenómenos que estudia la neurociencia. Luego, también en NPR, entrevistaron al científico que les da las ideas que pueden explorar. Se llama David Eagleman.

En uno de los capítulos recientes exploraron el dilema de tomar o no medicamentos. El personaje principal padece de esquizofrenia paranoide, pero logra funcionar como un profesor universitario que también ayuda al FBI a resolver crímenes. Pues en este capítulo sospechan que otro esquizofrénico pero disfuncional asesinó a una prominente jueza. El punto de la trama personal es que el profesor quiere que el sospechoso retome el tratamiento farmacológico para poder defenderse de las acusaciones falsas. Pero en el proceso se da cuenta que él mismo debería tomar sus medicamentos, y es cuando emerge la pregunta sobre si él sería mismo o no, bajo los efectos farmacológico. Esta es una reflexión que nos hacemos todo el tiempo los bipolares.

También es educativa la serie pues nos presenta interesante información sobre el cerebro humano, de una forma entretenida. Se las recomiendo.

lunes, agosto 06, 2012

Marilyn Monroe fue bipolar

Según investigación realizada por la autora del más reciente libro sobre su vida.

"Marilyn Monroe is one of the most well-known American icons of the twentieth century. But did we really know her at all? A new book titled “Marilyn” reveals a deep and complicated woman full of contradiction. She was sensual but painfully insecure, devout but sexually uninhibited, disciplined but self-destructive, cerebral but naïf-like. Many of her complexities were rooted in her unstable childhood. She was born Norma Jeane Mortenson in a charity ward in Los Angeles. She grew up in eleven different foster homes, with a mother in a mental institution and a father she never knew. Diane talks with Author Lois Banner about Marilyn Monroe."

Escuchar en programa de NPR The Diane Rehm Show (2 ago 12).

lunes, junio 25, 2012

Comediante Bipolar al que debemos tomar en serio

Joshua Walters aborda con humor el trastorno bipolar, a partir de su propia experiencia. Me parece genial, incluso con una crítica a los psiquiatras y el tipo de medicamentos que recetan (los incentivos económicos que ellos tienen). Presenta una visión positiva, aunque realista, sobre el trastorno bipolar. Menciona el famoso libro de Kay Jamison, Touched with Fire, que supongo es conocido por la mayoría de los lectores de este blog. También habla de este otro autor y libro que yo desconocía: The Hypomanic Edge por John Gartner. Habrá que leerlo. Además, cita este interesante artículo en el NYTimes: Just Manic Enough: Seeking Perfect Entrepreneurs por David Segal (Sep. 18, 2010).

jueves, mayo 10, 2012

"Re-definicion" de las enfermedades mentales

Así titula la revista Scientific American Mind (Mayo-Junio 2012, pp. 28-35) su artículo sobre la actualización del famoso y criticado manual de diagnósticos psiquiatricos en los EE.UU., el DSM-5.

El autor del mismo, Ferris Jabr, nos advierte que algunos cambios del manual nos sorprenderán. ¡Así es! Por ejemplo, ahora se considera como un "desorden" o trastorno la adicción a las apuestas -cosa curiosa porque en un documento muy antiguo, del siglo XIX, uno de mis ancestros es acusado de ello por su esposa para solicitar el divorcio y que se le administraran los bienes para beneficio de ella y sus hijos-. Por otro lado, ahora el nuevo Manual ha quitado el Asperger como trastorno del desarrollo. Será incluido con otros en una nueva categoría: "trastorno del espectro autista", así como ahora se acostumbra hablar del "espectro bipolar".

Para los intereses de este BLOG, el DSM-5 tampoco incluirá la categoría de "niños con trastorno bipolar". La misma será sustituida por "trastorno de la desregulación del ánimo". Se espera que eso implique menos estigma para los niños. También es cierto que desde el 2000 aumentó mucho el diagnóstico de niños con TBP, lo cual se cree podría deberse, en parte, a la simple disponibilidad de una "etiqueta". Aquí, por cierto, podría usarse la explicación de Daniel Kahneman (Thinking, Fast and Slow) sobre el sesgo cognitivo que ocurre cuando hay disponibilidad de ciertas categorías o eventos -lo que no viene a la mente porque no se discute públicamente, ni aparece en la toma de decisiones-.

Jabr también explica en un recuadro que muy pocas personas desarrollan el TBP antes de llegar a los 20 años de edad -creo que yo he sido uno de esos pocos casos-. Dice que muchos niños diagnosticados con TBP no oscilaban entre depresión y manía, sino que más bien permanecían en un estado u otro (explosión de rabia o violencia física, en respuesta a un pequeño detonante). Por eso, ahora el "trastorno de la desregulación del ánimo" se utilizará para niños menores de 10 años de edad que están constantemente irritables y tienen extremas reacciones de carácter ("berrinches") al menos tres veces por semana. El problema es que, a pesar del cambio del nombre, el tratamiento sería el mismo (mezcla de estabilizadores del ánimo, antisicóticos, antidepresivos y estimulantes).

Agradeceré comentarios de los psiquiatras amigos de este BLOG sobre este importante cambio, que podría afectar directamente a nuestros hijos.

Subo graffitis y pinturas en mi FB

Después de un trimestre tormentoso, un estupendo libro de historia me da la bienvenida a su hogar: The age of wonder. Por semanas creí que el placer de conversar con esos entrañables amigos de papel se había evaporado. Por necesidad laboral y sacando fuerzas de flaqueza de donde no las había solo había podido lidiar con documentos PDF en mi computadora.

Aunque traté una vez más con la Biblia, vieja conocida de cubierta a cubierta, y tuve la incondicional ayuda de Francisco Arrecis y los extractos marcados por mi hija, me siguió siendo esquiva. Tampoco ha servido que me le aproxime por otros libros que la interpretan. Si la leo de manera literal la cuestiono, si lo hago de manera simbólica o figurada, tampoco logro asir la fe. En mi caso solo existe el alma, el espíritu santo no la habita.

Es un tornado que te embiste, te succiona hasta el último hálito y te deja con el cascarón vacío del cuerpo. Quienes son poco observadores ni repararán en que la mente te ha encerrado en el laberinto del Minotauro, quienes sí te ven mal jamás podrán dimensionar la invalidez mental que te asola. Escribir un párrafo se vuelve una tarea titánica, de ahí que me excuse con los lectores por esta lejanía de varios meses. Tu mejor momento del día es cuando tomas las pastillas para dormir, y el peor, cuando despiertas, pues te percatas de que la pesadilla es real. Eres un Sísifo atrapado en una tarea inútil, o un Prometeo, a quien el águila despedaza de día y deja reposar de noche.

Las enfermedades físicas tienen, al menos, la decencia de atacarte de frente. Las dolencias del alma son traicioneras y te tienden celadas con sigilo. Por cuarta vez la derroto en este match que ya lleva un quinquenio, y que si ausculto con lupa se remontará a muchos años atrás. Se envalentona a medida que me pongo más viejo, y por eso me desafía más a menudo. Desde adolescente fui un luchador incansable —la vida existía para buscar la excelencia y para retarla—, pero contra este adversario sin rostro, resulta muy difícil combatir. Es la guerra… por la vida misma. La batalla más sangrienta tuvo lugar cinco años atrás, y dejó cicatrices, pero la más larga, cual guerra de trincheras de la Primera Guerra Mundial, fue ahora, y hasta te robó 15 libras de peso en solo unos días.

La conozco muy bien, sé cuando seduce y encanta, cual sirena, y sé cuando paraliza y aniquila, cual Medusa. En ambas fases la familia sufre mucho; en la primera porque no los priorizas y porque navegas cual Odiseo, y en la segunda porque te conviertes en un Caronte, sombrío y de ultratumba. Sigue siendo un tabú del cual la familia y los amigos más cercanos solo hablan entre murmullos, cual si fuera una lepra mental.

Cuando me he recuperado, he leído numerosos libros sobre el tema, y sobre materias atinentes a Virginia Woolf. No se trata de hipocondría o desvaríos, sino de armarte para poder sobrevivir. Sabes lo que el psiquiatra te dirá, pero vas para que alguien vea tu mente desnuda —máxime si no crees en la confesión—. Pero por más que hayas leído y la divises, tanto con su máscara jovial de carnaval como con la aterradora de hallowen —siempre recurre a un disfraz diferente—, cuesta percatarse de sus engaños.

Se ha replegado, pero nunca dejará de merodear, esperará un descuido para abalanzarse de nuevo. No debes bajar la guardia, pero a la vez también debes aprender a relajarte, pues vivir con la armadura puesta no es vivir.

Quién diría que todo se debe a un microscópico desbalance químico en el cerebro. Las píldoras operan como micropalancas de Arquímedes para restaurar el equilibrio. Antes la llamaban enfermedad maníaco depresiva, ahora le dicen trastorno bipolar, pero yo le llamaría paraíso fugaz e infierno eterno. ¿Sabes la anécdota de Tolstoi en el Caúcaso, con una fotografía de Lincoln, el melancólico —así se le decía antes, no depresión—? Otro día te la contaré.

Subo graffitis o pinturas en mi FB. Vuelvo a disfrutar la lectura. Mi memoria encuentra sus archivos. Puedo volver a ser un gran conversador. Mi mente disfruta de nuevo una película. Me sumerjo en la inmensidad de mi iPod. Me percato de que los cinco sentidos sí existen. Y la capacidad de amar retorna.

Autor: Pablo Rodas Martini (*)
Fuente: AMÉRICA DESDE EL CENTRO, PrensaLibre.com (Mayo 2012).
(*) Agradecemos al autor por el texto y darnos permiso de reproducirlo aquí.

lunes, febrero 27, 2012

Cada vez somos más!?

Nota publicada en elPeriódico de Guatemala:

Los bipolares cada vez son más comunes, por Diana Choc. Leer AQUI

Al sacar tasas ajustadas por el tamaño de la población, en Guatemala hay:

27 hombres diagnosticados por cada 100,000 mayores de 15 años en la población masculina.

47 mujeres diagnosticadas por cada 100,000 mayores de 15 años en la población femenina.

La relación entre ambos sexos sería de 6 hombres por cada 10 mujeres o, lo que es lo mismo, 18 mujeres son diagnosticadas con TBP por cada 10 hombres que también lo son.

Por supuesto, llama la atención que exista tal desproporción entre ambos sexos, especialmente porque en la monumental obra de Goodwin y Jamison (1990), ManicDepressive Illness, se reportaba en la "fenomenología de la depresión" (p.63) que la depresión bipolar es igual entre hombres y mujeres, mientras que la depresión unipolar es más frecuente entre las mujeres.

Por otro lado, la evidencia en otros países muestra que la incidencia anual del TBP es de 9 a 15 nuevos casos por cada 100,000 hombres, versus una de 7 a 30 nuevos casos por cada 100,000 mujeres, según el resumen de Goodwin y Jamison (p. 161). En los EE.UU. la relación de prevalencia para un año es de 12 mujeres con TBP por cada 10 hombres (p. 166).

Se concluye que la condición es generalmente más prevalente en las mujeres que en los hombres, aunque la brecha es mayor en casos de depresión unipolar. La excepción se ha detectados en comunidades Amish donde la prevalencia en los hombres es mayor (p. 168).

Conociendo Guatemala, me imagino que es más aceptable socialmente que una mujer acuda a tratarse con un psicólogo o psiquiatra, que un hombre. Especialmente porque mucho del comportamiento riesgoso de los episodios maníacos puede ser interpretado como hombría o valentía (irritabilidad, confrontación, hipersexualidad), es decir, nada que amerite tratamiento.

El artículo me parece importante para llamar la atención sobre el problema, pero se quedó corto en explicar la condición. De hecho, podría mal interpretarse la descripción que hacen de ciertos episodios de manía y así contribuir a los prejuicios y estereotipos negativos sobre las personas que padecen el TBP.

En el mismo se recomienda el BLOG de una mujer con TBP que comparte sus experiencias e informa sobre   esta condición: http://www.diabipolaridad2.blogspot.com/