jueves, diciembre 18, 2008

¡Cuidado con los psiquiatras! No se ponen de acuerdo


A quienes leen en inglés, les recomiendo mucho ver este artículo en el NYTimes:

"Psychiatrists Revise the Book of Human Troubles" (17 dic 08)

El artículo revela los debates entre psiquiatras convocados por la American Psychiatric Association para elaborar la quinta edición del Manual sobre Trastornos Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, conocido como DSM) que se utiliza en muchos países para diagnosticar a los pacientes.

Uno de los puntos que me llamó la atención es el hecho que desde el primer manual, publicado en 1952, se ha más que duplicado el número de "trastornos mentales" (ver gráfica arriba). Y estas etiquetas tienen un gran impacto en la forma en que las personas con alguna "condición" se entienden a sí mismas y en cómo son percibidas por los demás miembros de la sociedad.

Le agradecería a alguno de los Doctores que nos leen, que por favor comente sobre este asunto.

lunes, diciembre 08, 2008

Libro para explorar


Estoy viendo ahora mismo un programa muy interesante sobre el cerebro y diversas alternativas para mejorar nuestras vidas.

En inglés se titula "Change Your Brain, Change Your Life: The Breakthrough Program for Conquering Anxiety, Depression, Obsessiveness, Anger, and Impulsiveness". Parece que también está disponible en castellano.

El autor, Dr. Daniel Amen, explica de forma sencilla y amena cómo funciona nuestro cerebro. También aborda los distintos problemas relacionados con el cerebro y la mente. Él advierte que el trastorno bipolar es algo muy serio como para dejar de tomar los medicamentos, pero sugiere dietas, ejercicios y productos naturales (como aceite Omega-3) para solucionar diversos problemas cognitivos y del estado de ánimo.

miércoles, diciembre 03, 2008

Meditar evita la depresión

La meditación puede resultar tan efectiva o más que medicarse para hacer frente a la depresión, según un estudio efectuado por la Universidad de Exeter (Reino Unido).

La investigación se basó en técnicas de meditación budista y su resultado es un tratamiento bautizado como “terapia cognitiva basada en la plena consciencia” (MBCT por sus siglas en inglés), que propone una alternativa natural a los antidepresivos químicos.

La meditación propone a los pacientes centrarse en su existencia presente, en vez de obsesionarse con el pasado y el futuro, afirmó el profesor Willem Kuyken, director del estudio.

Kuyken explicó que se escogió a dos grupos de personas con un largo historial depresivo, a uno de los cuales se trató con los medicamentos habituales y al otro con la terapia zen.

Ambos tratamientos se prolongaron durante ocho semanas, tras las cuales se dejó pasar un período de 15 meses al término del cual se constató que un 60 por ciento de quienes se trataron con antidepresivos habían recaído, frente a un 47 por ciento de recaídas entre quienes habían meditado.

El profesor Kuyken señaló que los antidepresivos “funcionan mientras se toman y son muy eficaces a la hora de reducir los síntomas de la depresión”, pero añadió que “cuando la gente deja de tomarlos se es extremadamente vulnerable a una eventual recaída”.

“La terapia MBCT propone un enfoque diferente; enseña a la gente habilidades prácticas. Lo que hemos demostrado con este estudio es que, cuando los pacientes se esfuerzan, estas habilidades de meditación les ayudan a mantenerse en buenas condiciones”, aseguró.

Para Kuyken, se trata “de una opción viable para buena parte de las personas con esta enfermedad”.

FUENTE: Prensa Libre (3 dic 08) - EFE.

RECURSO: Oxford Cognitive Therapy Centre

sábado, noviembre 22, 2008

Lección de humildad

Me quedó pendiente contarles lo que me dijo el doctor después que le confesé que había decidido dejar los medicamentos.

Yo creía que me iba a decir que lo pensara de nuevo, que los medicamentos son importantes y que es muy peligroso dejarlos. Sin embargo, me dijo que si yo me sentía bien, pues que está de acuerdo con mi decisión.

Me quedé sorprendido. Le volví a preguntar directamente su opinión, después de darle todos mis argumentos de justificación. Me dio entonces una lección de humildad científica. La cual agradezco enormemente.

Me dijo que los científicos en general, y psiquiatras en particular, saben muy poco sobre cómo funciona el cerebro realmente. Sigue siendo un misterio para la ciencia. Dijo que el trastorno bipolar es una "enfermedad caprichosa" cuyos síntomas aparecen y desaparecen. Hay pacientes que tienen episodios importantes de manía o depresión, son tratados y después pasan bien por muchos años. Hay otros que tienen una enfermedad más severa y sí necesitan más de los medicamentos.

Me contó que él ha visto muchos casos de mujeres que deciden suspender el tratamiento farmacológico para poder quedar embarazadas. Algunas no tienen problema alguno, mientras otras sí padecen complicaciones durante o después del embarazo. Así que cada cerebro responde de manera diferente. Los estudios existentes no nos permiten asumir conclusiones definitivas.

Así que si después de cinco meses estoy bien, sin mayores desbalances, no necesito seguir tomando la medicina. ¡Increíble!

Confieso que tengo un poco de miedo, es como volver a caminar después de usar muletas o silla de ruedas por mucho tiempo. Uno se siente algo débil para enfrentar la realidad. Mi principal temor es que el medio ambiente en que vivo no me favorece, especialmente ahora que viene el invierno y eso tiende a deprimir a cualquiera...

Además de las recomendaciones sobre la higiene del sueño me dijo que es importante que trabaje con luz brillante al final de la tarde, para que mi cerebro no sea engañado por la oscuridad temprana. Así que en esas ando...

miércoles, noviembre 19, 2008

Confesión sobre una "enfermedad caprichosa"

En un post anterior prometí contar una confesión que haría al psiquiatra. La quería compartir con los lectores de este blog, pero no me atrevía...

Resulta que hace cinco meses dejé de tomar medicamentos. Ha sido una decisión importante, después de más de cinco años tomándolos. Es un experimento arriesgado al que decidí someterme por las siguientes razones:

1. Desde que inicié con el tratamiento farmacológico para el trastorno bipolar aumenté un total de 30 libras de peso. Actualmente estoy obeso (más allá de un simple sobrepeso) y eso me ha generado otros problemas de salud: hipertensión, altos niveles de colesterol y triglicéridos. Esto es muy peligroso, pues son factores de riesgo para enfermedades cardíacas y cerebro-vasculares.

Necesito bajar de peso y la medicación no me ha ayudado. He intentado diversos medicamento, por esa misma razón, pero he padecido otros efectos secundarios no deseables.

2. El último medicamento para estabilizar el ánimo (Tegretol, carbamazepina) me provocaba una sensación de "resaca" por las mañanas. Sentía la cabeza grande y me costaba concentrarme en mi trabajo. Esto bajó dramáticamente mi productividad durante el año pasado. Lujo que no puedo darme.

Necesito recuperar la productividad y creatividad que caracteriza los episodios moderados de manía (hipomanía). Espero así alcanzar las metas que me he trazado.

3. Desde que fui diagnosticado con TBP he recibido dosis sub-terapéuticas, pues lo mío ha sido catalogado como Bipolar II moderado. No soy un peligro para los demás, ni para mí mismo. Mi principal problema ha sido la irritabilidad en la interacción con otros, bajo situaciones de estrés (sobre todo laboral o familiar).

Entonces, tomar medicamentos como estrategia profiláctica ya no tiene mucho sentido, pues los efectos secundarios negativos han sobrepasado a los beneficios.

Creo que el experimento ha sido exitoso. Prácticamente no he tenido problemas de interacción en los meses sin medicamentos. Sólo un par de episodios que he identificado y sabido manejar. Aunque reconozco que actualmente no estoy sometido a un estrés laboral similar al que me llevó al médico la primera vez (allá por 2003).

Finalmente, decirles que no me atrevía a compartir esto con los lectores del blog porque no quiero ser "un mal ejemplo" para aquellos que quieren dejar los medicamentos de manera irresponsable. Esto no funciona para todos, lamentablemente. Escribiré otro post contando lo que me dijo el doctor.

Higiene del sueño

Más de una lección importante recibí ayer durante la cita con el médico. Le compartí que mi principal problema en los últimos meses ha sido el sueño. He tenido un sueño poco reparador, muy intermitente... Al día siguiente me despierto cansado y eso dificulta mi desempeño laboral y académico.

Me dijo que debía tener cuidado con la "Higiene del Sueño" y seguir algunas reglas:

1. ¡Salir de la cama al despertarse! Esto es necesario para obligar al cerebro a ajustarse, pues se ha observado que el "reloj del sueño" tiende a atrasarse. Si nos quedamos en la cama después de despertarnos en realidad no aprovechamos ese descanso y el horario se nos empieza a desajustar.

2. No tomar alcohol, ni fumar. Las bebidas alcohólicas son perjudiciales para el sueño.

3. No tomar pastillas para dormir. "No hay medicamento que produzca sueño de manera natural". Paradójicamente, las pastillas para dormir alteran el ciclo natural del sueño y producen lo que se denomina como "insomnio fármaco-dependiente". A lo mejor, a veces y por corto tiempo, se pueden tomar, pero recetados por el médico.

4. Tomar medio vaso de leche y algunas galletitas, antes de acostarse, para estimular la hormona del sueño, llamada melatonina.

5. Evitar los ruidos en la habitación, y procurar la temperatura adecuada.

6. Ejercicio regular (30 minutos al día, mínimo; 1 hora de aeróbicos, idealmente).

Recordar que el "insomnio es una enfermedad de la ciudad", del estilo de vida que llevamos. "¿Cuándo ha visto a un campesino que padezca problemas del sueño?".

Encontré otras referencias en Internet que les comparto:

Página de los trastornos del sueño
http://www.geocities.com/hotsprings/villa/4700/higiene.html

Higiene del ciclo vigilia - sueño
http://www.geocities.com/feescob/higiene.html

martes, noviembre 18, 2008

Hoy tengo cita con el psiquiatra

Como debemos hacer los pacientes con TBP, hoy me toca cita con el doctor, para evaluar mi situación en los últimos cinco meses.

Hay varias cosas que le tengo que contar. Primero, que ya fui con un médico internista para controlar mi problema de presión arterial alta. El doctor me recetó Enalapril para ello. Luego con los exámenes de sangre se verificó que sigo con los niveles de triglicéridos altos, así que me mandó Lovaza (Omega-3).

Segundo, en este período he estado bastante estable. Un par de episodios de irritabilidad, no muy serios, con terceras personas (nada con mis seres queridos). Un poco de bajón del ánimo un par de veces en semanas recientes... Pero tampoco nada de qué preocuparse. Según yo.

Tercero, una confesión... que les compartiré después de la visita con el Dr. para ver qué me dice.

Necesito que me de algo para dormir bien, porque creo que ese es mi principal problema. Cuando no descanso bien por la noche me cuesta concentrarme durante el día en mi trabajo.

Entre las buenas cosas a reportar, finalmente me inscribí en un gimnasio para ir a hacer ejercicio de forma regular. Al menos, en las dos primeras semanas he ido un día sí y otro no, caminando unos 30 minutos. Un poco de natación y pesas. Espero controlar mi peso y presión.

viernes, noviembre 14, 2008

Libros de Eduardo Grecco en Guatemala



Nota: nadie me paga por esta publicidad... Pero como sé que varios estaban interesados en adquirir estos libros y no los conseguían... Aquí va el anuncio gratuito (con la falta que me hace el dinero).

miércoles, noviembre 12, 2008

Competencia entre genes maternos y paternos

Esta semana salió en el NYTimes un artículo muy interesante titulado: "In a Novel Theory of Mental Disorders, Parents’ Genes Are in Competition"

En el mismo se resume la nueva teoría desarrollada por Bernard Crespi, biólogo en Simon Fraser University de Canadá, y Christopher Badcock, sociólogo en la London School of Economics.

Lo que ellos proponen es que desde el momento de la fecundación hay una intensa competencia entre los genes paternos y maternos. El desarrollo del cerebro puede ser condicionado por quién gana la batalla. Si prevalecen los genes del papá se corre mayor riesgo de ubicarse del lado autista de un amplio espectro de enfermedades mentales, mientras que si la victoria de la información genética es de la mamá, la tendencia es hacia el extremo psicótico de dicho espectro.

El primer extremo, el autismo, se caracteriza por una fascinación por los objetos, las formas, y los sistemas mecánicos, a expensas del desarrollo social. En el segundo extremo, el psicótico, se tiende a la hipersensibilidad del ánimo. Por lo tanto, de este lado materno, aumenta la probabilidad de que el niño o niña desarrolle esquizofrenia en el futuro, o enfermedades como el trastorno bipolar o la depresión.

martes, octubre 21, 2008

Trastorno Bipolar I desde la infancia

En Archives of General Psychiatry 2008; 65(10):1125-1133; ha aparecido un artículo interesante sobre el trastorno bipolar I en niños.

Los autores descubrieron que el 44 por ciento de los sujetos con TBP-I estudiados desde niños continuaron con los episodios de manía en la edad adulta, y que un 35 por ciento tenía desórdenes de uso de substancias. De esta manera se respalda la hipótesis de la continuidad desde la infancia hasta la adultez del TBP-I.

Geller et al found that 44.4% of grown-up subjects with child bipolar I disorder continued to have manic episodes, and 35.2% had substance use disorders, strongly supporting the continuity of child and adult bipolar I disorders. In addition, characteristics of postbaseline episodes, including long episode duration, daily cycling, and psychosis, were largely similar to those of the first (baseline) episode. Even accounting for familial psychopathology, low maternal warmth significantly predicted earlier relapse after recovery.

October 15, 2008 — New research suggests bipolar disorder is a continuous disease that can begin in childhood.

The pioneering study — the first to prospectively demonstrate the disorder can begin in childhood and extend into adulthood — shows that up to 44% of children who experience manic episodes as children continue to experience them as young adults.

"This paper provides support [to the idea] that mania in children exists, because if you follow very young children with the disorder into adulthood, the illness continues," principal investigator Barbara Geller, MD, from Washington University, in St. Louis, Missouri, told Medscape Psychiatry.

The study is published in the October issue of the Archives of General Psychiatry.

Difficult Diagnosis to Swallow

The first National Institute of Mental Health–funded group to describe child bipolar I disorder, Dr. Geller's research team was also the first to demonstrate that the condition has higher familial aggregation than that found in similar studies of adult bipolar I disorder.

Nevertheless, she said, the concept of bipolar disorder in childhood is a difficult one for many parents and clinicians to accept. Further, recent data showing enormous increases in the chart-review diagnoses of pediatric bipolar has fueled further skepticism about its existence.

"The thought that a child can be too happy, too cocky, too exuberant, is anathema to many people. But when we're talking about childhood bipolar I disorder, we are talking about children who are so silly and giddy that families are asked not to bring them to church; who are so cocky, expansive, and grandiose that they go to the principal's office and tell them to fire teachers they don't like; bright kids who fail classes because they are fully convinced they know it all and don't study," she said.

The importance of the current paper was to determine whether mania in childhood is different from adult mania or a continuation of the same disorder.

The prospective, longitudinal study included 115 children with an average age of 11 years diagnosed with a first episode of child bipolar disorder during the period from 1995 to 1998 and followed for 8 years.

During 9 follow-up visits, the children and their parents were interviewed separately about symptoms, diagnoses, daily cycles of mania and depression, and interactions with others.

More Effective Medications Needed

The study had a very high retention rate, with 108 of 115 (93.9%) children assessed at all 9 follow-up points. Participants' average age at follow-up was 18.1 years. At the end of follow-up, the results of the study revealed that all of the children had a mood disorder over 60.2% of the time and that episodes of mania occurred 39.6% of the time.

The authors report that although 87.8% of subjects recovered from mania, 73.3% relapsed. Low maternal warmth predicted earlier relapse. When investigators examined the characteristics of children's second and third episodes of mania, they found they were similar to the first episode and characterized by psychosis, daily cycling between mania and depression, and a long duration — 55.2 weeks for the second episode and 40 weeks for the third.

When investigators separately analyzed data from the 54 participants who had reached the age of 18 years at the end of the follow-up period, they found that 44.4% continued to have manic episodes. In addition, 35.2% had substance-use disorders, a rate similar to those diagnosed with bipolar I disorder as adults.

According to Dr. Geller, the 44% frequency rate of manic episodes among those 18 years and older with bipolar disorder is 13 to 44 times higher than the population prevalence. In addition, she pointed out the rate is also much higher than repeat episodes in comparable studies of bipolar I disorder in adult populations.

These findings, said Dr. Geller, strongly support the hypothesis that bipolar disorder in childhood continues into adulthood and "shows the illness is continuous, providing validation, as does our previous family study, that mania actually exists in children and that it is continuous with the adult disorder."

Currently, she added, treating bipolar disorder — in both children and adults — is challenging.

"Generally, the current medications don't work as well as we would like them to work, so that at this point the approach for any individual patient is based very much on trial and error," she said.

"Also, because low maternal warmth predicted a worse outcome, treatment plans need to include evaluation of mother-child relationships," Dr. Geller added.

Growing Awareness

Finally, said, Dr. Geller, it is important that physicians are aware that mania in children does exist and that they know, at least at this time, that outcomes are poor, so that they can appropriately counsel families.

Future research includes following these study subjects well into adulthood to further examine outcomes. The group also plans to publish neuroimaging and further genetic findings from the same cohort in the near future.

In an accompanying editorial, Ellen Leibenluft, MD, from the National Institute of Mental Health, in Bethesda, Maryland, said the study contributes to a growing awareness that serious mental illnesses do not emerge de novo when individuals reach adulthood but rather reflect early developmental processes.

She points out that this study extends previous seminal work on pediatric bipolar disorder and highlights the need for more research that will eventually foster "work that will allow us to treat youth with bipolar disorder more effectively and eventually give us the knowledge base needed to prevent the onset of bipolar disorder."

The study was supported by the National Institute of Mental Health. The authors report no relevant conflicts of interest.

FUENTE: MedScape Medical News y Archives of General Psychiatry

Nuevo sitio web: Real Mental Health.com

Hoy me llegó este vínculo del sitio web denominado:

RealMentalHealth.com

http://www.realmentalhealth.com/bipolar/toc.asp

Muy completo respecto al trastorno bipolar! Aunque únicamente en idioma inglés...

jueves, octubre 16, 2008

Depresión en las Universidades de los EEUU

Les quería comentar algunos datos interesantes que aparecieron en la revista de mi Universidad. Es un artículo sobre la depresión de los estudiantes.

Dice que en mi Universidad (cuyo nombre omito), uno de cada once estudiantes busca ayuda en el centro de consejería. Eso significa casi 960 estudiantes con problemas mentales en el campus.

Se ha identificado como principal causa la soledad, pues en las Universidades de los EEUU los estudiantes viven on-campus, lejos de sus familias y amigos de infancia y adolescencia. Una estudiante diagnostica con TBP la describe como "soledad existencial".

Los números

La tasa de depresión entre estudiantes universitarios en los Estados Unidos (EEUU) se ha duplicado en los últimos 15 años. En 2007, 45 por ciento de los estudiantes encuestados dijeron que algunas veces se sentían muy deprimidos como para funcionar adecuadamente. Un 9 por ciento había considerado seriamente el suicidio. Estos son datos de la encuesta anual realizada por el American College Health Association.

Otra encuesta realizada en junio 2007 por la Universidad de Michigan indica que más de la mitad de los estudiantes con síntomas significativos de ansiedad o depresión no buscan ayuda.

Las estadísticas de mi Universidad están levemente por debajo de los promedios nacionales. Pero, ciertamente, la ansiedad y la depresión son los dos principales problemas reportados.

viernes, octubre 10, 2008

Día Mundial de la Salud Mental

El 10 de Octubre es el Día de la Salud Mental, que ha sido establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el propósito de cambiar nuestra forma de ver a las personas que padecen enfermedades mentales.

En todo el mundo hay unos 400 millones de personas que sufren trastornos mentales, neurológicos u otro tipo de problemas relacionados con el abuso de alcohol y drogas. Algunas de las enfermedades mentales más comunes son la esquizofrenia, Alzheimer, epilepsia, alcoholismo, entre otras.

Cuando hablamos de trastornos mentales, hacemos referencia al pensamiento humano y todas sus funciones, las cuales pueden desmoronarse, como un castillo de arena y verse afectadas por diferentes enfermedades que pueden aparecer en cualquier momento de la vida, desde que somos niños hasta la vejez. Es importante que sepamos que ninguno de nosotros es inmune a los trastornos mentales, no importa en que país vivamos o si somos ricos o pobres.

En los países desarrollados, las personas con discapacidad mental, a pesar de que hoy en día cuentan con más apoyos y programas de rehabilitación para integrarlos a la vida social, luchan todo los días por salir adelante en medio de todo el rechazo al que se enfrentan. Por otra parte, en los países en desarrollo, la pobreza, el abandono y la marginación son los denominadores comunes que enmarcan las enfermedades mentales, y aunque cada vez hay más y mejores tratamientos para la enfermedad mental, en estos países se tiene poco acceso a este tipo de atención.

La Organización Mundial de la Salud, trabaja para lograr una mejora de la calidad de vida de las personas que tienen una enfermedad mental, así como de sus familiares y de todas las personas de su entorno. De igual manera, su objetivo es que la atención médica llegue cada día a más personas y que seamos concientes que aquellos que padecen enfermedades mentales necesitan menos exclusión, menos discriminación y más ayuda para poder desarrollarse y vivir mejor.

¿Qué es la salud mental?

La salud mental no es sólo la ausencia de trastornos mentales. Se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.

En la mayoría de los países, sobre todo en los de ingresos bajos y medios, los servicios de salud mental adolecen de una grave escasez de recursos, tanto humanos como económicos. La mayoría de los recursos de atención sanitaria disponibles se destinan actualmente a la atención y el tratamiento especializados de los enfermos mentales y, en menor medida, a un sistema integrado de salud mental. En lugar de proporcionar atención en grandes hospitales psiquiátricos, los países deberían integrar la salud mental en la asistencia primaria, ofrecer atención de salud mental en los hospitales generales y crear servicios comunitarios de salud mental.

Aún más reducidos son los fondos disponibles para la promoción de la salud mental, expresión amplia que abarca toda una serie de estrategias destinadas a lograr resultados positivos en materia de salud mental. El desarrollo de los recursos y las capacidades de la persona y la mejora de la situación socioeconómica figuran entre los objetivos de esas estrategias.

La promoción de la salud mental requiere que se adopten medidas multisectoriales, en las que participen diversos sectores del gobierno y organizaciones no gubernamentales o comunitarias. El principal fin ha de ser promover la salud mental durante todo el ciclo vital, para garantizar a los niños un comienzo saludable en la vida y evitar trastornos mentales en la edad adulta y la vejez.

¿Cuáles son los primeros signos de los trastornos mentales?

Un trastorno mental o del comportamiento se caracteriza por una perturbación de la actividad intelectual, el estado de ánimo o el comportamiento que no se ajusta a las creencias y las normas culturales. En la mayoría de los casos, los síntomas van acompañados de angustia e interferencia con las funciones personales.

Los trastornos mentales producen síntomas que son observables para la persona afectada o las personas de su entorno. Entre ellos pueden figurar:

síntomas físicos (dolores, trastornos del sueño)

síntomas afectivos (tristeza, miedo, ansiedad)

síntomas cognitivos (dificultad para pensar con claridad, creencias anormales,
alteraciones de la memoria)

síntomas del comportamiento (conducta agresiva, incapacidad para realizar las tareas corrientes de la vida diaria, abuso de sustancias)

alteraciones perceptivas (percepción visual o auditiva de cosas que otras personas no ven u oyen)

Los signos precoces específicos varían de un trastorno mental a otro. Las personas que presentan uno o varios de los síntomas enumerados deben consultar a un profesional si esos síntomas persisten, provocan un sufrimiento importante o interfieren con las tareas cotidianas.

La depresión, el abuso de sustancias, la esquizofrenia, el retraso mental, el autismo en la infancia y la demencia son ejemplos de trastornos mentales. Pueden aparecer en varones y mujeres de cualquier edad y en cualquier raza o grupo étnico. Aunque no se conocen perfectamente las causas de muchos trastornos mentales, se cree que dependen de una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales, como sucesos estresantes, problemas familiares, enfermedades cerebrales, trastornos hereditarios o genéticos y problemas médicos. En la mayoría de los casos, los trastornos mentales pueden diagnosticarse y tratarse eficazmente.


DOCUMENTO: Programa de Acción para Superar las Brechas en Salud Mental


FUENTES: UNICEF, OMS

martes, septiembre 09, 2008

Día Internacional para la Prevención de los Suicidios



Descargue documento AQUI (23 MB)

Terapia Cognitiva para tratar Trastornos del Animo

Bill Cocagne (*)

El lunes 9 de junio, el Dr. Ira S. Halper, M.D., de Rush University Medical Center, presentó el uso de la terapia cognitiva como una herramienta útil para los individuos con trastornos del ánimo. La creciente investigación en este tipo de terapia hablada ha mostrado que puede ayudar a enfrentar un amplio rango de síntomas asociados con la depresión y con el trastorno bipolar.

La terapia cognitiva (o cognoscitiva) contribuye a que los pacientes enfrenten pensamientos específicos relacionados con sus trastornos afectivos (de ánimo). Esos pensamientos pueden incluir, por ejemplo: negación ("esto pasará"), enojo ("no es justo que yo tenga un trastorno del ánimo"), y depresión ("nunca alcanzaré mis metas"). La fuerza de esos pensamientos y las emociones que conllevan influencian profundamente el estado anímico.

La tristeza es una reacción natural hacia eventos negativos en nuestra vida. Es cuando esos sentimientos negativos sobrepasan dichos eventos que se dispara la depresión. Esos sentimientos negativos provienen de patrones basados en sistemas de creencias distorsionados. Las creencias centrales del individuo representan su filosofía sobre la vida, como "Necesito que todos me amen" o "Debo ser perfecto". Están muy enraizadas, con frecuencia a un nivel inconciente, y pueden conducir a estados anímicos negativos, incluyendo depresión. Por ejemplo, si usted opera con una creencia según la cual toda experiencia imperfecta equivale a un fracaso, entonces es fácil de entender porqué usted automáticamente piensa "No soy bueno".

La terapia cognitiva describe esos pensamientos como "automáticos". El tratamiento cognitivo-conductual para trastornos del ánimo ayuda al individuo a estar conciente (advertido) sobre esos pensamientos automáticos, pues son más fáciles de identificar y cambiar que sus creencias centrales. Un cambio en la forma de pensar conduce a un cambio en sentimientos y en conducta.


(*) Título original en inglés: "Use of Cognitive Therapy to Treat Mood Disorders". Tomado de la publicación SPECTRUM de DBSA (Sep-Oct 2008, Vol. 22, Num. 5, p. 7).

miércoles, agosto 20, 2008

Tratamiento de Enfermedad Bipolar en el contexto Guatemalteco

Por: Dr. Carlos Berganza, Dr. Alberto Lopéz Loucell, Dr. See King Emilio Quinto.

Objetivo
Discusión científica de la evidencia actual del tratamiento del trastorno bipolar en sus diferentes fases y su adecuación al medio guatemalteco.

Metodología
Se revisaron los criterios de la medicina basada en la evidencia con respecto a los diversos estudios psicofarmacológicos, posteriormente se revisaron las siguientes guías de tratamiento en el trastorno Bipolar: Asociación Psiquiátrica Americana, Guía Canadiense del tratamiento del trastorno Bipolar, Algoritmo de la universidad de Texas. Finalmente se discutieron las implicaciones y asociaciones al medio guatemalteco en base a las experiencia de los autores y se elaboraron las conclusiones en consenso.

Marco Teórico
El trastorno bipolar es una enfermedad que ha ganado mayor reconocimiento diagnóstico a lo largo del tiempo. Su diferencias en presentación de endofenotipos hace conveniente la individualización de los diversos tratamientos psicofarmacológicos.

La medicina basada en la evidencia ha reconicido diversas categorías de validez científica de los estudios.

Las guías consultadas conceden nivel de evidencia 1 a los siguientes psicofármacos en el tratamiento de la manía:

Litio

Anticonvulsivantes: Divalproato de sodio y Carbamacepina

Antipsicóticos atípicos: Quetiapina, Risperidona, Olanzapina, Ziprasidona y Aripiprazole.

En cuanto al tratamiento combinado de la manía, se concede nivel 1:

Litio/Divalproato de sodio (DVP)+Risperdal.

Litio/DVP + Quetiapina.

Litio/DVP + Haloperidol.

En el tratamiento de la depresión bipolar con monoterapia, con nivel de evidencia 1:

Litio

Lamotrigina

Quetiapina

La mayoría de combinaciones en el tratamiento de depresión bipolar se encuentran en un nivel de evidencia 2 (no encontrando ninguna en el nivel de evidencia 1).

Litio + DVP

Litio/DVP + ISRS

Litio/DVP + Bupropion

Olanzapina+ ISRS

Litio/DVP+ Venlafaxina

Con respecto al tratamiento de mantenimiento se debe individualizar los casos en base a su presentación.

Conclusiones

La enfermedad puede tener la tendencia a necesitar el uso de más de un psicofármaco.

La conveniencia de no utilizar en primera línea los antidepresivos en pacientes bipolares y sus familiares.

La necesidad de más cantidad de estudios de la combinación de antidepresivos con agentes estabilizadores de ánimo en la depresión bipolar.

Que el litio sigue siendo un fármaco de primera línea.

Con respecto al tratamiento de manía aguda en el contexto guatemalteco los autores utilizan más antipsicóticos atípicos solos o en combinación con benzodiacepinas.

Recomiendan tomar muy en cuenta el efecto sobre el metabolismo de algunos de estos medicamentos.

En el tratamiento de la depresión bipolar el grupo resalta la importancia del tratamiento de monoterapia con Quetiapina, Litio o Lamotrigina, ó en combinación, evitando en lo posible el uso de antidepresivos.

Referencias Bibliográficas

Sachs G. (2004) Managing Bipolar Affective Disorder. USA: SP
APA Guidelines for Bipolar disorder. www.psychiatrist.org
Suples T, Keck Paul (2005) Bipolar Disorder: Treatment and Management. USA: Compact Clinicals.
Yatham L. (2006) Bipolar disorder: Canadian Guidelines. Canadá: CANT

FUENTE: www.psiquiatriaguatemala.org

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Dr. See King Emilio Quinto Barrera
emilioqb[at]ufm.edu.gt

viernes, agosto 15, 2008

Suicidios en Guatemala: Cifras y Comparaciones

Un reciente artículo periodístico [1] alertaba a la opinión pública sobre el incremento de los suicidios en Guatemala. El autor afirmaba, basado en información proporcionada por la Policía Nacional Civil (PNC), que el número de suicidios había aumentado en 30 por ciento entre los años 2006 y 2007.

Para poder evaluar adecuadamente la magnitud del problema es necesario comparar. Primero, con otros datos disponibles que reflejen la tendencia que se venía mostrando en el pasado. Segundo, con cifras de otros países.

Tendencia

Respecto al pasado, se cuenta con las Estadísticas Vitales del Instituto Nacional de Estadística (INE). Los suicidios se registran como muertes violentas y hay cifras disponibles desde 1986. Veamos únicamente los años más recientes para los que se cuenta con información publicada:

Año – Número de suicidios

2002 – 254
2003 – 257
2004 – 253
2005 – 243

Esos números deben transformarse en tasas por 100,000 habitantes para ser comparables en el tiempo y con otros países. Entonces las tasas serían las siguientes:

Año – Tasa de suicidios por 100,000 habitantes

2002 – 2.2
2003 – 2.1
2004 – 2.0
2005 – 1.9

Así que la tendencia era a la baja. Sin embargo, si los datos de la PNC son correctos y comparables con los del INE, para los años 2006 y 2007 estaríamos viendo un acentuado incremento en la tasa de suicidios:

Año – Número de suicidios – Tasa de suicidios por 100,000 habitantes

2006 – 564 – 4.3
2007 – 734 – 5.5

Con relación al año 2005, la tasa en 2006 aumentó en 126 por ciento. La variación entre 2006 y 2007 fue de 27 por ciento.

Guatemala vrs. EE.UU.

La comparación internacional puede hacerse con los EE.UU., país que cuenta con estadísticas bastante precisas y consistentes sobre el fenómeno. Su tasa por 100,000 habitantes, a nivel nacional, es de 11.0 en el año 2004, según el Center for Disease Control and Prevention (CDC). La tasa de Guatemala para ese mismo año fue de 2.0. Es decir que la tasa de suicidios de los estadounidenses es más de 5 veces la de los guatemaltecos. Incluso si se compara con la del año 2007 (5.5 y la más alta registrada), la de los EE.UU. es el doble.

En Guatemala, los suicidios representan el 0.4 por ciento de todas las muertes ocurridas en 2004. Mientras que en los EE.UU. son el 1.4 por ciento.

En Guatemala, los hombres se quitan la vida casi tres veces más que las mujeres. En los EE.UU. es casi cuatro veces.

En Guatemala, lamentablemente, no contamos con datos desagregados por edad y por pertenencia étnica. En los EE.UU. se sabe que los adolescentes tienen una tasa de suicidios de 8.2, los mayores de 65 años muestran una de 14.3, que sube hasta 17.8 para los hombres blancos mayores de 85 años. Los indígenas estadounidenses tienen una tasa de 12.4, los hispanos una de 5.9, y los afro-americanos una de 5.3.

En Guatemala, se sabe que el 13 por ciento de los hombres que se suicidan lo hacen con un arma de fuego. En los EE.UU. el porcentaje es de 57.

Independientemente de que el escenario guatemalteco no sea tan preocupante como el de los EE.UU., en parte porque la esperanza de vida al nacer apenas llega a los 70 años (suponiendo que la edad es un factor de riesgo importante, como lo parecen sugerir las estadísticas del CDC), es necesario profundizar en las causas del aumento de la tasa en el país.

Una posible hipótesis es la siguiente, con base a un caso de suicidio que conocí de forma indirecta: la violencia del crimen organizado ha elevado los niveles de estrés de la población, lo cual es un factor de riesgo que, en combinación con otros como la depresión, puede conducir al suicidio. La persona de la que tuve noticia decidió quitarse la vida porque su pequeño negocio era asediado por las maras, quienes le cobraban un impuesto para permitirle seguir operando. La amenazaron con matarla si no pagaba. Esto la deprimió de tal manera que el resultado fue el suicidio.

Nota:

[1] Sas, Luis A. (29 enero 2008), “Dos suicidios diarios durante 2007”. elPeriódico: Guatemala. En Internet: http://www.elperiodico.com.gt/es/20080129/pais/48020/

Referencias:

CDC (2007). Suicide. Facts at a Glance. En Internet: http://www.cdc.gov/ncipc/dvp/Suicide/SuicideDataSheet.pdf
INE (2007). Estadísticas Vitales. Muertes Violentas 2002-2005.
INE (2004). Estimaciones y Proyecciones de Población para el período 1950-2050.
NIMH (2007). Suicide in the U.S.: Statistics and Prevention. En Internet: http://www.nimh.nih.gov/health/publications/suicide-in-the-us-statistics-and-prevention.shtml

Suicidios y trastorno bipolar

Recientemente me encontré con un informe de los suicidios en los Estados Unidos. En el mismo se explica que la tasa de suicidios en 7 Estados bajo estudio estaba situada entre 9.7-9.1 por cien mil habitantes, en 2003 y 2004, respectivamente. Sin embargo, la tasa en todo el país es de 10.7 por cien mil (ya ajustada por edades).

La tasa de suicidios de hombres es más de cuatro veces la de las mujeres: 15.2 vrs. 3.6 por cien mil, respectivamente. La tasa tiende a aumentar con la edad de las personas. En el caso de los hombres mayores de 65 años, llega hasta 28.9 por cien mil.

En los Estados estudiados se encontró información sobre las circunstancias del suicidio en más del 80 por ciento de los casos. Casi la mitad de los casos estaban relacionados con un problema de salud mental previamente diagnosticado.

En el 81 por ciento de esos casos se trataba de depresión, el 10 por ciento era trastorno bipolar, y 3 por ciento por esquizofrenia.

Con los adultos mayores, el 22 por ciento de los casos estaba relacionado con problemas de salud física.

El 18 por ciento de las víctimas había intentado previamente quitarse la vida. Casi el 17 por ciento tenía problemas de adicción al alcohol.



FUENTE: Homicides and Suicides - National Violent Death Reporting System, United States, 2003—2004 (July 7, 2006 / 55(26); 721-724)

miércoles, julio 16, 2008

Ellos no quieren... Yo tampoco quisiera

El fin de semana recién pasado tuve una reunión con primos. Uno de ellos ha sido diagnosticado con TBP desde hace varios años.

Su caso es bastante delicado. Me contó que lleva dos años sin medicamentos, y que él se automedica "un poco de licor". También me dijo que todos los días piensa en quitarse la vida.

Fuerte testimonio. Dejó los medicamentos desde que tuvo una crisis con su hígado. Hoy no puede trabajar, pero dice que ha estado más o menos estable, pues no ha tenido episodios maníacos sobresalientes. Lleva una rutina de cercanía con sus padres, quienes le ayudan a monitorearse.

Mi primo habla abiertamente conmigo y otros primos que hemos sufrido de cerca la enfermedad. En un momento de la conversación empezaron a decir que yo NO soy bipolar. Que al menos no creían que lo fuera pues me ven muy "normal".

Yo les dije que ellos no me conocen de cerca. Les conté algunos episodios en los cuales el TBP afectó mis relaciones laborales. Aún así no quedaron convencidos. Dicen que hasta que no vean un "examen de sangre" que lo compruebe, no me creerán.

Les dije que hasta el momento no hay tal examen. Mi primo insiste en que sí lo hay, pues él estuvo recluído un tiempo en un hospital especializado en Texas. Le contesté que lo habrá en el futuro cuando los científicos logren descubrir los genes relacionados con la enfermedad, pero que por el momento los psiquiatras sólo cuentan con los criterios del famoso manual DSM-IV (Manual de diagnóstico de los trastornos mentales de la American Psychiatric Association).

Me dijo, al final, que a lo mejor él simplemente "no quiere" que yo también tengan el TBP. Me preguntó sobre las ideas que pasan por mi mente, y por la duración de mis episodios depresivos. Le explique que yo soy bipolar II (hipomaníaco) y que él es biporal I. Por lo cual tenemos diferencias importantes respecto a los síntomas.

Le dije a él y otra prima que yo tampoco quisiera ser bipolar, pero lo soy.

martes, julio 01, 2008

Personajes políticos

La semana pasada compré un libro de referencia muy importante. Es una recopilación enciclopédica de todo lo relativo al trastorno bipolar. Se llama "Manic-depressive Illness", editado por Oxford University Press. Sus autores son la Dra. Jamison y el Dr. Goodwin. Es la edición de 1990, pero tiene mucha información que yo desconocía.

Una de las secciones que me llamó la atención fue la dedicada a la relación entre el TBP, la creatividad y el liderazgo.

Sí había leído antes sobre los poetas y artistas bipolares, pero no sobre los personajes políticos, excepto sobre Lincoln (quien ha sido más relacionado con la depresión unipolar).

Entre estos políticos se mencionan a los siguientes, algunos por los que tengo simpatía y otros con los que difiero ideológicamente:


Alejandro Magno (356-323 A.C.)

Oliver Cromwell (1599-1658)

Alexander Hamilton (1755-1804)

Lord Nelson (1758-1805)

Napoleón Bonaparte (1769-1821)

Robert E. Lee (1807-1870)

Abraham Lincoln (1809-1865)

Theodore Roosevelt (1858-1919)

Winston Churchill (1874-1965)

Benito Mussolini (1883-1945)