
Bitacora al servicio de todas aquellas personas que oscilan entre los extremos de la alegria y la tristeza
martes, septiembre 09, 2008
Terapia Cognitiva para tratar Trastornos del Animo
Bill Cocagne (*)
El lunes 9 de junio, el Dr. Ira S. Halper, M.D., de Rush University Medical Center, presentó el uso de la terapia cognitiva como una herramienta útil para los individuos con trastornos del ánimo. La creciente investigación en este tipo de terapia hablada ha mostrado que puede ayudar a enfrentar un amplio rango de síntomas asociados con la depresión y con el trastorno bipolar.
La terapia cognitiva (o cognoscitiva) contribuye a que los pacientes enfrenten pensamientos específicos relacionados con sus trastornos afectivos (de ánimo). Esos pensamientos pueden incluir, por ejemplo: negación ("esto pasará"), enojo ("no es justo que yo tenga un trastorno del ánimo"), y depresión ("nunca alcanzaré mis metas"). La fuerza de esos pensamientos y las emociones que conllevan influencian profundamente el estado anímico.
La tristeza es una reacción natural hacia eventos negativos en nuestra vida. Es cuando esos sentimientos negativos sobrepasan dichos eventos que se dispara la depresión. Esos sentimientos negativos provienen de patrones basados en sistemas de creencias distorsionados. Las creencias centrales del individuo representan su filosofía sobre la vida, como "Necesito que todos me amen" o "Debo ser perfecto". Están muy enraizadas, con frecuencia a un nivel inconciente, y pueden conducir a estados anímicos negativos, incluyendo depresión. Por ejemplo, si usted opera con una creencia según la cual toda experiencia imperfecta equivale a un fracaso, entonces es fácil de entender porqué usted automáticamente piensa "No soy bueno".
La terapia cognitiva describe esos pensamientos como "automáticos". El tratamiento cognitivo-conductual para trastornos del ánimo ayuda al individuo a estar conciente (advertido) sobre esos pensamientos automáticos, pues son más fáciles de identificar y cambiar que sus creencias centrales. Un cambio en la forma de pensar conduce a un cambio en sentimientos y en conducta.
(*) Título original en inglés: "Use of Cognitive Therapy to Treat Mood Disorders". Tomado de la publicación SPECTRUM de DBSA (Sep-Oct 2008, Vol. 22, Num. 5, p. 7).
El lunes 9 de junio, el Dr. Ira S. Halper, M.D., de Rush University Medical Center, presentó el uso de la terapia cognitiva como una herramienta útil para los individuos con trastornos del ánimo. La creciente investigación en este tipo de terapia hablada ha mostrado que puede ayudar a enfrentar un amplio rango de síntomas asociados con la depresión y con el trastorno bipolar.
La terapia cognitiva (o cognoscitiva) contribuye a que los pacientes enfrenten pensamientos específicos relacionados con sus trastornos afectivos (de ánimo). Esos pensamientos pueden incluir, por ejemplo: negación ("esto pasará"), enojo ("no es justo que yo tenga un trastorno del ánimo"), y depresión ("nunca alcanzaré mis metas"). La fuerza de esos pensamientos y las emociones que conllevan influencian profundamente el estado anímico.
La tristeza es una reacción natural hacia eventos negativos en nuestra vida. Es cuando esos sentimientos negativos sobrepasan dichos eventos que se dispara la depresión. Esos sentimientos negativos provienen de patrones basados en sistemas de creencias distorsionados. Las creencias centrales del individuo representan su filosofía sobre la vida, como "Necesito que todos me amen" o "Debo ser perfecto". Están muy enraizadas, con frecuencia a un nivel inconciente, y pueden conducir a estados anímicos negativos, incluyendo depresión. Por ejemplo, si usted opera con una creencia según la cual toda experiencia imperfecta equivale a un fracaso, entonces es fácil de entender porqué usted automáticamente piensa "No soy bueno".
La terapia cognitiva describe esos pensamientos como "automáticos". El tratamiento cognitivo-conductual para trastornos del ánimo ayuda al individuo a estar conciente (advertido) sobre esos pensamientos automáticos, pues son más fáciles de identificar y cambiar que sus creencias centrales. Un cambio en la forma de pensar conduce a un cambio en sentimientos y en conducta.
(*) Título original en inglés: "Use of Cognitive Therapy to Treat Mood Disorders". Tomado de la publicación SPECTRUM de DBSA (Sep-Oct 2008, Vol. 22, Num. 5, p. 7).
miércoles, agosto 20, 2008
Tratamiento de Enfermedad Bipolar en el contexto Guatemalteco
Por: Dr. Carlos Berganza, Dr. Alberto Lopéz Loucell, Dr. See King Emilio Quinto.
Objetivo
Discusión científica de la evidencia actual del tratamiento del trastorno bipolar en sus diferentes fases y su adecuación al medio guatemalteco.
Metodología
Se revisaron los criterios de la medicina basada en la evidencia con respecto a los diversos estudios psicofarmacológicos, posteriormente se revisaron las siguientes guías de tratamiento en el trastorno Bipolar: Asociación Psiquiátrica Americana, Guía Canadiense del tratamiento del trastorno Bipolar, Algoritmo de la universidad de Texas. Finalmente se discutieron las implicaciones y asociaciones al medio guatemalteco en base a las experiencia de los autores y se elaboraron las conclusiones en consenso.
Marco Teórico
El trastorno bipolar es una enfermedad que ha ganado mayor reconocimiento diagnóstico a lo largo del tiempo. Su diferencias en presentación de endofenotipos hace conveniente la individualización de los diversos tratamientos psicofarmacológicos.
La medicina basada en la evidencia ha reconicido diversas categorías de validez científica de los estudios.
Las guías consultadas conceden nivel de evidencia 1 a los siguientes psicofármacos en el tratamiento de la manía:
Litio
Anticonvulsivantes: Divalproato de sodio y Carbamacepina
Antipsicóticos atípicos: Quetiapina, Risperidona, Olanzapina, Ziprasidona y Aripiprazole.
En cuanto al tratamiento combinado de la manía, se concede nivel 1:
Litio/Divalproato de sodio (DVP)+Risperdal.
Litio/DVP + Quetiapina.
Litio/DVP + Haloperidol.
En el tratamiento de la depresión bipolar con monoterapia, con nivel de evidencia 1:
Litio
Lamotrigina
Quetiapina
La mayoría de combinaciones en el tratamiento de depresión bipolar se encuentran en un nivel de evidencia 2 (no encontrando ninguna en el nivel de evidencia 1).
Litio + DVP
Litio/DVP + ISRS
Litio/DVP + Bupropion
Olanzapina+ ISRS
Litio/DVP+ Venlafaxina
Con respecto al tratamiento de mantenimiento se debe individualizar los casos en base a su presentación.
Conclusiones
La enfermedad puede tener la tendencia a necesitar el uso de más de un psicofármaco.
La conveniencia de no utilizar en primera línea los antidepresivos en pacientes bipolares y sus familiares.
La necesidad de más cantidad de estudios de la combinación de antidepresivos con agentes estabilizadores de ánimo en la depresión bipolar.
Que el litio sigue siendo un fármaco de primera línea.
Con respecto al tratamiento de manía aguda en el contexto guatemalteco los autores utilizan más antipsicóticos atípicos solos o en combinación con benzodiacepinas.
Recomiendan tomar muy en cuenta el efecto sobre el metabolismo de algunos de estos medicamentos.
En el tratamiento de la depresión bipolar el grupo resalta la importancia del tratamiento de monoterapia con Quetiapina, Litio o Lamotrigina, ó en combinación, evitando en lo posible el uso de antidepresivos.
Referencias Bibliográficas
Sachs G. (2004) Managing Bipolar Affective Disorder. USA: SP
APA Guidelines for Bipolar disorder. www.psychiatrist.org
Suples T, Keck Paul (2005) Bipolar Disorder: Treatment and Management. USA: Compact Clinicals.
Yatham L. (2006) Bipolar disorder: Canadian Guidelines. Canadá: CANT
FUENTE: www.psiquiatriaguatemala.org
DIRIGIR COMENTARIOS A:
Dr. See King Emilio Quinto Barrera
emilioqb[at]ufm.edu.gt
Objetivo
Discusión científica de la evidencia actual del tratamiento del trastorno bipolar en sus diferentes fases y su adecuación al medio guatemalteco.
Metodología
Se revisaron los criterios de la medicina basada en la evidencia con respecto a los diversos estudios psicofarmacológicos, posteriormente se revisaron las siguientes guías de tratamiento en el trastorno Bipolar: Asociación Psiquiátrica Americana, Guía Canadiense del tratamiento del trastorno Bipolar, Algoritmo de la universidad de Texas. Finalmente se discutieron las implicaciones y asociaciones al medio guatemalteco en base a las experiencia de los autores y se elaboraron las conclusiones en consenso.
Marco Teórico
El trastorno bipolar es una enfermedad que ha ganado mayor reconocimiento diagnóstico a lo largo del tiempo. Su diferencias en presentación de endofenotipos hace conveniente la individualización de los diversos tratamientos psicofarmacológicos.
La medicina basada en la evidencia ha reconicido diversas categorías de validez científica de los estudios.
Las guías consultadas conceden nivel de evidencia 1 a los siguientes psicofármacos en el tratamiento de la manía:
Litio
Anticonvulsivantes: Divalproato de sodio y Carbamacepina
Antipsicóticos atípicos: Quetiapina, Risperidona, Olanzapina, Ziprasidona y Aripiprazole.
En cuanto al tratamiento combinado de la manía, se concede nivel 1:
Litio/Divalproato de sodio (DVP)+Risperdal.
Litio/DVP + Quetiapina.
Litio/DVP + Haloperidol.
En el tratamiento de la depresión bipolar con monoterapia, con nivel de evidencia 1:
Litio
Lamotrigina
Quetiapina
La mayoría de combinaciones en el tratamiento de depresión bipolar se encuentran en un nivel de evidencia 2 (no encontrando ninguna en el nivel de evidencia 1).
Litio + DVP
Litio/DVP + ISRS
Litio/DVP + Bupropion
Olanzapina+ ISRS
Litio/DVP+ Venlafaxina
Con respecto al tratamiento de mantenimiento se debe individualizar los casos en base a su presentación.
Conclusiones
La enfermedad puede tener la tendencia a necesitar el uso de más de un psicofármaco.
La conveniencia de no utilizar en primera línea los antidepresivos en pacientes bipolares y sus familiares.
La necesidad de más cantidad de estudios de la combinación de antidepresivos con agentes estabilizadores de ánimo en la depresión bipolar.
Que el litio sigue siendo un fármaco de primera línea.
Con respecto al tratamiento de manía aguda en el contexto guatemalteco los autores utilizan más antipsicóticos atípicos solos o en combinación con benzodiacepinas.
Recomiendan tomar muy en cuenta el efecto sobre el metabolismo de algunos de estos medicamentos.
En el tratamiento de la depresión bipolar el grupo resalta la importancia del tratamiento de monoterapia con Quetiapina, Litio o Lamotrigina, ó en combinación, evitando en lo posible el uso de antidepresivos.
Referencias Bibliográficas
Sachs G. (2004) Managing Bipolar Affective Disorder. USA: SP
APA Guidelines for Bipolar disorder. www.psychiatrist.org
Suples T, Keck Paul (2005) Bipolar Disorder: Treatment and Management. USA: Compact Clinicals.
Yatham L. (2006) Bipolar disorder: Canadian Guidelines. Canadá: CANT
FUENTE: www.psiquiatriaguatemala.org
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Dr. See King Emilio Quinto Barrera
emilioqb[at]ufm.edu.gt
viernes, agosto 15, 2008
Suicidios en Guatemala: Cifras y Comparaciones
Un reciente artículo periodístico [1] alertaba a la opinión pública sobre el incremento de los suicidios en Guatemala. El autor afirmaba, basado en información proporcionada por la Policía Nacional Civil (PNC), que el número de suicidios había aumentado en 30 por ciento entre los años 2006 y 2007.
Para poder evaluar adecuadamente la magnitud del problema es necesario comparar. Primero, con otros datos disponibles que reflejen la tendencia que se venía mostrando en el pasado. Segundo, con cifras de otros países.
Tendencia
Respecto al pasado, se cuenta con las Estadísticas Vitales del Instituto Nacional de Estadística (INE). Los suicidios se registran como muertes violentas y hay cifras disponibles desde 1986. Veamos únicamente los años más recientes para los que se cuenta con información publicada:
Año – Número de suicidios
2002 – 254
2003 – 257
2004 – 253
2005 – 243
Esos números deben transformarse en tasas por 100,000 habitantes para ser comparables en el tiempo y con otros países. Entonces las tasas serían las siguientes:
Año – Tasa de suicidios por 100,000 habitantes
2002 – 2.2
2003 – 2.1
2004 – 2.0
2005 – 1.9
Así que la tendencia era a la baja. Sin embargo, si los datos de la PNC son correctos y comparables con los del INE, para los años 2006 y 2007 estaríamos viendo un acentuado incremento en la tasa de suicidios:
Año – Número de suicidios – Tasa de suicidios por 100,000 habitantes
2006 – 564 – 4.3
2007 – 734 – 5.5
Con relación al año 2005, la tasa en 2006 aumentó en 126 por ciento. La variación entre 2006 y 2007 fue de 27 por ciento.
Guatemala vrs. EE.UU.
La comparación internacional puede hacerse con los EE.UU., país que cuenta con estadísticas bastante precisas y consistentes sobre el fenómeno. Su tasa por 100,000 habitantes, a nivel nacional, es de 11.0 en el año 2004, según el Center for Disease Control and Prevention (CDC). La tasa de Guatemala para ese mismo año fue de 2.0. Es decir que la tasa de suicidios de los estadounidenses es más de 5 veces la de los guatemaltecos. Incluso si se compara con la del año 2007 (5.5 y la más alta registrada), la de los EE.UU. es el doble.
En Guatemala, los suicidios representan el 0.4 por ciento de todas las muertes ocurridas en 2004. Mientras que en los EE.UU. son el 1.4 por ciento.
En Guatemala, los hombres se quitan la vida casi tres veces más que las mujeres. En los EE.UU. es casi cuatro veces.
En Guatemala, lamentablemente, no contamos con datos desagregados por edad y por pertenencia étnica. En los EE.UU. se sabe que los adolescentes tienen una tasa de suicidios de 8.2, los mayores de 65 años muestran una de 14.3, que sube hasta 17.8 para los hombres blancos mayores de 85 años. Los indígenas estadounidenses tienen una tasa de 12.4, los hispanos una de 5.9, y los afro-americanos una de 5.3.
En Guatemala, se sabe que el 13 por ciento de los hombres que se suicidan lo hacen con un arma de fuego. En los EE.UU. el porcentaje es de 57.
Independientemente de que el escenario guatemalteco no sea tan preocupante como el de los EE.UU., en parte porque la esperanza de vida al nacer apenas llega a los 70 años (suponiendo que la edad es un factor de riesgo importante, como lo parecen sugerir las estadísticas del CDC), es necesario profundizar en las causas del aumento de la tasa en el país.
Una posible hipótesis es la siguiente, con base a un caso de suicidio que conocí de forma indirecta: la violencia del crimen organizado ha elevado los niveles de estrés de la población, lo cual es un factor de riesgo que, en combinación con otros como la depresión, puede conducir al suicidio. La persona de la que tuve noticia decidió quitarse la vida porque su pequeño negocio era asediado por las maras, quienes le cobraban un impuesto para permitirle seguir operando. La amenazaron con matarla si no pagaba. Esto la deprimió de tal manera que el resultado fue el suicidio.
Nota:
[1] Sas, Luis A. (29 enero 2008), “Dos suicidios diarios durante 2007”. elPeriódico: Guatemala. En Internet: http://www.elperiodico.com.gt/es/20080129/pais/48020/
Referencias:
CDC (2007). Suicide. Facts at a Glance. En Internet: http://www.cdc.gov/ncipc/dvp/Suicide/SuicideDataSheet.pdf
INE (2007). Estadísticas Vitales. Muertes Violentas 2002-2005.
INE (2004). Estimaciones y Proyecciones de Población para el período 1950-2050.
NIMH (2007). Suicide in the U.S.: Statistics and Prevention. En Internet: http://www.nimh.nih.gov/health/publications/suicide-in-the-us-statistics-and-prevention.shtml
Para poder evaluar adecuadamente la magnitud del problema es necesario comparar. Primero, con otros datos disponibles que reflejen la tendencia que se venía mostrando en el pasado. Segundo, con cifras de otros países.
Tendencia
Respecto al pasado, se cuenta con las Estadísticas Vitales del Instituto Nacional de Estadística (INE). Los suicidios se registran como muertes violentas y hay cifras disponibles desde 1986. Veamos únicamente los años más recientes para los que se cuenta con información publicada:
Año – Número de suicidios
2002 – 254
2003 – 257
2004 – 253
2005 – 243
Esos números deben transformarse en tasas por 100,000 habitantes para ser comparables en el tiempo y con otros países. Entonces las tasas serían las siguientes:
Año – Tasa de suicidios por 100,000 habitantes
2002 – 2.2
2003 – 2.1
2004 – 2.0
2005 – 1.9
Así que la tendencia era a la baja. Sin embargo, si los datos de la PNC son correctos y comparables con los del INE, para los años 2006 y 2007 estaríamos viendo un acentuado incremento en la tasa de suicidios:
Año – Número de suicidios – Tasa de suicidios por 100,000 habitantes
2006 – 564 – 4.3
2007 – 734 – 5.5
Con relación al año 2005, la tasa en 2006 aumentó en 126 por ciento. La variación entre 2006 y 2007 fue de 27 por ciento.
Guatemala vrs. EE.UU.
La comparación internacional puede hacerse con los EE.UU., país que cuenta con estadísticas bastante precisas y consistentes sobre el fenómeno. Su tasa por 100,000 habitantes, a nivel nacional, es de 11.0 en el año 2004, según el Center for Disease Control and Prevention (CDC). La tasa de Guatemala para ese mismo año fue de 2.0. Es decir que la tasa de suicidios de los estadounidenses es más de 5 veces la de los guatemaltecos. Incluso si se compara con la del año 2007 (5.5 y la más alta registrada), la de los EE.UU. es el doble.
En Guatemala, los suicidios representan el 0.4 por ciento de todas las muertes ocurridas en 2004. Mientras que en los EE.UU. son el 1.4 por ciento.
En Guatemala, los hombres se quitan la vida casi tres veces más que las mujeres. En los EE.UU. es casi cuatro veces.
En Guatemala, lamentablemente, no contamos con datos desagregados por edad y por pertenencia étnica. En los EE.UU. se sabe que los adolescentes tienen una tasa de suicidios de 8.2, los mayores de 65 años muestran una de 14.3, que sube hasta 17.8 para los hombres blancos mayores de 85 años. Los indígenas estadounidenses tienen una tasa de 12.4, los hispanos una de 5.9, y los afro-americanos una de 5.3.
En Guatemala, se sabe que el 13 por ciento de los hombres que se suicidan lo hacen con un arma de fuego. En los EE.UU. el porcentaje es de 57.
Independientemente de que el escenario guatemalteco no sea tan preocupante como el de los EE.UU., en parte porque la esperanza de vida al nacer apenas llega a los 70 años (suponiendo que la edad es un factor de riesgo importante, como lo parecen sugerir las estadísticas del CDC), es necesario profundizar en las causas del aumento de la tasa en el país.
Una posible hipótesis es la siguiente, con base a un caso de suicidio que conocí de forma indirecta: la violencia del crimen organizado ha elevado los niveles de estrés de la población, lo cual es un factor de riesgo que, en combinación con otros como la depresión, puede conducir al suicidio. La persona de la que tuve noticia decidió quitarse la vida porque su pequeño negocio era asediado por las maras, quienes le cobraban un impuesto para permitirle seguir operando. La amenazaron con matarla si no pagaba. Esto la deprimió de tal manera que el resultado fue el suicidio.
Nota:
[1] Sas, Luis A. (29 enero 2008), “Dos suicidios diarios durante 2007”. elPeriódico: Guatemala. En Internet: http://www.elperiodico.com.gt/es/20080129/pais/48020/
Referencias:
CDC (2007). Suicide. Facts at a Glance. En Internet: http://www.cdc.gov/ncipc/dvp/Suicide/SuicideDataSheet.pdf
INE (2007). Estadísticas Vitales. Muertes Violentas 2002-2005.
INE (2004). Estimaciones y Proyecciones de Población para el período 1950-2050.
NIMH (2007). Suicide in the U.S.: Statistics and Prevention. En Internet: http://www.nimh.nih.gov/health/publications/suicide-in-the-us-statistics-and-prevention.shtml
Suicidios y trastorno bipolar
Recientemente me encontré con un informe de los suicidios en los Estados Unidos. En el mismo se explica que la tasa de suicidios en 7 Estados bajo estudio estaba situada entre 9.7-9.1 por cien mil habitantes, en 2003 y 2004, respectivamente. Sin embargo, la tasa en todo el país es de 10.7 por cien mil (ya ajustada por edades).
La tasa de suicidios de hombres es más de cuatro veces la de las mujeres: 15.2 vrs. 3.6 por cien mil, respectivamente. La tasa tiende a aumentar con la edad de las personas. En el caso de los hombres mayores de 65 años, llega hasta 28.9 por cien mil.
En los Estados estudiados se encontró información sobre las circunstancias del suicidio en más del 80 por ciento de los casos. Casi la mitad de los casos estaban relacionados con un problema de salud mental previamente diagnosticado.
En el 81 por ciento de esos casos se trataba de depresión, el 10 por ciento era trastorno bipolar, y 3 por ciento por esquizofrenia.
Con los adultos mayores, el 22 por ciento de los casos estaba relacionado con problemas de salud física.
El 18 por ciento de las víctimas había intentado previamente quitarse la vida. Casi el 17 por ciento tenía problemas de adicción al alcohol.

FUENTE: Homicides and Suicides - National Violent Death Reporting System, United States, 2003—2004 (July 7, 2006 / 55(26); 721-724)
La tasa de suicidios de hombres es más de cuatro veces la de las mujeres: 15.2 vrs. 3.6 por cien mil, respectivamente. La tasa tiende a aumentar con la edad de las personas. En el caso de los hombres mayores de 65 años, llega hasta 28.9 por cien mil.
En los Estados estudiados se encontró información sobre las circunstancias del suicidio en más del 80 por ciento de los casos. Casi la mitad de los casos estaban relacionados con un problema de salud mental previamente diagnosticado.
En el 81 por ciento de esos casos se trataba de depresión, el 10 por ciento era trastorno bipolar, y 3 por ciento por esquizofrenia.
Con los adultos mayores, el 22 por ciento de los casos estaba relacionado con problemas de salud física.
El 18 por ciento de las víctimas había intentado previamente quitarse la vida. Casi el 17 por ciento tenía problemas de adicción al alcohol.

FUENTE: Homicides and Suicides - National Violent Death Reporting System, United States, 2003—2004 (July 7, 2006 / 55(26); 721-724)
miércoles, julio 16, 2008
Ellos no quieren... Yo tampoco quisiera
El fin de semana recién pasado tuve una reunión con primos. Uno de ellos ha sido diagnosticado con TBP desde hace varios años.
Su caso es bastante delicado. Me contó que lleva dos años sin medicamentos, y que él se automedica "un poco de licor". También me dijo que todos los días piensa en quitarse la vida.
Fuerte testimonio. Dejó los medicamentos desde que tuvo una crisis con su hígado. Hoy no puede trabajar, pero dice que ha estado más o menos estable, pues no ha tenido episodios maníacos sobresalientes. Lleva una rutina de cercanía con sus padres, quienes le ayudan a monitorearse.
Mi primo habla abiertamente conmigo y otros primos que hemos sufrido de cerca la enfermedad. En un momento de la conversación empezaron a decir que yo NO soy bipolar. Que al menos no creían que lo fuera pues me ven muy "normal".
Yo les dije que ellos no me conocen de cerca. Les conté algunos episodios en los cuales el TBP afectó mis relaciones laborales. Aún así no quedaron convencidos. Dicen que hasta que no vean un "examen de sangre" que lo compruebe, no me creerán.
Les dije que hasta el momento no hay tal examen. Mi primo insiste en que sí lo hay, pues él estuvo recluído un tiempo en un hospital especializado en Texas. Le contesté que lo habrá en el futuro cuando los científicos logren descubrir los genes relacionados con la enfermedad, pero que por el momento los psiquiatras sólo cuentan con los criterios del famoso manual DSM-IV (Manual de diagnóstico de los trastornos mentales de la American Psychiatric Association).
Me dijo, al final, que a lo mejor él simplemente "no quiere" que yo también tengan el TBP. Me preguntó sobre las ideas que pasan por mi mente, y por la duración de mis episodios depresivos. Le explique que yo soy bipolar II (hipomaníaco) y que él es biporal I. Por lo cual tenemos diferencias importantes respecto a los síntomas.
Le dije a él y otra prima que yo tampoco quisiera ser bipolar, pero lo soy.
Su caso es bastante delicado. Me contó que lleva dos años sin medicamentos, y que él se automedica "un poco de licor". También me dijo que todos los días piensa en quitarse la vida.
Fuerte testimonio. Dejó los medicamentos desde que tuvo una crisis con su hígado. Hoy no puede trabajar, pero dice que ha estado más o menos estable, pues no ha tenido episodios maníacos sobresalientes. Lleva una rutina de cercanía con sus padres, quienes le ayudan a monitorearse.
Mi primo habla abiertamente conmigo y otros primos que hemos sufrido de cerca la enfermedad. En un momento de la conversación empezaron a decir que yo NO soy bipolar. Que al menos no creían que lo fuera pues me ven muy "normal".
Yo les dije que ellos no me conocen de cerca. Les conté algunos episodios en los cuales el TBP afectó mis relaciones laborales. Aún así no quedaron convencidos. Dicen que hasta que no vean un "examen de sangre" que lo compruebe, no me creerán.
Les dije que hasta el momento no hay tal examen. Mi primo insiste en que sí lo hay, pues él estuvo recluído un tiempo en un hospital especializado en Texas. Le contesté que lo habrá en el futuro cuando los científicos logren descubrir los genes relacionados con la enfermedad, pero que por el momento los psiquiatras sólo cuentan con los criterios del famoso manual DSM-IV (Manual de diagnóstico de los trastornos mentales de la American Psychiatric Association).
Me dijo, al final, que a lo mejor él simplemente "no quiere" que yo también tengan el TBP. Me preguntó sobre las ideas que pasan por mi mente, y por la duración de mis episodios depresivos. Le explique que yo soy bipolar II (hipomaníaco) y que él es biporal I. Por lo cual tenemos diferencias importantes respecto a los síntomas.
Le dije a él y otra prima que yo tampoco quisiera ser bipolar, pero lo soy.
martes, julio 01, 2008
Personajes políticos
La semana pasada compré un libro de referencia muy importante. Es una recopilación enciclopédica de todo lo relativo al trastorno bipolar. Se llama "Manic-depressive Illness", editado por Oxford University Press. Sus autores son la Dra. Jamison y el Dr. Goodwin. Es la edición de 1990, pero tiene mucha información que yo desconocía.
Una de las secciones que me llamó la atención fue la dedicada a la relación entre el TBP, la creatividad y el liderazgo.
Sí había leído antes sobre los poetas y artistas bipolares, pero no sobre los personajes políticos, excepto sobre Lincoln (quien ha sido más relacionado con la depresión unipolar).
Entre estos políticos se mencionan a los siguientes, algunos por los que tengo simpatía y otros con los que difiero ideológicamente:
Alejandro Magno (356-323 A.C.)
Oliver Cromwell (1599-1658)
Alexander Hamilton (1755-1804)
Lord Nelson (1758-1805)
Napoleón Bonaparte (1769-1821)
Robert E. Lee (1807-1870)
Abraham Lincoln (1809-1865)
Theodore Roosevelt (1858-1919)
Winston Churchill (1874-1965)
Benito Mussolini (1883-1945)
Una de las secciones que me llamó la atención fue la dedicada a la relación entre el TBP, la creatividad y el liderazgo.
Sí había leído antes sobre los poetas y artistas bipolares, pero no sobre los personajes políticos, excepto sobre Lincoln (quien ha sido más relacionado con la depresión unipolar).
Entre estos políticos se mencionan a los siguientes, algunos por los que tengo simpatía y otros con los que difiero ideológicamente:
Alejandro Magno (356-323 A.C.)
Oliver Cromwell (1599-1658)
Alexander Hamilton (1755-1804)
Lord Nelson (1758-1805)
Napoleón Bonaparte (1769-1821)
Robert E. Lee (1807-1870)
Abraham Lincoln (1809-1865)
Theodore Roosevelt (1858-1919)
Winston Churchill (1874-1965)
Benito Mussolini (1883-1945)
lunes, junio 16, 2008
Compañeros de camino
La semana pasada viajé para asistir a una conferencia profesional. Una de esas donde llega gente de todo el mundo. En la misma tuve la oportunidad de compartir con un profesor canadiense. Muy simpático.
Un día desayunamos juntos y me contó que tenía que llamar a su hijo de 12 años. El niño no se siente seguro cuando su papá está fuera de casa. Me contó que una sobrina suya le hacía compañía al niño. Por un momento pensé que había perdido a su esposa, la madre del niño. Pero no. Me contó que su esposa padecía de depresión.
Le pregunté si era depresión unipolar o trastorno bipolar. Me dijo que era lo segundo. Entonces yo le conté que soy bipolar II. Y empezamos a platicar por una hora más sobre su vida como esposo de una mujer bipolar.
Me contó que su esposa era muy guapa e inteligente. Cuando se conocieron, lo que le atrajo de ella fue su personalidad alegre y decidida. Sin embargo, cuando dio a luz padeció de severa depresión postparto. Ese fue el detonante de su enfermedad.
Ella también es bipolar II, así que padece más el lado depresivo de la enfermedad. Me contó mi nuevo amigo que se preocupa mucho por su hijo, pues le afecta ver a su mamá en ese estado. Tiende a copiar algunos comportamientos, como cuando su mamá se queda en casa y no puede ir al trabajo, el niño a veces le dice que no quiere ir a la escuela. También le da miedo quedarse solo con la madre.
La señora ha aumentado de peso debido a los medicamentos y a un régimen alimenticio que mi amigo denomina "comida de consuelo" porque es lo que uno come cuando está triste: cosas que engordan. Esto también afecta al hijo. Pero la preocupación mayor no es el peso, que afecta la salud física, sino el posible deterioro de la salud mental de su esposa.
También me contó que han tratado con diversas alternativas, como acupuntura. Él, por su lado, ha asistido a grupos de personas que tienen seres queridos con trastorno bipolar. Se ve que es un hombre con un gran corazón, pero me confesó que a veces se siente agotado. Que necesita su propio espacio para respirar y no sentirse agobiado por la salud de su esposa. Luego regresa a retomar sus responsabilidades como padre y como esposo.
Ahora piensan en mudarse a la ciudad, pues viven en un pueblo pequeño, para estar más cerca de los familiares y acudir a ellos más fácilmente en caso de emergencia.
Me pareció conmovedor escuchar a un hombre de unos 45-50 años contar su historia personal como esposo de una mujer con trastorno bipolar. Entiendo que no le ha sido fácil, pero sigue en la lucha. Por lo menos, como le dije, sabe cuál es el problema. Otros prefieren ignorarlo, escapan de él, o peor aún, no tienen ni idea de lo que está pasando en sus vidas.
Un día desayunamos juntos y me contó que tenía que llamar a su hijo de 12 años. El niño no se siente seguro cuando su papá está fuera de casa. Me contó que una sobrina suya le hacía compañía al niño. Por un momento pensé que había perdido a su esposa, la madre del niño. Pero no. Me contó que su esposa padecía de depresión.
Le pregunté si era depresión unipolar o trastorno bipolar. Me dijo que era lo segundo. Entonces yo le conté que soy bipolar II. Y empezamos a platicar por una hora más sobre su vida como esposo de una mujer bipolar.
Me contó que su esposa era muy guapa e inteligente. Cuando se conocieron, lo que le atrajo de ella fue su personalidad alegre y decidida. Sin embargo, cuando dio a luz padeció de severa depresión postparto. Ese fue el detonante de su enfermedad.
Ella también es bipolar II, así que padece más el lado depresivo de la enfermedad. Me contó mi nuevo amigo que se preocupa mucho por su hijo, pues le afecta ver a su mamá en ese estado. Tiende a copiar algunos comportamientos, como cuando su mamá se queda en casa y no puede ir al trabajo, el niño a veces le dice que no quiere ir a la escuela. También le da miedo quedarse solo con la madre.
La señora ha aumentado de peso debido a los medicamentos y a un régimen alimenticio que mi amigo denomina "comida de consuelo" porque es lo que uno come cuando está triste: cosas que engordan. Esto también afecta al hijo. Pero la preocupación mayor no es el peso, que afecta la salud física, sino el posible deterioro de la salud mental de su esposa.
También me contó que han tratado con diversas alternativas, como acupuntura. Él, por su lado, ha asistido a grupos de personas que tienen seres queridos con trastorno bipolar. Se ve que es un hombre con un gran corazón, pero me confesó que a veces se siente agotado. Que necesita su propio espacio para respirar y no sentirse agobiado por la salud de su esposa. Luego regresa a retomar sus responsabilidades como padre y como esposo.
Ahora piensan en mudarse a la ciudad, pues viven en un pueblo pequeño, para estar más cerca de los familiares y acudir a ellos más fácilmente en caso de emergencia.
Me pareció conmovedor escuchar a un hombre de unos 45-50 años contar su historia personal como esposo de una mujer con trastorno bipolar. Entiendo que no le ha sido fácil, pero sigue en la lucha. Por lo menos, como le dije, sabe cuál es el problema. Otros prefieren ignorarlo, escapan de él, o peor aún, no tienen ni idea de lo que está pasando en sus vidas.
miércoles, mayo 28, 2008
¿Antecedentes del trastorno bipolar en Guatemala?
Yo quisiera saber en qué consiste
Que en el curso de un día está mi mente
Unas veces alegre y otras triste
Como mujer fantástica y demente
Que de luto y de púrpura se viste,
Mudando de color continuamente.
No llego a conocer mi fantasía
Y las ajenas… menos que la mía.
José Batres Montúfar (1809-1844)*
* Considerado el mejor representante del Romanticismo en la literatura guatemalteca, más AQUI
Que en el curso de un día está mi mente
Unas veces alegre y otras triste
Como mujer fantástica y demente
Que de luto y de púrpura se viste,
Mudando de color continuamente.
No llego a conocer mi fantasía
Y las ajenas… menos que la mía.
José Batres Montúfar (1809-1844)*
* Considerado el mejor representante del Romanticismo en la literatura guatemalteca, más AQUI
lunes, mayo 26, 2008
Cosas de la vida: un amigo con TBP
Perdón... Hace casi 20 días que no escribo nada para actualizar el BLOG.
Muchos eventos han ocurrido en mi vida en ese lapso de tiempo. Uno de ellos me ha impactado fuertemente.
Tengo un amigo desde hace 16 años. Por diversas razones tomamos caminos diferentes en la vida, pero vivimos experiencias conjuntas que jamás olvidaremos.
Hace poco, retomando contacto, le conté sobre mi caso. Pues me preguntaba por qué me estaba costando avanzar en mi trabajo. Así que le hice un resumen de mi lucha por encontrar el medicamento adecuado y tolerar los efectos secundarios, en este caso dificultad para la concentración.
Entonces me respondió: Yo también. Dice que tiene trastorno bipolar. Me contó detalles muy personales y los antecedentes en su familia.
Me preocupé por él, pues conozco lo que es el sufrimiento de esta enfermedad. Pero al mismo tiempo, compartir nuevamente una experiencia como esta nos ha unido más. Increible. Jamás nos lo hubiéramos imaginado.
Muchos eventos han ocurrido en mi vida en ese lapso de tiempo. Uno de ellos me ha impactado fuertemente.
Tengo un amigo desde hace 16 años. Por diversas razones tomamos caminos diferentes en la vida, pero vivimos experiencias conjuntas que jamás olvidaremos.
Hace poco, retomando contacto, le conté sobre mi caso. Pues me preguntaba por qué me estaba costando avanzar en mi trabajo. Así que le hice un resumen de mi lucha por encontrar el medicamento adecuado y tolerar los efectos secundarios, en este caso dificultad para la concentración.
Entonces me respondió: Yo también. Dice que tiene trastorno bipolar. Me contó detalles muy personales y los antecedentes en su familia.
Me preocupé por él, pues conozco lo que es el sufrimiento de esta enfermedad. Pero al mismo tiempo, compartir nuevamente una experiencia como esta nos ha unido más. Increible. Jamás nos lo hubiéramos imaginado.
miércoles, mayo 07, 2008
Predisposición genética al trastorno bipolar
Consultando mi nuevo libro “New Hope for people with Bipolar Disorder” me encuentro con la siguiente explicación (pp. 43-45):
Hay evidencia científica que apoya la teoría de que existe una predisposición genética al trastorno bipolar. Veamos algunos hallazgos que confirman esa correlación.
El Dr. Elliot Gershon, investigador de la Universidad de Chicago, y sus colegas, señalan que la evidencia más sólida proviene de estudios con gemelos idénticos, es decir, los que comparten genes idénticos. En esos estudios, la tasa de similitud entre gemelos idénticos (que indica que ambos tienen el trastorno afectivo) fue de 62 a 72 por ciento, mientras que para los gemelos fraternos dicha tasa sólo fue de 0 a 8 por ciento.
Otro estudio también realizado con gemelos, por el psiquiatra noruego E. Kringlen, también reportó que el factor genético es muy importante para explicar enfermedades como Alzheimer, trastorno bipolar, esquizofrenia, y autismo.
Evidencia adicional sobre la importancia de la genética ha sido encontrada en estudios de adopción realizados en países escandinavos. Dos estudios de niños cuyos padres biológicos también tenían trastorno bipolar, pero que fueron adoptados a los meses de haber nacido por familias que no padecían la enfermedad, han generado más evidencia a favor de la teoría de la transmisión genética de la enfermedad. Los datos de más de cuarenta casos revelan que el riesgo de poseer el desorden afectivo es consistentemente más alto para aquellas personas con familiares con trastorno bipolar, que para quienes tienen familiares sin dicha enfermedad.
Por lo tanto, se puede concluir que los trastornos afectivos son en realidad el resultado de una transmisión genética. Curiosamente, es más frecuente que los familiares de personas con trastorno bipolar sufran de depresión unipolar, y no del trastorno bipolar.
En familias donde hay casos de trastorno bipolar en niños o adolescentes es más probable que otro miembro de la familia esté afectado por la enfermedad. También, si en la familia hay un caso severo de trastorno bipolar, es más alto el riesgo de que la enfermedad aparezca en otro miembro de la familia.
La revisión de la literatura científica también muestra que el modo de transmisión genética del trastorno bipolar es compleja y probablemente abarca la interacción entre varios genes.
Sin embargo, dado que las tasas de concordancia están lejos de ser 100 por ciento en la mayoría de estas enfermedades mentales, es importante tener en cuenta los factores medioambientales. Esta observación es necesaria a la luz de la creciente investigación neurobiológica que muestra que las experiencias individuales pueden modificar los procesos bioquímicos del cerebro, en un grado no apreciado previamente. Esto se denomina “plasticidad del cerebro”.
Hay evidencia científica que apoya la teoría de que existe una predisposición genética al trastorno bipolar. Veamos algunos hallazgos que confirman esa correlación.
El Dr. Elliot Gershon, investigador de la Universidad de Chicago, y sus colegas, señalan que la evidencia más sólida proviene de estudios con gemelos idénticos, es decir, los que comparten genes idénticos. En esos estudios, la tasa de similitud entre gemelos idénticos (que indica que ambos tienen el trastorno afectivo) fue de 62 a 72 por ciento, mientras que para los gemelos fraternos dicha tasa sólo fue de 0 a 8 por ciento.
Otro estudio también realizado con gemelos, por el psiquiatra noruego E. Kringlen, también reportó que el factor genético es muy importante para explicar enfermedades como Alzheimer, trastorno bipolar, esquizofrenia, y autismo.
Evidencia adicional sobre la importancia de la genética ha sido encontrada en estudios de adopción realizados en países escandinavos. Dos estudios de niños cuyos padres biológicos también tenían trastorno bipolar, pero que fueron adoptados a los meses de haber nacido por familias que no padecían la enfermedad, han generado más evidencia a favor de la teoría de la transmisión genética de la enfermedad. Los datos de más de cuarenta casos revelan que el riesgo de poseer el desorden afectivo es consistentemente más alto para aquellas personas con familiares con trastorno bipolar, que para quienes tienen familiares sin dicha enfermedad.
Por lo tanto, se puede concluir que los trastornos afectivos son en realidad el resultado de una transmisión genética. Curiosamente, es más frecuente que los familiares de personas con trastorno bipolar sufran de depresión unipolar, y no del trastorno bipolar.
En familias donde hay casos de trastorno bipolar en niños o adolescentes es más probable que otro miembro de la familia esté afectado por la enfermedad. También, si en la familia hay un caso severo de trastorno bipolar, es más alto el riesgo de que la enfermedad aparezca en otro miembro de la familia.
La revisión de la literatura científica también muestra que el modo de transmisión genética del trastorno bipolar es compleja y probablemente abarca la interacción entre varios genes.
Sin embargo, dado que las tasas de concordancia están lejos de ser 100 por ciento en la mayoría de estas enfermedades mentales, es importante tener en cuenta los factores medioambientales. Esta observación es necesaria a la luz de la creciente investigación neurobiológica que muestra que las experiencias individuales pueden modificar los procesos bioquímicos del cerebro, en un grado no apreciado previamente. Esto se denomina “plasticidad del cerebro”.
martes, mayo 06, 2008
Diagnóstico equivocado: "Disculpe, NO tiene TBP"
Hoy por la tarde escuché esta noticia interesante, y en primicia, en National Public Radio: "Study: Doctors Over-Diagnosing Bipolar Disorder" (*)
Hay estudios que sugieren que muchas personas diagnosticadas con trastorno bipolar en los EEUU, en realidad, ¡no lo padecen!
Por ejemplo, el Dr. Mark Zimmerman (Rhode Island Hospital, Department Of Psychiatry), explica que antes las personas con TBP no eran diagnosticadas, pero desde hace 6 años los médicos en los EEUU se han ido al otro extremo. En un seguimiento a 145 pacientes, supuestamente con TBP, en el 50 por ciento de los casos no se pudo confirmar el diagnóstico. Generalmente tenían depresión, pero no TBP. La historia familiar es fundamental para un buen diagnóstico, y muchos de esos individuos no tenían familiares con antecedentes de TBP.
Es peligroso hacer diagnósticos equivocados porque se les receta a los pacientes medicamentos que no deben tomar, y por lo tanto se les expone a efectos secundarios de forma innecesaria.
¿Por qué ocurre esto? Hay un efecto del interés de las farmacéuticas por expandir su mercado, pues siempre dicen a los médicos que "no dejen pasar" los casos de TBP. Se explota, entonces, la idea de que aun pasan inadvertidos.
Por su parte, el Dr. Gary Sachs (Harvard Medical School) dice que es necesario hacer los cuestionarios estructurados para diagnosticar bien. No hay excusas para fallar en el diagnóstico.
Uno de los estudios será presentado mañana en el reunión anual de la American Psychiatric Association que se realiza en Washington, D.C.:
Is Bipolar Disorder Overdiagnosed?
Mark Zimmerman, M.D., Camilo J. Ruggero, Ph.D., Iwona Chelminki, Ph.D., Diane Young, Ph.D.
(*) A new study suggests that many people are being diagnosed as bipolar even though they do not meet the criteria for the disorder. Researchers at Rhode Island Hospital found that about half of 145 patients who'd been diagnosed as bipolar should not have been.
Comentario: ¿Cómo estaremos en América Latina al respecto? ¿Se estará "sub-diagnosticando" o "sobre-diagnosticando" el TBP? ¿Quién sabe?
Hay estudios que sugieren que muchas personas diagnosticadas con trastorno bipolar en los EEUU, en realidad, ¡no lo padecen!
Por ejemplo, el Dr. Mark Zimmerman (Rhode Island Hospital, Department Of Psychiatry), explica que antes las personas con TBP no eran diagnosticadas, pero desde hace 6 años los médicos en los EEUU se han ido al otro extremo. En un seguimiento a 145 pacientes, supuestamente con TBP, en el 50 por ciento de los casos no se pudo confirmar el diagnóstico. Generalmente tenían depresión, pero no TBP. La historia familiar es fundamental para un buen diagnóstico, y muchos de esos individuos no tenían familiares con antecedentes de TBP.
Es peligroso hacer diagnósticos equivocados porque se les receta a los pacientes medicamentos que no deben tomar, y por lo tanto se les expone a efectos secundarios de forma innecesaria.
¿Por qué ocurre esto? Hay un efecto del interés de las farmacéuticas por expandir su mercado, pues siempre dicen a los médicos que "no dejen pasar" los casos de TBP. Se explota, entonces, la idea de que aun pasan inadvertidos.
Por su parte, el Dr. Gary Sachs (Harvard Medical School) dice que es necesario hacer los cuestionarios estructurados para diagnosticar bien. No hay excusas para fallar en el diagnóstico.
Uno de los estudios será presentado mañana en el reunión anual de la American Psychiatric Association que se realiza en Washington, D.C.:
Is Bipolar Disorder Overdiagnosed?
Mark Zimmerman, M.D., Camilo J. Ruggero, Ph.D., Iwona Chelminki, Ph.D., Diane Young, Ph.D.
(*) A new study suggests that many people are being diagnosed as bipolar even though they do not meet the criteria for the disorder. Researchers at Rhode Island Hospital found that about half of 145 patients who'd been diagnosed as bipolar should not have been.
Comentario: ¿Cómo estaremos en América Latina al respecto? ¿Se estará "sub-diagnosticando" o "sobre-diagnosticando" el TBP? ¿Quién sabe?
¿Cómo opera la genética en el trastorno bipolar?
Una prima me hizo esta pregunta. No supe cómo responderle. Así que googleé un poco. Aquí presento una respuesta que me parece bien informada:
Factores genéticos del trastorno bipolar
Existe un componente genético ampliamente reconocido en la etiología del trastorno bipolar; estudios familiares múltiples mostraron que existe mayor prevalencia de trastorno bipolar en familiares de pacientes afectados por éste en comparación con controles sanos psiquiátricamente (Alda, 1997). El riesgo vitalicio de sufrir trastorno bipolar en los parientes en primer grado de consanguinidad de un paciente con trastorno bipolar es del 40%, del 70% para un gemelo monocigótico y del 5% - 10% para el resto de parientes de primer grado (Muller-Oerlinghausen y col., 2002). Existen algunas evidencias que indican que los trastornos bipolares I y II son subtipos genéticamente distintos. Sin embargo, la forma de trastorno bipolar de ciclo rápido no es genéticamente distinta de la forma de ciclo no rápido (Alda, 1997).
Las investigaciones indican que el patrón hereditario del trastorno bipolar es complejo y no-mendeliano. En el trastorno bipolar, las interacciones de múltiples genes y factores no genéticos confieren vulnerabilidad, y la impronta genómica, la herencia mitocondrial y los factores del entorno y el desarrollo tienen una función (Muller-Oerlinghausen y col., 2002; NIMH, 2000). Se han propuesto varias hipótesis sobre el origen de la transmisión genética en el trastorno bipolar, incluidos el modo de herencia dominante del cromosoma X y la hipótesis continua de Goldin y col., 1983, pero ninguna ha tenido un fundamento uniforme y constante (Alda, 1997).
Estudios genéticos moleculares revelaron la existencia de loci de genes probablemente relevantes para el trastorno bipolar. 18p11, 18q22, 4p16, 21q21 y Xq26. Sin embrago, no se identificaron genes específicos como experimentales para el trastorno bipolar. Esto se debe en parte a la dificultad para diferenciar este trastorno de otros trastornos psiquiátricos, lo que genera poblaciones heterogéneas de muestras. Los genes experimentales pueden comprender los genes del transportador de serotonina y receptores de serotonina, receptores dopaminérgicos, monoaminoxidasa-A, catecol-O-metiltransferasa, la isozima g1 de fosfolipasa C y la proencefalina hormonal (Alda, 1997; Muller-Oerlinghausen y col., 2002).
[http://es.brainexplorer.org/bipolar_disorder/Bipolar_Disorder_Aetiology.shtml]
Referencias:
Alda M. Bipolar disorder: from families to genes. Can J Psychiatry 1997; 42(4):378–387.
Goldin L.R. et al. Segregation and linkage analyses in families of patients with bipolar, unipolar, and schizoaffective mood disorders. Am J Hum Genet 1983;35:274–87.
Muller-Oerlinghausen B, Berghofer A, Bauer M. Bipolar disorder. Lancet 2002; 359: 241–247.
NIMH. Investigación del Instituto Nacional de Salud Mental sobre el trastorno bipolar. 2000. Publicación del NIH número 00-4502.
Nota: el énfasis es mío.
Genetics of bipolar disorder
Bipolar disorder (also known as manic depressive illness) is a complex genetic disorder in which the core feature is pathological disturbance in mood (affect) ranging from extreme elation, or mania, to severe depression usually accompanied by disturbances in thinking and behaviour. The lifetime prevalence of 1% is similar in males and females and family, twin, and adoption studies provide robust evidence for a major genetic contribution to risk. There are methodological impediments to precise quantification, but the approximate lifetime risk of bipolar disorder in relatives of a bipolar proband are: monozygotic co-twin 40-70%; first degree relative 5-10%; unrelated person 0.5-1.5%. Occasional families may exist in which a single gene plays the major role in determining susceptibility, but the majority of bipolar disorder involves the interaction of multiple genes (epistasis) or more complex genetic mechanisms (such as dynamic mutation or imprinting).
Molecular genetic positional and candidate gene approaches are being used for the genetic dissection of bipolar disorder. No gene has yet been identified but promising findings are emerging. Regions of interest identified in linkage studies include 4p16, 12q23-q24, 16p13, 21q22, and Xq24-q26. Chromosome 18 is also of interest but the findings are confusing with up to three possible regions implicated. To date most candidate gene studies have focused on neurotransmitter systems influenced by medication used in clinical management of the disorder but no robust positive findings have yet emerged. It is, however, almost certain that over the next few years bipolar susceptibility genes will be identified. This will have a major impact on our understanding of disease pathophysiology and will provide important opportunities to investigate the interaction between genetic and environmental factors involved in pathogenesis. This is likely to lead to major improvements in treatment and patient care but will also raise important ethical issues that will need to be addressed.
[J Med Genet 1999; 36:585-594 (August)]
Factores genéticos del trastorno bipolar
Existe un componente genético ampliamente reconocido en la etiología del trastorno bipolar; estudios familiares múltiples mostraron que existe mayor prevalencia de trastorno bipolar en familiares de pacientes afectados por éste en comparación con controles sanos psiquiátricamente (Alda, 1997). El riesgo vitalicio de sufrir trastorno bipolar en los parientes en primer grado de consanguinidad de un paciente con trastorno bipolar es del 40%, del 70% para un gemelo monocigótico y del 5% - 10% para el resto de parientes de primer grado (Muller-Oerlinghausen y col., 2002). Existen algunas evidencias que indican que los trastornos bipolares I y II son subtipos genéticamente distintos. Sin embargo, la forma de trastorno bipolar de ciclo rápido no es genéticamente distinta de la forma de ciclo no rápido (Alda, 1997).
Las investigaciones indican que el patrón hereditario del trastorno bipolar es complejo y no-mendeliano. En el trastorno bipolar, las interacciones de múltiples genes y factores no genéticos confieren vulnerabilidad, y la impronta genómica, la herencia mitocondrial y los factores del entorno y el desarrollo tienen una función (Muller-Oerlinghausen y col., 2002; NIMH, 2000). Se han propuesto varias hipótesis sobre el origen de la transmisión genética en el trastorno bipolar, incluidos el modo de herencia dominante del cromosoma X y la hipótesis continua de Goldin y col., 1983, pero ninguna ha tenido un fundamento uniforme y constante (Alda, 1997).
Estudios genéticos moleculares revelaron la existencia de loci de genes probablemente relevantes para el trastorno bipolar. 18p11, 18q22, 4p16, 21q21 y Xq26. Sin embrago, no se identificaron genes específicos como experimentales para el trastorno bipolar. Esto se debe en parte a la dificultad para diferenciar este trastorno de otros trastornos psiquiátricos, lo que genera poblaciones heterogéneas de muestras. Los genes experimentales pueden comprender los genes del transportador de serotonina y receptores de serotonina, receptores dopaminérgicos, monoaminoxidasa-A, catecol-O-metiltransferasa, la isozima g1 de fosfolipasa C y la proencefalina hormonal (Alda, 1997; Muller-Oerlinghausen y col., 2002).
[http://es.brainexplorer.org/bipolar_disorder/Bipolar_Disorder_Aetiology.shtml]
Referencias:
Alda M. Bipolar disorder: from families to genes. Can J Psychiatry 1997; 42(4):378–387.
Goldin L.R. et al. Segregation and linkage analyses in families of patients with bipolar, unipolar, and schizoaffective mood disorders. Am J Hum Genet 1983;35:274–87.
Muller-Oerlinghausen B, Berghofer A, Bauer M. Bipolar disorder. Lancet 2002; 359: 241–247.
NIMH. Investigación del Instituto Nacional de Salud Mental sobre el trastorno bipolar. 2000. Publicación del NIH número 00-4502.
Nota: el énfasis es mío.
Genetics of bipolar disorder
Bipolar disorder (also known as manic depressive illness) is a complex genetic disorder in which the core feature is pathological disturbance in mood (affect) ranging from extreme elation, or mania, to severe depression usually accompanied by disturbances in thinking and behaviour. The lifetime prevalence of 1% is similar in males and females and family, twin, and adoption studies provide robust evidence for a major genetic contribution to risk. There are methodological impediments to precise quantification, but the approximate lifetime risk of bipolar disorder in relatives of a bipolar proband are: monozygotic co-twin 40-70%; first degree relative 5-10%; unrelated person 0.5-1.5%. Occasional families may exist in which a single gene plays the major role in determining susceptibility, but the majority of bipolar disorder involves the interaction of multiple genes (epistasis) or more complex genetic mechanisms (such as dynamic mutation or imprinting).
Molecular genetic positional and candidate gene approaches are being used for the genetic dissection of bipolar disorder. No gene has yet been identified but promising findings are emerging. Regions of interest identified in linkage studies include 4p16, 12q23-q24, 16p13, 21q22, and Xq24-q26. Chromosome 18 is also of interest but the findings are confusing with up to three possible regions implicated. To date most candidate gene studies have focused on neurotransmitter systems influenced by medication used in clinical management of the disorder but no robust positive findings have yet emerged. It is, however, almost certain that over the next few years bipolar susceptibility genes will be identified. This will have a major impact on our understanding of disease pathophysiology and will provide important opportunities to investigate the interaction between genetic and environmental factors involved in pathogenesis. This is likely to lead to major improvements in treatment and patient care but will also raise important ethical issues that will need to be addressed.
[J Med Genet 1999; 36:585-594 (August)]
lunes, abril 28, 2008
Conferencia de la DBSA: algunas lecciones
Una de las presentaciones que más me llamó la atención fue la del Dr. William Gilmer, de la Universidad Northwestern, quien habló sobre el proyecto STAR*D, Sequenced Treatment Alternatives to Relieve Depression.
Gracias a un estudio realizado con más de 4,000 personas diagnosticadas con algún grado de depresión (no con TBP), lograron destruir algunos mitos en los tratamientos, derivados estos de los ensayos realizados por las empresas farmaceúticas, los cuales no responden a la realidad y pueden tener sesgos importantes.
Explicó que no es los mismo "mejorar" que "estar bien". Muchos medicamentos son aprobados dependiendo de la tasa de éxito, definida como "mejorar".
Gracias a esa distinción descubrieron que realmente la tasa de respuesta a los antidepresivos, para "estar bien", es de un 33 por ciento, y que la mitad de esas personas que respondieron bien alcanzaron dicho estado después de 6 semanas de tratamiento. Antes se pensaba que menos tiempo era necesario.
También se descubrió que los efectos secundarios agudos, como dolor de cabeza o mareo, disminuyen cuando la dosis aumenta. Por lo que ahora recomiendan a los médicos que no se administren dosis sub-terapeúticas. Las mismas no ayudan a mejorar y sólo exponen al paciente a los molestos efectos secundarios.
Del total de personas que logró "estar bien", un tercio volvió a estar mal después de un año, a pesar de estar tomando los medicamentos. En el caso de los que sólo "mejoraron", la tasa de recaída fue casi del 60 por ciento.
Uno de los factores más importantes para determinar la futura situación de un paciente es la edad en la que se presentó su primer episodio de depresión. Entre más joven, es más probable que tenga episodios más severos en el futuro, tenga más dificultades para funcionar bien social y profesionalmente e, incluso, que intente más veces quitarse la vida.
Hay un estudio similar realizado para personas con trastorno bipolar. Se llama STEP-DB. Habría que revisarlo.
Gracias a un estudio realizado con más de 4,000 personas diagnosticadas con algún grado de depresión (no con TBP), lograron destruir algunos mitos en los tratamientos, derivados estos de los ensayos realizados por las empresas farmaceúticas, los cuales no responden a la realidad y pueden tener sesgos importantes.
Explicó que no es los mismo "mejorar" que "estar bien". Muchos medicamentos son aprobados dependiendo de la tasa de éxito, definida como "mejorar".
Gracias a esa distinción descubrieron que realmente la tasa de respuesta a los antidepresivos, para "estar bien", es de un 33 por ciento, y que la mitad de esas personas que respondieron bien alcanzaron dicho estado después de 6 semanas de tratamiento. Antes se pensaba que menos tiempo era necesario.
También se descubrió que los efectos secundarios agudos, como dolor de cabeza o mareo, disminuyen cuando la dosis aumenta. Por lo que ahora recomiendan a los médicos que no se administren dosis sub-terapeúticas. Las mismas no ayudan a mejorar y sólo exponen al paciente a los molestos efectos secundarios.
Del total de personas que logró "estar bien", un tercio volvió a estar mal después de un año, a pesar de estar tomando los medicamentos. En el caso de los que sólo "mejoraron", la tasa de recaída fue casi del 60 por ciento.
Uno de los factores más importantes para determinar la futura situación de un paciente es la edad en la que se presentó su primer episodio de depresión. Entre más joven, es más probable que tenga episodios más severos en el futuro, tenga más dificultades para funcionar bien social y profesionalmente e, incluso, que intente más veces quitarse la vida.
Hay un estudio similar realizado para personas con trastorno bipolar. Se llama STEP-DB. Habría que revisarlo.
Nueva Esperanza para personas con Trastorno Bipolar
El fin de semana tuve la oportunidad de asistir a un día de conferencias sobre "Trastornos del ánimo: tratamiento y recuperación a lo largo de la vida". El mismo fue organizado por DBSA, Depression and Bipolar Support Alliance, de Chicago.
Entre otros conferencistas se presentaron el Dr. Bernard Golden y la Sra. Nancy Rosenfeld quienes, junto con el Dr. Jan Fawcett, escribieron el libro titulado "New Hope for people with Bipolar Disorder".

Yo todavía no he terminado de leerlo, pero me parece bastante amigable. Conforme lo haga, ire compartiendo algunos hallazgos con los lectores de este BLOG. Lo que sí les puedo decir es que la primera edición vendió 100 mil copias en los EEUU. No sé si ya está disponible en castellano.
Luego les cuento más sobre las conferencias.
Entre otros conferencistas se presentaron el Dr. Bernard Golden y la Sra. Nancy Rosenfeld quienes, junto con el Dr. Jan Fawcett, escribieron el libro titulado "New Hope for people with Bipolar Disorder".

Yo todavía no he terminado de leerlo, pero me parece bastante amigable. Conforme lo haga, ire compartiendo algunos hallazgos con los lectores de este BLOG. Lo que sí les puedo decir es que la primera edición vendió 100 mil copias en los EEUU. No sé si ya está disponible en castellano.
Luego les cuento más sobre las conferencias.
miércoles, abril 23, 2008
Artículo sobre la depresión
Hoy se publicó un extenso e interesante artículo sobre la depresión en la sociedad española. Está en El País y se titula ¿Estamos más deprimidos o nos quejamos más?
Les recomiendo su lectura.
Les recomiendo su lectura.
lunes, abril 14, 2008
Epival ER o Acido Valpróico
Muchos de los que llegan a este BLOG lo hacen por medio de búsquedas sobre el medicamento Epival ER (Abbott), una de las marcas comerciales del ácido valpróico, también conocido como valproato o Depakote (nombre de otra marca).
Los medicamentos que recetan los doctores para el TBP tienen como primer objetivo alterar la forma en que nuestras neuronas procesan los neurotransmisores que regulan el estado de ánimo en el cerebro. Cada medicamento tiene una forma diferente de trabajar, y cada manera es llamada "mecanismo de acción". Los medicamentos para regular el estado de ánimo generalmente funcionan según alguna de las siguientes formas:
Aumentan o disminuyen la cantidad de un determinado neurotransmisor.
Restringen la habilidad de las neuronas para recibir cierto neurotransmisor.
Ajustan el "sistema del segundo-mensajero" para hacer más lenta la actividad química inapropiada en la neurona.
Previenen el errático comportamiento eléctrico en las neuronas.
El valproato es comúnmente recetado por los psiquiatras para prevenir la manía. Es un anticonvulsivo, pues originalmente fue desarrollado para tratar la epilepsia. Similar a la carbamazepina (Tegretol), el valproato afecta el "sistema del segundo mensajero" (son los químicos -proteínas- liberados por las neuronas receptoras de neurotransmisores; son mediadores que ayudan a traducir las señales químicas de los neurotransmisores en señales eléctricas que viajan a lo largo de las neuronas).
El Depakote, o Epival ER, tiene beneficios potenciales y riesgos que deben conocerse.
Entre los PROs, o beneficios tenemos:
Antimaníaco. Particularmente efectivo para el tratamiento de la manía aguda (de corto plazo, en oposición a la crónica). Más seguro que el litio, es decir, menos tóxico.
Entre los riesgos tenemos:
Problemas de páncreas e hígado. Aumento de peso, sedación, y naúsea. Posibilidades de infertilidad en mujeres. Pérdida del cabello. Sin muchas propiedades antidepresivas.
Fuente: Bipolar Disorder for Dummies (2005) by Candida Fink, MD. Páginas 38-39 y 118.
Mi experiencia personal
Cuando fui diagnosticado como bipolar II en 2003, mi primer medicamento fue Epival ER. Me funcionó muy bien. Dormía como un bebé las 8 horas diarias de sueño que necesitaba para levantarme y trabajar con normalidad. Me encantó. Sin embargo, subí como 25 libras de peso. Lo dejé de tomar porque en uno de los exámenes de rutina para controlar las transaminasas (enzimas del hígado), éstas salieron elevadas. Además, recuerdo, que ya no me hacía el mismo efecto.
Ahora, como conté en un POST anterior, estoy con Tegretol (carbamazepina), que también es un antimaníaco, pero que no causa aumento significativo de peso en la mayoría de los pacientes. Lo cual era una preocupación que compartí con mis doctores.
Por supuesto, Tegretol también tiene potenciales efectos secundarios no deseados, como visión borrosa, mareo y naúsea. Puede reducir la efectividad de las píldoras anticonceptivas que toman las mujeres. También pueden generarse problemas de hígado. Por eso es importante hacerse los exámenes que sean necesarios. En mi caso creo que sólo tuve un poco de visión borrosa unos días. Luego se me quitó.
Ahora me siento bastante bien. El estabilizador del ánimo está siendo complementado con un antidepresivo, como mencioné en un POST anterior.
Bueno, espero que esto les sea de utilidad. Por favor, compartan sus experiencias con estos medicamentos. Sería de ayuda para otros que están empezando el largo camino del aprendizaje por ensayo y error. Gracias.
Los medicamentos que recetan los doctores para el TBP tienen como primer objetivo alterar la forma en que nuestras neuronas procesan los neurotransmisores que regulan el estado de ánimo en el cerebro. Cada medicamento tiene una forma diferente de trabajar, y cada manera es llamada "mecanismo de acción". Los medicamentos para regular el estado de ánimo generalmente funcionan según alguna de las siguientes formas:
Aumentan o disminuyen la cantidad de un determinado neurotransmisor.
Restringen la habilidad de las neuronas para recibir cierto neurotransmisor.
Ajustan el "sistema del segundo-mensajero" para hacer más lenta la actividad química inapropiada en la neurona.
Previenen el errático comportamiento eléctrico en las neuronas.
El valproato es comúnmente recetado por los psiquiatras para prevenir la manía. Es un anticonvulsivo, pues originalmente fue desarrollado para tratar la epilepsia. Similar a la carbamazepina (Tegretol), el valproato afecta el "sistema del segundo mensajero" (son los químicos -proteínas- liberados por las neuronas receptoras de neurotransmisores; son mediadores que ayudan a traducir las señales químicas de los neurotransmisores en señales eléctricas que viajan a lo largo de las neuronas).
El Depakote, o Epival ER, tiene beneficios potenciales y riesgos que deben conocerse.
Entre los PROs, o beneficios tenemos:
Antimaníaco. Particularmente efectivo para el tratamiento de la manía aguda (de corto plazo, en oposición a la crónica). Más seguro que el litio, es decir, menos tóxico.
Entre los riesgos tenemos:
Problemas de páncreas e hígado. Aumento de peso, sedación, y naúsea. Posibilidades de infertilidad en mujeres. Pérdida del cabello. Sin muchas propiedades antidepresivas.
Fuente: Bipolar Disorder for Dummies (2005) by Candida Fink, MD. Páginas 38-39 y 118.
Mi experiencia personal
Cuando fui diagnosticado como bipolar II en 2003, mi primer medicamento fue Epival ER. Me funcionó muy bien. Dormía como un bebé las 8 horas diarias de sueño que necesitaba para levantarme y trabajar con normalidad. Me encantó. Sin embargo, subí como 25 libras de peso. Lo dejé de tomar porque en uno de los exámenes de rutina para controlar las transaminasas (enzimas del hígado), éstas salieron elevadas. Además, recuerdo, que ya no me hacía el mismo efecto.
Ahora, como conté en un POST anterior, estoy con Tegretol (carbamazepina), que también es un antimaníaco, pero que no causa aumento significativo de peso en la mayoría de los pacientes. Lo cual era una preocupación que compartí con mis doctores.
Por supuesto, Tegretol también tiene potenciales efectos secundarios no deseados, como visión borrosa, mareo y naúsea. Puede reducir la efectividad de las píldoras anticonceptivas que toman las mujeres. También pueden generarse problemas de hígado. Por eso es importante hacerse los exámenes que sean necesarios. En mi caso creo que sólo tuve un poco de visión borrosa unos días. Luego se me quitó.
Ahora me siento bastante bien. El estabilizador del ánimo está siendo complementado con un antidepresivo, como mencioné en un POST anterior.
Bueno, espero que esto les sea de utilidad. Por favor, compartan sus experiencias con estos medicamentos. Sería de ayuda para otros que están empezando el largo camino del aprendizaje por ensayo y error. Gracias.
jueves, abril 10, 2008
Peligroso e irresponsable
El otro día comenté sobre lo peligroso que resulta la ignorancia en el tratamiento del trastorno bipolar. Las creencias populares no ayudan a entender la enfermedad ni a enfrentarla adecuadamente. Digo "enfermedad" por tratarse de un desbalance bioquímico en el cerebro, un trastorno o "desorden" con los neurotransmisores, lo cual se traduce en oscilaciones extremas del ánimo, con sus dañinas consecuencias para el paciente y quienes le rodean.
Ahora quiero referirme a algo peor: a lo peligroso que resulta que personas conocedoras de la enfermedad, sus causas y consecuencias, anden diciendo de manera irresponsable que se puede vivir sin medicamentos.
La semana pasada me enviaron una entrevista realizada a Eduardo Grecco, psicoanalista argentino, conocido por sus libros titulados “La bipolaridad como Don”, “Despertando el Don Bipolar” y “¿Quién se ha subido a mi hamaca? La Bipolaridad como Oportunidad”. La entrevista aparece en la revista electrónica Faceta Humana (Abril 2008).
Su respuesta a la última pregunta de la entrevista me llamó la atención. Yo no soy un experto en bipolaridad, soy un paciente que sufre la enfermedad. Pero he leído lo suficiente como para cuestionar su opinión, la cual me parece irresponsable.
“FH: ¿Crees que un bipolar pueda vivir sin medicamentos?
EG: Supongo que te refieres a los psicofármacos. Es posible. Los psicofármacos deben ser una ayuda puntual mientras es necesaria y durante un tiempo limitado y si no hay otras opciones. Pero no puede ser el recurso de vida. Hay otras cosas efectivas con las cuales los pacientes [...].”
Le pregunté a mi médico qué pensaba sobre dicha respuesta de Grecco, y esto es lo que me respondió:
“Obviamente, Grecco, por su educación psicoanalítica - en la última pregunta y en la pregunta de que los bipolares no recibieron suficiente amor de sus padres - tiene una tendencia psicologista y psicoanalista poco sustentable científicamente. Lo recomendable del autor es la desestigmatización de la enfermedad y ver la crisis como oportunidad.”
Subrayo, la afirmación de Grecco es “poco sustentable científicamente”.
El comentario de mi psiquiatra me hizo leer de nuevo la respuesta sobre los “traumas significativos de la vida”. En este caso, además de risible me pareció estúpida (con el perdón de los lectores, pero se merece el calificativo).
Confieso que yo no he leído ninguno de los libros de Grecco, en parte porque son difíciles de encontrar en Guatemala, y por Amazon cuestan más de 30 dólares con todo y envío (mi regla es que no compro ningún libro que pase de US$20, ¡eso sólo lo he hecho en el pasado en estados de manía!). Pero algunos de los amigos del grupo de jóvenes bipolares sí lo han hecho y les ha gustado la idea de entender la bipolaridad como un don (y no como una maldición – ver post pasado).
Prometo que lo voy a leer, aunque esta entrevista me ha dejado un mal sabor de boca. Hay que tener cuidado con los “gurus” que siempre aparecen en varios temas relacionados con la psique. Se vuelven populares precisamente porque dicen lo que queremos escuchar: “Sí, puedes vivir una vida plena sin tomar medicamentos”.
Ahora quiero referirme a algo peor: a lo peligroso que resulta que personas conocedoras de la enfermedad, sus causas y consecuencias, anden diciendo de manera irresponsable que se puede vivir sin medicamentos.
La semana pasada me enviaron una entrevista realizada a Eduardo Grecco, psicoanalista argentino, conocido por sus libros titulados “La bipolaridad como Don”, “Despertando el Don Bipolar” y “¿Quién se ha subido a mi hamaca? La Bipolaridad como Oportunidad”. La entrevista aparece en la revista electrónica Faceta Humana (Abril 2008).
Su respuesta a la última pregunta de la entrevista me llamó la atención. Yo no soy un experto en bipolaridad, soy un paciente que sufre la enfermedad. Pero he leído lo suficiente como para cuestionar su opinión, la cual me parece irresponsable.
“FH: ¿Crees que un bipolar pueda vivir sin medicamentos?
EG: Supongo que te refieres a los psicofármacos. Es posible. Los psicofármacos deben ser una ayuda puntual mientras es necesaria y durante un tiempo limitado y si no hay otras opciones. Pero no puede ser el recurso de vida. Hay otras cosas efectivas con las cuales los pacientes [...].”
Le pregunté a mi médico qué pensaba sobre dicha respuesta de Grecco, y esto es lo que me respondió:
“Obviamente, Grecco, por su educación psicoanalítica - en la última pregunta y en la pregunta de que los bipolares no recibieron suficiente amor de sus padres - tiene una tendencia psicologista y psicoanalista poco sustentable científicamente. Lo recomendable del autor es la desestigmatización de la enfermedad y ver la crisis como oportunidad.”
Subrayo, la afirmación de Grecco es “poco sustentable científicamente”.
El comentario de mi psiquiatra me hizo leer de nuevo la respuesta sobre los “traumas significativos de la vida”. En este caso, además de risible me pareció estúpida (con el perdón de los lectores, pero se merece el calificativo).
Confieso que yo no he leído ninguno de los libros de Grecco, en parte porque son difíciles de encontrar en Guatemala, y por Amazon cuestan más de 30 dólares con todo y envío (mi regla es que no compro ningún libro que pase de US$20, ¡eso sólo lo he hecho en el pasado en estados de manía!). Pero algunos de los amigos del grupo de jóvenes bipolares sí lo han hecho y les ha gustado la idea de entender la bipolaridad como un don (y no como una maldición – ver post pasado).
Prometo que lo voy a leer, aunque esta entrevista me ha dejado un mal sabor de boca. Hay que tener cuidado con los “gurus” que siempre aparecen en varios temas relacionados con la psique. Se vuelven populares precisamente porque dicen lo que queremos escuchar: “Sí, puedes vivir una vida plena sin tomar medicamentos”.
lunes, marzo 31, 2008
Material audiovisual sobre el trastorno bipolar
El sábado pasado estuve investigando en una de las más completas bibliotecas de los EEUU. Me puse a ver qué tienen sobre el trastorno bipolar.
En una primera búsqueda usando las palabras "bipolar disorder" encontré más de 1,000 referencias en idioma inglés. Entre esos materiales estaban listados videos y DVDs.
Son los siguientes, por si les interesa ver algo:
Bipolar Disorder: Shifting Mood Swings
Patients speak from their own experience about the complexities of diagnosis and the very real danger of suicide, while family members and close friends address the strain of the condition's cyclic behavior.
Kay Redfield Jamison: Surviving Bipolar Disorder
Psychiatry professor and clinical psychologist Kay Redfield Jamison knows all about bipolar disorder—from the inside out. A patient herself, she is a nationally recognized expert on that condition at Johns Hopkins University.
Winning the Mind Game: Triumphing Over Mental Illness
This program sympathetically presents the stories of four young adults—two men, two women—who triumphed over bipolar disorder, chronic anxiety and obsessive-compulsive disorder, clinical depression, and an eating disorder.
Understanding Mental Illness and Schizophrenia
Although mental illnesses severely affect thoughts, moods, and coping abilities, a fulfilling life is still possible for people who face those challenges. This program explores various treatment options.
Four Lives: A Portrait of Manic-Depression
Profiles four adults whose lives have been profoundly affected by their struggle with manic depression. Includes interviews with patients during their high and low states and their psychiatrists provide technical information.
Otros:
Breaking the Dark Horse: A Family United by Crisis
Si conocen más videos sobre el tema, especialmente en castellano, por favor anotarlos en la sección de comentarios. Gracias.
En una primera búsqueda usando las palabras "bipolar disorder" encontré más de 1,000 referencias en idioma inglés. Entre esos materiales estaban listados videos y DVDs.
Son los siguientes, por si les interesa ver algo:
Bipolar Disorder: Shifting Mood Swings
Patients speak from their own experience about the complexities of diagnosis and the very real danger of suicide, while family members and close friends address the strain of the condition's cyclic behavior.
Kay Redfield Jamison: Surviving Bipolar Disorder
Psychiatry professor and clinical psychologist Kay Redfield Jamison knows all about bipolar disorder—from the inside out. A patient herself, she is a nationally recognized expert on that condition at Johns Hopkins University.
Winning the Mind Game: Triumphing Over Mental Illness
This program sympathetically presents the stories of four young adults—two men, two women—who triumphed over bipolar disorder, chronic anxiety and obsessive-compulsive disorder, clinical depression, and an eating disorder.
Understanding Mental Illness and Schizophrenia
Although mental illnesses severely affect thoughts, moods, and coping abilities, a fulfilling life is still possible for people who face those challenges. This program explores various treatment options.
Four Lives: A Portrait of Manic-Depression
Profiles four adults whose lives have been profoundly affected by their struggle with manic depression. Includes interviews with patients during their high and low states and their psychiatrists provide technical information.
Otros:
Breaking the Dark Horse: A Family United by Crisis
Si conocen más videos sobre el tema, especialmente en castellano, por favor anotarlos en la sección de comentarios. Gracias.
miércoles, marzo 19, 2008
Peligrosa ignorancia
Hace algunos días estuve conversando con una persona que a lo mejor sufre del trastorno bipolar. Su conducta pasada e historia familiar parecen sugerirlo.
Platicamos sobre mi propia historia. En ningún momento le dije que considerara su caso. Sin embargo, su actitud era un tanto defensiva. Lo peor de todo, reflejaba un alto nivel de desinformación sobre la enfermedad.
Por ejemplo, cuando hablé del factor genético, me dijo que tenía grandes dudas al respecto. Utilizó una teoría popular para explicarlo, algo así como que la enfermedad se diluye con cada recombinación genética.
Piensa que son las personas que estudian mucho, exageradamente responsables, y metidas en libros, las que tienden a estos desordenes y desequilibrios (los científicos). Basó su afirmación en lo que ella considera evidencia empírica: “A las personas que viven la vida light, sin mayores preocupaciones, viviendo el día y bromean, no padecen de estos problemas”.
También discutimos un caso de abuso de substancias conocido por ambos. Según ella es dicho abuso el que llevó a la persona a cometer “locuras” (episodios maníacos) y no el trastorno bipolar el que lo condujo a las drogas.
Luego, hasta se animó a darme consejos que, incluso, ¡me podrían curar definitivamente! Me dijo que hay tratamientos modernos, de yoga, de respiración, cuidado de dieta rica en ciertas substancias, de tratamientos alternativos y naturales… Afirmó con convicción que el ejercicio diario hace segregar todas estas hormonas que dan buen ánimo y bienestar.
Finalmente me ofendió, porque soy no teísta (no doy por supuesta la existencia de Dios). Me dijo: “El secreto más valioso es orar y leer la Biblia cada día, y tener ese contacto y comunicación con Dios”. Me dio ejemplos de personas que pasaron por severos períodos de depresión y que lograron superarlos gracias a que se olvidaron de ellos mismos y centraron su atención en ayudar a otras personas.
No dudo en la buena fe de esta persona. Pero me preocupa mucho que tenga tantas ideas equivocadas sobre el origen de la enfermedad y las formas de tratarla. Así que me parece fundamental que BLOGs como este y otros, y demás sitios de Internet serios, asuman la función de facilitadores de la educación, información y debate sobre el trastorno bipolar.
En futuros POSTs intentaré profundizar en los puntos presentados en este, evaluando los argumentos de la persona con la que conversé.
Platicamos sobre mi propia historia. En ningún momento le dije que considerara su caso. Sin embargo, su actitud era un tanto defensiva. Lo peor de todo, reflejaba un alto nivel de desinformación sobre la enfermedad.
Por ejemplo, cuando hablé del factor genético, me dijo que tenía grandes dudas al respecto. Utilizó una teoría popular para explicarlo, algo así como que la enfermedad se diluye con cada recombinación genética.
Piensa que son las personas que estudian mucho, exageradamente responsables, y metidas en libros, las que tienden a estos desordenes y desequilibrios (los científicos). Basó su afirmación en lo que ella considera evidencia empírica: “A las personas que viven la vida light, sin mayores preocupaciones, viviendo el día y bromean, no padecen de estos problemas”.
También discutimos un caso de abuso de substancias conocido por ambos. Según ella es dicho abuso el que llevó a la persona a cometer “locuras” (episodios maníacos) y no el trastorno bipolar el que lo condujo a las drogas.
Luego, hasta se animó a darme consejos que, incluso, ¡me podrían curar definitivamente! Me dijo que hay tratamientos modernos, de yoga, de respiración, cuidado de dieta rica en ciertas substancias, de tratamientos alternativos y naturales… Afirmó con convicción que el ejercicio diario hace segregar todas estas hormonas que dan buen ánimo y bienestar.
Finalmente me ofendió, porque soy no teísta (no doy por supuesta la existencia de Dios). Me dijo: “El secreto más valioso es orar y leer la Biblia cada día, y tener ese contacto y comunicación con Dios”. Me dio ejemplos de personas que pasaron por severos períodos de depresión y que lograron superarlos gracias a que se olvidaron de ellos mismos y centraron su atención en ayudar a otras personas.
No dudo en la buena fe de esta persona. Pero me preocupa mucho que tenga tantas ideas equivocadas sobre el origen de la enfermedad y las formas de tratarla. Así que me parece fundamental que BLOGs como este y otros, y demás sitios de Internet serios, asuman la función de facilitadores de la educación, información y debate sobre el trastorno bipolar.
En futuros POSTs intentaré profundizar en los puntos presentados en este, evaluando los argumentos de la persona con la que conversé.
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