lunes, abril 14, 2008

Epival ER o Acido Valpróico

Muchos de los que llegan a este BLOG lo hacen por medio de búsquedas sobre el medicamento Epival ER (Abbott), una de las marcas comerciales del ácido valpróico, también conocido como valproato o Depakote (nombre de otra marca).

Los medicamentos que recetan los doctores para el TBP tienen como primer objetivo alterar la forma en que nuestras neuronas procesan los neurotransmisores que regulan el estado de ánimo en el cerebro. Cada medicamento tiene una forma diferente de trabajar, y cada manera es llamada "mecanismo de acción". Los medicamentos para regular el estado de ánimo generalmente funcionan según alguna de las siguientes formas:

Aumentan o disminuyen la cantidad de un determinado neurotransmisor.

Restringen la habilidad de las neuronas para recibir cierto neurotransmisor.

Ajustan el "sistema del segundo-mensajero" para hacer más lenta la actividad química inapropiada en la neurona.

Previenen el errático comportamiento eléctrico en las neuronas.

El valproato es comúnmente recetado por los psiquiatras para prevenir la manía. Es un anticonvulsivo, pues originalmente fue desarrollado para tratar la epilepsia. Similar a la carbamazepina (Tegretol), el valproato afecta el "sistema del segundo mensajero" (son los químicos -proteínas- liberados por las neuronas receptoras de neurotransmisores; son mediadores que ayudan a traducir las señales químicas de los neurotransmisores en señales eléctricas que viajan a lo largo de las neuronas).

El Depakote, o Epival ER, tiene beneficios potenciales y riesgos que deben conocerse.

Entre los PROs, o beneficios tenemos:

Antimaníaco. Particularmente efectivo para el tratamiento de la manía aguda (de corto plazo, en oposición a la crónica). Más seguro que el litio, es decir, menos tóxico.

Entre los riesgos tenemos:

Problemas de páncreas e hígado. Aumento de peso, sedación, y naúsea. Posibilidades de infertilidad en mujeres. Pérdida del cabello. Sin muchas propiedades antidepresivas.

Fuente: Bipolar Disorder for Dummies (2005) by Candida Fink, MD. Páginas 38-39 y 118.

Mi experiencia personal

Cuando fui diagnosticado como bipolar II en 2003, mi primer medicamento fue Epival ER. Me funcionó muy bien. Dormía como un bebé las 8 horas diarias de sueño que necesitaba para levantarme y trabajar con normalidad. Me encantó. Sin embargo, subí como 25 libras de peso. Lo dejé de tomar porque en uno de los exámenes de rutina para controlar las transaminasas (enzimas del hígado), éstas salieron elevadas. Además, recuerdo, que ya no me hacía el mismo efecto.

Ahora, como conté en un POST anterior, estoy con Tegretol (carbamazepina), que también es un antimaníaco, pero que no causa aumento significativo de peso en la mayoría de los pacientes. Lo cual era una preocupación que compartí con mis doctores.

Por supuesto, Tegretol también tiene potenciales efectos secundarios no deseados, como visión borrosa, mareo y naúsea. Puede reducir la efectividad de las píldoras anticonceptivas que toman las mujeres. También pueden generarse problemas de hígado. Por eso es importante hacerse los exámenes que sean necesarios. En mi caso creo que sólo tuve un poco de visión borrosa unos días. Luego se me quitó.

Ahora me siento bastante bien. El estabilizador del ánimo está siendo complementado con un antidepresivo, como mencioné en un POST anterior.

Bueno, espero que esto les sea de utilidad. Por favor, compartan sus experiencias con estos medicamentos. Sería de ayuda para otros que están empezando el largo camino del aprendizaje por ensayo y error. Gracias.

jueves, abril 10, 2008

Peligroso e irresponsable

El otro día comenté sobre lo peligroso que resulta la ignorancia en el tratamiento del trastorno bipolar. Las creencias populares no ayudan a entender la enfermedad ni a enfrentarla adecuadamente. Digo "enfermedad" por tratarse de un desbalance bioquímico en el cerebro, un trastorno o "desorden" con los neurotransmisores, lo cual se traduce en oscilaciones extremas del ánimo, con sus dañinas consecuencias para el paciente y quienes le rodean.

Ahora quiero referirme a algo peor: a lo peligroso que resulta que personas conocedoras de la enfermedad, sus causas y consecuencias, anden diciendo de manera irresponsable que se puede vivir sin medicamentos.

La semana pasada me enviaron una entrevista realizada a Eduardo Grecco, psicoanalista argentino, conocido por sus libros titulados “La bipolaridad como Don”, “Despertando el Don Bipolar” y “¿Quién se ha subido a mi hamaca? La Bipolaridad como Oportunidad”. La entrevista aparece en la revista electrónica Faceta Humana (Abril 2008).

Su respuesta a la última pregunta de la entrevista me llamó la atención. Yo no soy un experto en bipolaridad, soy un paciente que sufre la enfermedad. Pero he leído lo suficiente como para cuestionar su opinión, la cual me parece irresponsable.

“FH: ¿Crees que un bipolar pueda vivir sin medicamentos?
EG: Supongo que te refieres a los psicofármacos. Es posible. Los psicofármacos deben ser una ayuda puntual mientras es necesaria y durante un tiempo limitado y si no hay otras opciones. Pero no puede ser el recurso de vida. Hay otras cosas efectivas con las cuales los pacientes [...].”

Le pregunté a mi médico qué pensaba sobre dicha respuesta de Grecco, y esto es lo que me respondió:

“Obviamente, Grecco, por su educación psicoanalítica - en la última pregunta y en la pregunta de que los bipolares no recibieron suficiente amor de sus padres - tiene una tendencia psicologista y psicoanalista poco sustentable científicamente. Lo recomendable del autor es la desestigmatización de la enfermedad y ver la crisis como oportunidad.”

Subrayo, la afirmación de Grecco es “poco sustentable científicamente”.

El comentario de mi psiquiatra me hizo leer de nuevo la respuesta sobre los “traumas significativos de la vida”. En este caso, además de risible me pareció estúpida (con el perdón de los lectores, pero se merece el calificativo).

Confieso que yo no he leído ninguno de los libros de Grecco, en parte porque son difíciles de encontrar en Guatemala, y por Amazon cuestan más de 30 dólares con todo y envío (mi regla es que no compro ningún libro que pase de US$20, ¡eso sólo lo he hecho en el pasado en estados de manía!). Pero algunos de los amigos del grupo de jóvenes bipolares sí lo han hecho y les ha gustado la idea de entender la bipolaridad como un don (y no como una maldición – ver post pasado).

Prometo que lo voy a leer, aunque esta entrevista me ha dejado un mal sabor de boca. Hay que tener cuidado con los “gurus” que siempre aparecen en varios temas relacionados con la psique. Se vuelven populares precisamente porque dicen lo que queremos escuchar: “Sí, puedes vivir una vida plena sin tomar medicamentos”.

lunes, marzo 31, 2008

Material audiovisual sobre el trastorno bipolar

El sábado pasado estuve investigando en una de las más completas bibliotecas de los EEUU. Me puse a ver qué tienen sobre el trastorno bipolar.

En una primera búsqueda usando las palabras "bipolar disorder" encontré más de 1,000 referencias en idioma inglés. Entre esos materiales estaban listados videos y DVDs.

Son los siguientes, por si les interesa ver algo:

Bipolar Disorder: Shifting Mood Swings
Patients speak from their own experience about the complexities of diagnosis and the very real danger of suicide, while family members and close friends address the strain of the condition's cyclic behavior.

Kay Redfield Jamison: Surviving Bipolar Disorder
Psychiatry professor and clinical psychologist Kay Redfield Jamison knows all about bipolar disorder—from the inside out. A patient herself, she is a nationally recognized expert on that condition at Johns Hopkins University.

Winning the Mind Game: Triumphing Over Mental Illness
This program sympathetically presents the stories of four young adults—two men, two women—who triumphed over bipolar disorder, chronic anxiety and obsessive-compulsive disorder, clinical depression, and an eating disorder.

Understanding Mental Illness and Schizophrenia
Although mental illnesses severely affect thoughts, moods, and coping abilities, a fulfilling life is still possible for people who face those challenges. This program explores various treatment options.

Four Lives: A Portrait of Manic-Depression
Profiles four adults whose lives have been profoundly affected by their struggle with manic depression. Includes interviews with patients during their high and low states and their psychiatrists provide technical information.

Otros:

Breaking the Dark Horse: A Family United by Crisis

Si conocen más videos sobre el tema, especialmente en castellano, por favor anotarlos en la sección de comentarios. Gracias.

miércoles, marzo 19, 2008

Peligrosa ignorancia

Hace algunos días estuve conversando con una persona que a lo mejor sufre del trastorno bipolar. Su conducta pasada e historia familiar parecen sugerirlo.

Platicamos sobre mi propia historia. En ningún momento le dije que considerara su caso. Sin embargo, su actitud era un tanto defensiva. Lo peor de todo, reflejaba un alto nivel de desinformación sobre la enfermedad.

Por ejemplo, cuando hablé del factor genético, me dijo que tenía grandes dudas al respecto. Utilizó una teoría popular para explicarlo, algo así como que la enfermedad se diluye con cada recombinación genética.

Piensa que son las personas que estudian mucho, exageradamente responsables, y metidas en libros, las que tienden a estos desordenes y desequilibrios (los científicos). Basó su afirmación en lo que ella considera evidencia empírica: “A las personas que viven la vida light, sin mayores preocupaciones, viviendo el día y bromean, no padecen de estos problemas”.

También discutimos un caso de abuso de substancias conocido por ambos. Según ella es dicho abuso el que llevó a la persona a cometer “locuras” (episodios maníacos) y no el trastorno bipolar el que lo condujo a las drogas.

Luego, hasta se animó a darme consejos que, incluso, ¡me podrían curar definitivamente! Me dijo que hay tratamientos modernos, de yoga, de respiración, cuidado de dieta rica en ciertas substancias, de tratamientos alternativos y naturales… Afirmó con convicción que el ejercicio diario hace segregar todas estas hormonas que dan buen ánimo y bienestar.

Finalmente me ofendió, porque soy no teísta (no doy por supuesta la existencia de Dios). Me dijo: “El secreto más valioso es orar y leer la Biblia cada día, y tener ese contacto y comunicación con Dios”. Me dio ejemplos de personas que pasaron por severos períodos de depresión y que lograron superarlos gracias a que se olvidaron de ellos mismos y centraron su atención en ayudar a otras personas.

No dudo en la buena fe de esta persona. Pero me preocupa mucho que tenga tantas ideas equivocadas sobre el origen de la enfermedad y las formas de tratarla. Así que me parece fundamental que BLOGs como este y otros, y demás sitios de Internet serios, asuman la función de facilitadores de la educación, información y debate sobre el trastorno bipolar.

En futuros POSTs intentaré profundizar en los puntos presentados en este, evaluando los argumentos de la persona con la que conversé.

sábado, marzo 08, 2008

Prevalencia del TBP: España y otros países

El autor del artículo sobre TBP en Wikipedia hace referencia a un estudio realizado en España. El mismo ha sido publicado en la Revista Española de Salud Pública (2000), Vol. 74, No. 2. Se titula "Estimación de la prevalencia de trastornos bipolares tipo I en España a través del consumo de carbonato de litio (1996-1998)." Pueden bajar el artículo yendo al sitio de la Revista: AQUI.

Les adelanto algo de información:

Fundamento: Los estudios sobre la prevalencia de Trastornos Bipolares Tipo I son escasos y están realizados con metodologías diferentes, lo que impide conocer el impacto de los mismos como problema de salud pública en España. Se determina la prevalencia de Trastornos Bipolares tipo I en España a través del consumo de carbonato de litio.

Métodos: Se estima la prevalencia a través del cálculo de las dosis diarias definidas por 100.000 habitantes y día de carbonato de litio (Grupo terapéutico, N05AN), durante los años 1996-1998, para cada una de las provincias españolas. Se ha dispuesto de los datos de las prescripciones indicadas por la Subdirección General de Planificación Farmacéutica del Ministerio de Sanidad y Consumo.

Resultados: Se estima una prevalencia de 70 casos por 100.000 habitantes y día para el conjunto de la población española.

Conclusiones: El consumo de carbonato de litio por provincias y años permite estimar la distribución de los Trastornos Bipolares tipo I en España. Las cifras obtenidas sitúan a España en una prevalencia baja- media; aunque las diferencias metodológicas no permiten conclusiones definitivas.

Comparación con otros países:

"La cifra calculada [para España] es inferior a la obtenida en Noruega con 115 casos por 100.000 habitantes, Australia con 120 por 100.000 habitantes, Suecia con 150 por 100.000 habitantes, y entre 130 y 160 por 100.000 habitantes en el Reino Unido. No obstante, el consumo de carbonato de litio se va adecuando en España a la prevalencia puntual de 80 por 100.000 habitantes del estudio poblacional de Cantabria, siendo similar a las cifras de Escocia. Si bien la comparabilidad de los datos es peligrosa por las diferentes metodologías utilizadas en cada estudio, podemos situar a España en una zona de bajo-medio riesgo."

Wikipedia: Trastorno Bipolar

Hoy estaba buscando datos de prevalencia del TBP y me encontré con el artículo de Wikipedia sobre el tema. Se los recomiendo. Es muy completo y actualizado. Además sugiere otras referencias interesantes.

Ir a Wikipedia AQUI.

jueves, marzo 06, 2008

En búsqueda de los genes relacionados con la depresión

En la Revista Scientific American Mind (Febrero-Marzo 2008, pp. 53-57) ha salido un interesante artículo escrito por el profesor Turhan Canli, del Departamento de Psicología de la Universidad de Stony Brook, Nueva York.

Explica que los investigadores han encontrado un gen relacionado con nuestra capacidad para enfrentar el estrés. Este gen afecta los niveles de serotonina en el cerebro, un mensajero químico que influye en el sueño, el pensamiento y el humor o estado de ánimo.

Dicho gen puede presentarse en una forma que provoca ansiedad. Ha resultado ser bastante común entre la población caucásica, pues más de la mitad lo han heredado de alguno de sus padres. Este “gen de la ansiedad” aumenta los riesgos de depresión, pero en interacción con el medio ambiente, es decir, cuando aparecen serias dificultades en la vida de las personas que lo poseen.

Los científicos ya habían especulado sobre la importancia de la serotonina para explicar los trastornos afectivos. Pero este gen también afecta la excitación de la amígdala, una región del cerebro que ayuda a procesar las emociones, como el miedo.

Diversos estudios han demostrado que el gen, en su variante pro-ansiedad, aumenta la probabilidad de depresión únicamente ante la presencia de fuentes importantes de estrés, como enfermedades, fracasos laborales o amorosos, o dificultades financieras. Pero, ciertamente, los poseedores del gen son más propensos a deprimirse ante sucesos adversos que por otras personas son considerados como “no tan graves”.

Se han hecho experimentos con ratones, los cuales confirman la existencia e importancia de este gen que explica la variación en el transporte de serotonina. Sin embargo, a pesar de esos descubrimientos, se cree que este gen sólo explica una pequeña parte de las diferencias en sensibilidad al estrés entre las personas. Los genetistas estiman que, al menos, hay unos 15 genes que, interactuando con el medio ambiente, contribuyen a explicar la ansiedad y la susceptibilidad al estrés.

viernes, febrero 29, 2008

Espectro Bipolar

El concepto se refiere a que los tipos de bipolares se encuentran entre un amplio rango de cambios del ánimo. No se ubican en puntos discretos, como BPI y BPII, sino que se distribuyen en un continuo que va desde manía severa hasta depresión severa.

Con esa idea en mente, se desarrolló un simple sistema de nomenclatura para ciertos puntos de referencia:

"M" (Manía severa), "m" (manía menos severa o hipomanía), "d" (depresión menos severa), "D" (Depresión severa, unipolar).

Entonces, "mD" representa un caso de hipomanía con depresión mayor. El orden de las letras también indica si el paciente ha tenido primero episodios de manía y luego de depresión ("MD") o vice versa ("DM").

Se dice que la Manía unipolar ("M") es muy rara o no existente. Lo que generalmente ocurre es un tipo "Md".

La hipomanía unipolar ("m"), sin depresión, no aparece en la literatura. Se especula que es una condición que podría existir en la población en general, pero al ser personas con una funcionalidad social "normal" se les define como exitosas, en lugar de individuos que sufren algún tipo de desorden o trastorno.

Referencia: Angst J, Felder W, Frey R, Stassen HH. Arch Psychiatr Nervenkr. 1978 Oct 9;226(1):57-64. The course of affective disorders. I. Change of diagnosis of monopolar, unipolar, and bipolar illness.

Tomado de http://en.wikipedia.org/wiki/Bipolar_spectrum

Otros problemas de salud

Les había contado que el Dr. me prescribió bupropion HCL SR 100 mgs. En la farmacia me dieron el de marca Wellbutrin SR. Me llamó la atención que adjuntaron una guía sobre el riesgo de suicido relacionado con los antidepresivos. Dice que los antidepresivos podrían incrementar los pensamientos y acciones suicidas en algunos niños, adolescentes y jóvenes adultos cuando se empieza a tomarlos.

También les conté que el Dr. me mandó exámenes para ver los niveles de Tegretol, es decir, carbamazepina, en la sangre. Resultó que estoy casi en el límite inferior. Así que me aumentó la dosis en 200 mgs por las mañanas. Hoy empecé.

Además, el examen sirvió para medir otros indicadores, como los niveles de lípidos. Así descubrimos que el colesterol está ligeramente por arriba del límite superior, y que los triglicéridos están bastante más arriba. Así que ya empecé a hacer dieta: nada de carne roja, huevos, lácteos, ni grasas saturadas. Estoy comiendo avena, pescado, y frutas.

Hoy me hice un examen informal, de esos que hacen en los supermecados, y me salió normal el colesterol, ¡después de una semana de avena! Espero que sea correcto el diagnóstico. Pero me tomaron la presión y estaba alta: 160/97, esto de seguro debido al sobrepeso. Así que debo esforzarme más. Estoy iniciando con una rutina ligera de ejercicios, y espero perseverar.

Saludos.

jueves, febrero 28, 2008

Humor de Quino




- Sí, mire, Fabiana, la llamé para advertirle que por favor hoy sepa disculparme. ¡¡Estoy en uno de esos días!!..

viernes, febrero 22, 2008

¡Ahora, antidepresivos!

Tenía que ir de nuevo con el doctor. Iba decidido a cambiar de medicamento porque los efectos del Tegretol por las mañanas no me gustan. Me cuesta mucho despertarme. Siento la cabeza como grandota y pesada.

Le conté al doctor que no ha sido fácil trabajar en mi proyecto y que hubo al menos dos días en los que me levanté muy tarde de la cama. Le dije que me sentía confundido. No sé qué se debe al cerebro y al medicamento, y qué a cuestiones psicológicas.

Me escuchó con paciencia. Me dijo que debíamos hacer exámenes para ver los niveles de Tegretol en la sangre y poder ajustar la dosis.

Luego me dijo que seguramente he estado deprimido y que es necesario darme un antidepresivo.

Me asusté un poco. Reconozco que tengo algo de depresión pero, después de leer sobre los posibles inconvenientes de los antidepresivos, no me gustó la idea. Se lo dije. Enfaticé sobre la posibilidad de combinar estabilizadores del ánimo con psicoterapia.

Nuevamente me escuchó. Luego me dijo con firmeza y un poco de ironía: "nadie puede curar lo que ocurre en el cerebro sólo con palabras, a no ser que tenga el don del Espíritu Santo".

Me tranquilizó diciendo que el antidepresivo que me recetaría es uno de los más inofensivos. Me explicó que con Tegretol estamos evitando los episodios de manía, pero que ahora necesitamos evitar los depresivos.

Finalmente cedí. Confío en los expertos, en los médicos. Me madó a tomar Bupropion.

Veremos qué pasa. Ya les contaré.

jueves, febrero 21, 2008

Ser Bipolar: ¿Don o maldición?

Con algunos miembros del grupo virtual de jóvenes bipolares se ha dado un debate interesante sobre si la bipolaridad es un don (un regalo) o una maldición. Aquí les comparto algunas de las ideas. Los nombres son ficticios, por los problemas de etiquetamiento social (aunque los que piensan que es un don no tienen problema con eso).

Alexis:

La bipolaridad está lejos de ser una enfermedad o un trastorno...

...resulta que soy poseedor de un gran don, el cual hace que mis emociones sean más intensas que las de la mayoría de la gente. Lo particular de este don es que sólo puede ser don si se conoce que se posee y se cultiva, de modo de poder canalizar lo que eran antes, emociones desordenadas, en algo armónico y ventajoso para mi vida...

...tenemos pues, los bipolares, una fuente de apoyo con que los no-bipolares no cuentan: el poder disfrutar con mayor intensidad la vida. La clave para machacar los conatos de depresión es romper con la monotonía, mantenerse ocupado y hacer deporte, mucho deporte en nuestro preciado tiempo libre. ¡Cómo me ha ayudado mi pasión por la observación de aves!

Danilo:

¡Qué bueno que lo mires desde ese punto de vista!

Ahora... no todos tenemos la dicha de verlo así... es un poco difícil ser así de optimista cuando uno piensa en el suicidio como una buena opción para acabar con todo rápido...

Cuando el deporte se vuelve monótono, la música es la misma (por más difícil que sea para mí escribir esto porque amo la música), tocar guitarra da lo mismo, leer no motiva ... no inspira ... da hueva, el trabajo es una tortura donde uno se tiene que negar a sí mismo todos los días.

Mujeres son todas lo mismo, siempre con miedo de tener una relación seria ya que uno le afecta demasiado a la gente que uno más ama. No hay estudios ... por ende, todo es más difícil... desmotivado con TODO.

La verdad, no dan ganas de seguir... ¿Para qué? A veces lo único que lo hace a uno seguir es el "¿qué pasará?" o "quiero ver que va a ser de mi vida".

¿Tonto? Pueda que sí.

Desde mi punto de vista, no es un don ... pero tampoco es una "maldición", no es algo malo. Tiene sus ventajas y tiene sus desventajas, como cualquier cosa en la vida...

¿Seremos como cualquiera? Estoy casi seguro que no, por algo somos bipolares, ¿no?

Aunque sí se puede usar bien lo que tenemos. Eso sí lo creo.

¡Es dificil tener 25 años, tenerlo "todo", pero a la vez tener nada!

¿Valdrá la pena todo? ¿Valdrá la pena seguir? ¿Valdrá la pena tratar después de años y años de siempre caer y tener que volver a empezar de cero? Uno se cansa...

William:

Danilo, cabal, eso le estaba hablando yo a Alexis. Me encanta que él haya encontrado la felicidad que ha encontrado, y con honestidad el poder decir "es un don."

Yo no lo veo como don. No me siento "feliz" de "tener" esto... si es que de verdad tengo algo. No me siento cómodo con la etiqueta de "bipolar", pero la uso cuando me conviene y para que la gente me entienda o me deje en paz cuando hago/siento algo "anormal."

Comprendo (creo que todos comprendemos) tu punto de vista. Yo no logro verlo como una bendición, y muchas veces he sentido exactamente lo que vos dijiste. Me entristece saber que lo estás sintiendo ahorita. Irónico, ¿no? Igual puede ser que así­ ande yo mañana.

Es difí­cil... a veces demasiado difí­cil. Demasiadas veces me he sentido como Danilo y nunca me he sentido como Alexis, pero he encontrado cierto balance en los últimos meses y pienso que en este momento estoy bastante bien, y lo agradezco de sobremanera. Todo es ciclos, ¿no?

sábado, febrero 16, 2008

Poem to Both

Smile, however, because the sun rose this morning, and
Though your face might remain in the shadows
Millions are bathed in light
Rejoice, then, for the earth awakens when it rains
Though you are lying in bed with your sheets up to your neck
Emptying your soul with tears
Fearful of the thunder
Breathe, my friend, for the air is clean somewhere
Though cigarette smoke and smog surround you
Pray, though, for hope exists in my heart
If not in yours of late
And when we pray for the same thing, our thoughts are joined
And our prayers are answered
Struggle, then, for you'll recover
Though you feel crippled and battered
Lift your head, though your tears may show
Don't hide the beauty of your face to the world
Love, I say, for such misery
As has haunted you and haunted me
Is not eternal
And don't despair, for I
Who was often lost in the desolation that you're sinking in today
Am writing you these comforting words, with love

C.W.

Poema para los dos

Sonríe, sin embargo, porque el sol salió esta mañana, y
Aunque tu cara quede envuelta en sombras,
Hay millones bañados en luz.
Regocíjate, entonces, porque la tierra se despierta con la lluvia
Aunque estás metido en tu cama con las sábanas hasta el cuello
Vaciando tu alma con lágrimas,
Temiendo los truenos.
Respira, mi amigo, porque el aire es puro en algún lugar
Aunque estés rodeado del humo de cigarros y de smog
Reza, sin embargo, porque existe esperanza en mi corazón
Aunque en el tuyo no, últimamente
Y cuando rezamos por la misma cosa, nuestros pensamientos se unen
Y nuestras oraciones son escuchadas
Esfuérzate, entonces, pues te recuperarás
Aunque te sientas hecho trizas y destrozado.
Alza la cabeza, aunque muestres tus lágrimas
No ocultes la belleza de tu cara al mundo.
Ama, te digo, pues tal miseria
Como la que te ha perseguido a ti y a mí
No es eterna.
Y no te desesperes, pues yo,
Quien vivía perdido en la desolación en la que te estás hundiendo,
Te estoy escribiendo estas palabras de aliento, con amor.

C.W.

viernes, febrero 08, 2008

Medicamentos, pero con psicoterapia

En la revista Psychology Today (Jan.-Feb. 2008) apareció un breve artículo, firmado por Amy Maxmen, en el cual se aborda algo interesante sobre el trastorno bipolar.

Mi traducción:

En el trastorno bipolar, los episodios depresivos inhabilitan más al paciente y duran más que los episodios maníacos, por lo que con frecuencia se prescriben antidepresivos junto a los estabilizadores del ánimo. Sin embargo, un estudio reciente del NIMH (Instituto Nacional de Salud Mental) enfatiza que la prescripción de antidepresivos puede causar más daño que bien, al provocar un rápido cambio de ánimo hacia la manía.

Entonces, adicionar psicoterapia a la ecuación puede ayudar. Otro estudio muestra que llevar psicoterapia mientras se toman estabilizadores del ánimo funciona mejor para recuperarse en las habilidades de relación con otras personas y en la forma en que llevamos la vida.

David Miklowitz, un investigador en ambos estudios, dice que una psicoterapia intensiva trabaja mejor cuando se concentra en los disparadores que provocan episodios depresivos. El punto es que mejoras sostenibles usualmente requieren muchas sesiones durante el transcurso de varios meses. "No es suficiente una versión de comida rápida", dice Miklowitz.

Tres tipos de terapia

Estos métodos de tratamiento son recomendados para el trastorno bipolar, pero pueden ayudar a resolver otros problemas:

1. Terapia enfocada en la familia, ayuda a reducir tensiones en casa por medio de la enseñanza de cómo apoyar al paciente y al resto de los familiares.

2. Terapia cognitiva sobre el comportamiento (conductual), consiste en ejercicios que ayudan al paciente a identificar pensamientos auto-destructivos y a pensar en soluciones proactivas, como programar actividades sociales.

3. Terapia interpersonal y de ritmo social, enfatiza la necesidad de estabilidad en las relaciones, en las rutinas diarias, y en los hábitos de dormir. Si el paciente tiene un horario de trabajo muy complicado y compañeros de trabajo que le hacen la vida difícil, él o ella deberían considerar buscar una nueva ocupación.

jueves, febrero 07, 2008

Factores de riesgo para el suicidio

Las investigaciones médicas muestran que entre los factores de riesgo para el suicidio se incluyen:

1. Depresión y otras enfermedades mentales, o el abuso de substancias (generalmente en combinación con un trastorno mental)

2. Eventos estresantes de la vida, en combinación con otros factores de riesgo, como la depresión. Sin embargo, el comportamiento suicida no es una respuesta normal al estrés

3. Intentos previos de suicidio

4. Historia familiar de trastornos mentales o abuso de substancias

5. Historia familiar de suicidio

6. Violencia intrafamiliar, incluyendo abuso físico o sexual

7. Armas de fuego en la casa (el método más usado)

8. Encarcelamiento

9. Exposición al comportamiento suicida de otros, como familiares, compañeros, o figuras públicas

La investigación también muestra que el riesgo de suicidio está asociado con cambios en los químicos del cerebro llamados neurotransmisores, incluyendo la serotonina. Bajos niveles de serotonina han sido encontrados tanto en personas con depresión, como en personas que han intentado, o han logrado, quitarse la vida.

Más información AQUI.

Enfermedades mentales en los Estados Unidos

Los resultados de la encuesta realizada en el 2005 por el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) de los EE.UU. han sido publicados.

Uno de cada cuatro estadounidenses, mayores de 18 años, sufre de algún desorden mental. Sin embargo, sólo el 6 por ciento la población adulta sufre un trastorno considerado serio. Estos problemas de salud mental son la principal causa de inhabilidad para trabajar, entre personas de 15 a 44 años, según la Organización Mundial de la Salud. Muchas personas sufren más de un problema mental a la vez.

Trastorno Bipolar

Respecto al trastorno bipolar, se estima que afecta a 5.7 millones de estadounidenses. Es decir, al 2.6 por ciento de la población adulta. La edad media a la que aparece el desorden es de 25 años.

Suicidios

En 2004, se suicidaron 32,439 personas en los EE.UU. Lo que es igual a una tasa de, aproximadamente, 11 por 100,000 habitantes. El 90 porciento de estas personas que se quitaron la vida habían sido diagnosticadas con alguna enfermedad mental. Comúnmente, depresión o abuso de substancias.

La mayor tasa de suicidios se encuentra en los hombres blancos mayores de 85 años. Los hombres se suicidan más que las mujeres, pero hay más intentos de parte de mujeres.

Para más información haga click AQUI.

martes, enero 29, 2008

Suicidios en Guatemala

Hoy se publicó en el diario elPeriódico un alarmante artículo sobre el número de suicidios por año. Da la impresión que no se hace nada al respecto.

Dos suicidios diarios durante 2007
Por Luis Ángel Sas (29 ene 08)

El 15 de noviembre de 2006 fue el día en que se alzó la voz por una mejor salud mental para los guatemaltecos. Pero, para esto tuvieron que perderse dos vidas. La de una madre y su pequeña hija. La mujer de 34 años decidió lanzarse del puente El Incienso, zona 7, con su hija de dos años en los brazos. Pero las peticiones quedaron en eso, y ese año terminó con 564 casos similares de suicidio. Peor aún, en 2007 se registraron 734 casos, es decir un 30 por ciento más que en 2006, lo que da un promedio de dos suicidios por día, según datos de la Policía Nacional Civil.

El director de la Liga de Higiene Mental, Marco Antonio Garavito, afirma que la expresión máxima de personas con falta de salud mental está en los suicidios. “Nadie presta atención al problema, que es muy grave. Por ejemplo, cuando hay un intento de suicidio y la persona llega al hospital, los médicos la tratan, desde el punto de vista médico, pero no pasa el caso a psiquiatras. Otro ejemplo es cuando alguien se suicida y llega a la morgue. El forense, al realizar la necropsia, no llena la parte de la ficha donde se puede especificar si se trató de un suicidio. Por esto es que no hay estadísticas confiables. Y esto hace que no se vea la gravedad de problema”, subrayó.

La muerte por un disparo con arma de fuego es la forma más común entre los suicidios, seguido por los ahorcados, y personas que se tiran al vacío.

A criterio de la ex directora del Plan Nacional de Salud Mental, Irma Pérez Alvarado, la visión de salud mental está relacionada con locura, y es entonces cuando se cree que solo va encaminado hacia personas con este mal.

“Hay que tener claro que si un pueblo tiene salud mental, las condiciones sociales mejoran. Aquí hay muchos enfermos, pero como no repercute en el cuerpo, nadie hace nada”.

La vocera del Ministerio de Salud, Lucrecia Alfaro, se limitó a decir que el tema lo trata el Sistema Nacional de Salud Mental, y será hasta este día cuando tenga detalle de las políticas planteadas.

viernes, enero 18, 2008

Dinámicas de Grupo

Desde que tenía quince años de edad he participado en diversos grupos de jóvenes. La mayoría de ellos religiosos, pero también de voluntariado social.

Siempre me llamó la atención constatar que dichos grupos tienen ciclos de vida: nacen, crecen, a veces se reproducen, y luego mueren.

Inicialmente pensaba que la muerte de los grupos, que generalmente comienza con una división interna, era provocada por la inmadurez de sus miembros. Pero ahora veo que es parte de la dinámica misma de los grupos.

Sí hay situaciones de inmadurez, pero cuando el grupo llega a la etapa de reproducción y, sobre todo, si no la sobrepasa con éxito es de esperarse su disolución. Esto ha pasado con mi grupo de jóvenes con trastorno afectivo bipolar.

Nació con mucha esperanza, a pesar de que fue un parto doloroso. Creció con algunas dificultades, pero ayudó efectivamente a varias personas. Al momento de su reproducción tuvo problemas con la llegada de nuevos miembros, cuyo único “pecado” era ser diferentes a los del grupo original. Así que los malos entendidos dieron paso al fracaso…

Lo veo con tristeza porque me empeñé mucho en abonar el grupo para que creciera sano y fuerte. Sin embargo, la hipersensibilidad que nos caracteriza a los bipolares hizo de las suyas. Facilitó el rompimiento.

A lo mejor necesitamos una participación más directa de algún profesional de la salud mental para mediar entre los miembros del grupo cuando hay diferencias de opinión y para darle un tono más académico, incluso más impersonal, a las dinámicas del grupo (que es justamente lo que no me gusta del grupo que visité en los EEUU).

miércoles, diciembre 26, 2007

Sobreviví a las fiestas

El 24 amanecí un poco deprimido. El día anterior la pasé con mi familia y hubo una discusión entre mi hermana y mi papá. Eso me entristeció.

También me ocurre que desde niño aprendí que el ideal de las fiestas es compartir en familia, pero mi familia no puede estar reunida porque mis padres se separaron hace ocho años. Aunque ya esto lo entiendo bien, no deja de provocarme algún vacío.

Además, siempre tengo esta contradicción entre mi incredulidad en Dios y la religión y la celebración de algo que está basado en esas creencias que no comparto. Me siento un tanto discriminado por no vivir "plenamente" las festividades.

Finalmente, está lo de el estrés de las compras, los regalos... el intentar quedar bien con los seres queridos. Responder a las expectativas.

Bueno, hoy es 26. ¡Sobreviví a las festividades navideñas! Las de año nuevo son más paganas, así que las llevo con mayor tranquilidad.

sábado, diciembre 22, 2007

El peso, la familia, y otras tonterías

Hoy me enojé por el comentario de unos familiares. Después de no verme por varios meses dijeron que definitivamente había aumentado de peso. Eso no me molestó porque estoy conciente de mi peso. Su reducción es una lucha constante.

Con naturalidad respondí que se debía a un medicamento que tomo, el cual me ha afectado el metabolismo. No hicieron comentario alguno en ese momento.

Cuando vieron a mi mamá le preguntaron qué tenía. Es decir, no se atrevieron a preguntarme a mí por qué estaba tomando tal medicamento. Mi madre les dijo que parece ser que, según yo, tengo trastorno bipolar. Todo en tono de duda, de incredulidad.

La respuesta de mi pariente fue: "¡Que deje de tomar babosadas!". Eso es lo que sí me molestó. Ellos no saben el proceso por el que uno pasa desde que es diagnosticado hasta que encuentra el medicamento adecuado. No es algo trivial.

Además, cuando mencioné lo de mi medicamento lo hice con el propósito de ir eliminando el tabú familiar. Nadie quiere hablar de la posibilidad de una enfermedad cuyo origen es genético y que, por lo tanto, puede afectar a varios miembros de la familia.

Cómo me gustaría hablarlo con claridad, no para recibir lástima, sino para prevenir a la familia y evitar mayores sufrimientos. Para romper "la chingada cadena", como decía mi abuelita.

miércoles, diciembre 19, 2007

Duplicando la dosis

Hace unos treinta días el médico me indicó duplicar la dosis de Tegretol, de 200 a 400 mgs. Parece que los 200 mgs. ya no me producían el efecto deseado. La carbamazepina estaba siendo metabolizada de tal forma por mi cuerpo que sólo sentía los efectos sedativos por la mañana, pues me costaba mucho despertar, pero no obtenía los beneficios de dormir mejor durante la noche.

Ahora duermo de manera más profunda y logro focalizarme bien durante el día a la hora de realizar tareas intelectuales. Mi ánimo ha estado estable. Eso es bueno. Muy bueno.

Así que si alguien no obtiene los resultados deseados al primer intento con la dosis que el médico receta, debe consultar con el mismo nuevamente. A lo mejor un ajuste en dicha dosis es lo que hace falta, antes de cambiar de medicamento o darse por vencido con el tratamiento farmacológico. No es fácil, pero hay que ser pacientes.

domingo, noviembre 04, 2007

La medicina no es una ciencia exacta

Ahora que vivo en otro país tuve que buscar un nuevo médico para tratarme. Antes de verlo, el hospital me dio una serie de papeles para leer y firmar.

Lo que más me llamó la atención es una parte del documento donde autorizo el tratamiento: "Estoy consciente que la práctica de la medicina no es una ciencia exacta y, por lo tanto, acepto que ninguna garantía se puede dar sobre los resultados de los tratamientos provistos en el hospital o sus clínicas".

Comparada con las ciencias sociales, donde me desempeño, me parece que la medicina es una ciencia basada en la evidencia empírica, en investigación muy rigurosa de largo plazo. Así que confío mucho en los hallazgos médicos y en los tratamientos que de los mismos se derivan.

Hoy, coincidentemente, me encontré en el Internet con un artículo sobre el caos y la psiquiatría. Quien lo introduce dice: “La medicina es una disciplina donde las previsiones tienden a fallar más de lo debido. En este sentido se parece mucho a la meteorología, donde los pronósticos a más de un cierto plazo están sujetos a tal número de posibles circunstancias que pocas veces aciertan. Las teorías del caos intentar dar un soporte a estos casos.”

El artículo es el siguiente:

Andrew D. Krystal, Henry S. Greenside, 1998. “Low-Dimensional Chaos in Bipolar Disorder?,” Arch Gen Psychiatry 55(3): 275-276.

En el mismo se hace referencia a otro:

A. Gottschalk, M. Bauer, P. Whybrow, 1995. “Evidence of chaotic mood variation in bipolar disorder,” Arch Gen Psychiatry 52(11): 947-959.

Concluye que “mood in patients with bipolar disorder is not truly cyclic for extended periods.” [El estado de ánimo en los pacientes con trastorno bipolar no es realmente cíclico en largos períodos].

viernes, noviembre 02, 2007

De vuelta al médico

Es fundamental para un bipolar visitar periódicamente al psiquiatra. Él (o ella) es el profesional a quien le corresponde recetar los medicamentos para la estabilización del ánimo. Es responsable de afinar la dosis y controlar los efectos secundarios. Un paciente nunca debe automedicarse o cambiar las direcciones dadas por su médico.

Como mencioné en un post anterior, el 19 de junio cambié de medicamento. Pasé de ácido valpróico a Geodón, pero no funcionó. Así que el 23 de julio empecé con Tegretol. Ha funcionado bastante bien en cuanto a estabilizar el ánimo, casi no tengo manía o momentos de irritabilidad. Sin embargo, tengo nuevamente problemas con el sueño.

Desde hace un mes tengo un sueño muy irregular. Me acuesto como a las 11:30 p.m., y me levanto como a las 8:30 a.m. porque durante la noche me despierto y vuelvo a dormir varias veces. Parece que me mantengo en la fase activa del sueño todo el tiempo (muchos sueños) sin llegar a la fase profunda del sueño, la cual nos ayuda a descansar. Esto tiene repercusiones.

Durante el día estoy un poco deprimido, en el sentido que me cuesta hacer lo que tengo que hacer y necesito dormir a media tarde. Esto me pone de mal humor conmigo mismo porque no logro cumplir mis metas.

Así que hoy vuelvo con el médico para ver qué podemos hacer. Espero que lleguemos a una conclusión y tomemos las medidas adecuadas. Ya les contaré.

lunes, octubre 29, 2007

A Summer in the Cage

En la última edición de la revista Scientific American Mind (Oct.-Nov. 2007) se publica una reseña de la película "A Summer in the Cage", producida y dirigida por Ben Selkow.

La comentarista, Corey Binns, afirma que a todos nos gustan los finales felices de las películas de Hollywood, pero que la naturaleza impredecible del trastorno bipolar evita que se pueda esperar tal desenlace de este documental.

En el mismo se sigue la vida del basquetbolista Sam Murchison, para mostrar cómo la manía y la depresión lo transforman de un exitoso administrador del dinero en un hombre desempleado, medicado, con 300 libras de peso, que teme haber heredado el mismo destino que su padre: el suicidio.

Para explicar los síntomas de la enfermedad, el director se apoyó en el trabajo y experiencia personal de la doctora Kay Jamison. Ella afirma que la alta prevalencia de la enfermedad (5 por ciento de la población) amerita que la misma se entienda mejor.

El documental se ha estrenado en el Canal Sundance.

(http://cagethemovie.com/bipolar.html)

jueves, octubre 11, 2007

Llega el Litio

Por José Agustín Goytisolo
(Tomado de El País, 2 oct 07)

Mucha tristeza nunca le humilló

pero temía el hondo pozo oscuro

que él envolvió en sus aguas cenagosas.

Mucho haloperidol; pinchazos de antabús

probó electroterapia varias veces

y salió disparado hacia una vida

que ahora ya no recuerda: quince años

hasta que llegó el litio: quince años

perjudicando a todos los que amaba

pues gastó su dinero y el ajeno

en alcohol, en viajes y en delirios.

Pero el litio llegó y está en su sangre

y ahora es su compañero de por vida

hasta la oscuridad o la luz total.

Un carrusel de emociones

Por Rafael Perez Ybarra
El País (2 oct 07)

Los pacientes con trastorno bipolar alternan los síntomas depresivos con fases de manía hiperactiva y creativa.

Geniales y creativas o tristes y depresivas. Las personas que sufren un trastorno bipolar viven en un carrusel continuo de emociones que potencian su creatividad para sumirlas posteriormente en una depresión profunda, que incluso puede conducirles al suicidio. Casi un 2% de la población mundial (más de 800.000 personas en España) vive en este permanente tiovivo de emociones. Sin embargo, la mayoría de los afectados lo ignora, porque en un gran porcentaje de casos "el diagnóstico correcto tarda un media de 10 años en realizarse", asegura Nassir Ghaemi, director del Programa de Investigación sobre Trastorno Bipolar de la Universidad de Emory de Atlanta (EE UU).

Se cree que el 40% de las personas que sufre un trastorno bipolar está mal diagnosticado, en su mayoría como enfermos depresivos unipolares. La causa principal de este error, explica Ghaemi, radica en que "la depresión es un síntoma muy común en ambos casos". No es la misma enfermedad, "aunque se puede afirmar que el trastorno bipolar es otro tipo de depresión", añade.

"Un único episodio de manía basta para diagnosticar un trastorno bipolar", sostiene Ghaemi. Pero para ello hay que conocer la presencia previa de episodios de manía o hipomanía, y esto no es nada fácil, según este especialista, pues el propio paciente no lo reconoce: "Casi el 50% de los bipolares no reconocen haber sufrido episodios de manía, especialmente cuando se encuentran en la fase depresiva".

El problema es que un mal diagnóstico conlleva un tratamiento incorrecto. "En el trastorno bipolar", explica Ghaemi, se usan estabilizadores del ánimo y antiepilépticos, "que tienen eficacia a largo plazo, tanto en manía como depresión aguda". Sin embargo, los antidepresivos, muy útiles en depresión unipolar, "sólo sirven en menos del 20% de los pacientes", afirma, por lo que si hay un mal diagnóstico, "los enfermos pueden empeorar".

En cerca de un 30% de los individuos mal diagnosticados y mal tratados con antidepresivos, la enfermedad progresa más rápidamente. Y lo que es peor, sin un tratamiento correcto los pacientes pasan por situaciones extremas. Prueba de ello es que en la fase de depresión, el paciente llega a pensar que no merece la pena vivir, pudiendo llegar al suicidio. "Un 20% de los afectados se suicida en fases depresivas agudas", afirma Ghaemi.

Puede decirse que el desorden bipolar ha empezado a definirse hace apenas 30 años y ha sido gracias a las aportaciones de Kay R. Jamison, psicóloga y profesora de psiquiatría de la Universidad Johns Hopkins (EE UU), que abordó, como especialista, el problema de la bipolaridad en su libro Una mente inquieta. No era la primera vez que trataba en un ensayo aspectos relacionados con la depresión, pero sí la primera que se proponía a sí misma como caso, contando su propia y estremecedora experiencia como enferma maniaco-depresiva. Una experiencia que la puso en condiciones de vivir en su propia carne los infiernos de ese mal tan universal y, al mismo tiempo, tan mal conocido.

Después escribiría Tocados por el fuego, una obra que explora la relación entre el trastorno bipolar y la creatividad. En este libro comenta que algunas figuras históricas y artistas como Lord Byron, Winston Churchill o Virginia Wolf, para los estándares del día de hoy, podrían fácilmente ser considerados bipolares.

Menos conocido, pero asimismo recomendable para apreciar lo que es el día a día de una persona con desorden bipolar, es la película documental The Devil and Daniel Johnston, que descubre la fascinante y terrible historia del cantautor norteamericano Daniel Johnston, un genial compositor, cantante y artista maniaco depresivo a quien las drogas y su bipolaridad llevan a imaginarios encuentros con el diablo.

Y es que el trastorno bipolar es un carrusel en el que los episodios depresivos se ven interferidos por la aparición de fases de euforia, hiperactividad anómala e irritabilidad, es decir, las llamadas fases de manía, que también significa locura. Estas fases de exaltación, alegría desenfrenada o irritabilidad y grosería "alternan con otras etapas de depresión intensa, con bajo estado de ánimo, incapacidad para disfrutar, falta de energía, ideas negativas y, en casos graves, ideas de suicidio", afirma Ghaemi.

Lo más semejante a los efectos del trastorno bipolar, explica, "son los que produce la cocaína", pues se piensa que el episodio de manía es "una fase de sobreactividad de dopamina o noradrenalina, y la cocaína genera una actividad muy fuerte de dopamina".

Ghaemi reconoce que durante las fases de manía, "más que una enfermedad, el trastorno bipolar puede parecer una virtud, un don", porque permite hacer cuatro o cinco cosas al mismo tiempo. Se produce una fuga de ideas permanente, una mayor creatividad y confianza en sus posibilidades. La fase maniaca se caracteriza por emociones y conductas que son "análogas al proceso creativo", como una sensibilidad más acentuada, una mayor fluidez, facilidad y frecuencia de pensamientos, una concentración aguda o una capacidad de rendir con pocas horas de sueño.

En ciertas personas con trastorno bipolar las características maniacas mejoran su creatividad, mientras que la fase depresiva se caracteriza por introspección, reflexión y dolor intenso, "algo que puede añadir profundidad y significado al trabajo creativo". Esto justificaría, aunque parcialmente, la profunda creatividad que se observa en muchas personas con trastorno bipolar. No obstante, advierte Ghaemi, la hipomanía "es una ayuda en el trabajo, pero dura poco y se acompaña de una depresión que se puede prolongar durante meses".

La lista de personas que han padecido enfermedad bipolar es muy extensa: escritores como Balzac, Hemingway, Dickens, Baudelaire, Tennessee Williams, Emily Dickinson, Poe o Emile Zola; músicos como Mahler, Schumann, Tchaikovsky o Kurt Cobain, y pintores como van Gogh o Jackson Pollock. Pero, como recuerda Ghaemi, la mayoría de las personas con trastorno bipolar no son genios.

No sólo el diagnóstico supone un problema para el trastorno bipolar. Se sabe que la enfermedad tiene un origen genético. Uno de cada cinco padres de personas afectadas sufre también esta enfermedad, y el 10-15% de los familiares padecen alteraciones del carácter, aunque tampoco se tiene mucha información acerca de los mecanismos biológicos o ambientales que causan estos cambios ciclotímicos.

Para Ghaemi, "los ritmos circadianos o relojes biológicos están relacionados con esa alternancia de estados de ánimo". Los pacientes bipolares tienen un ritmo circadiano más veloz de lo normal, con una duración inferior a 24 horas. Por eso duermen menos y tienen más energía. Sin embargo, apunta, "este es sólo un factor biológico implicado en el trastorno bipolar, pero no podemos decir que es la causa. Hay otros factores en investigación, como las proteínas G y los segundos mensajeros, que son proteínas neuronales implicadas en los procesos de sinapsis".

Tampoco se ha avanzado mucho en los tratamientos. "Tradicionalmente se ha utilizado con buenos resultados el litio", apunta el profesor Ghaemi, aunque hay otros medicamentos que están dando buenos resultados. También se aconseja la psicoterapia, y hoy día se recomienda vivamente que las personas con desórdenes bipolares cuenten con una red de apoyo.

lunes, septiembre 17, 2007

¿Otro tipo de problemas, o algo relacionado?

Hace más de un mes que escribí el último post sobre lo bien que me sentía con el Tegretol. La verdad es que me sigo sintiendo bien. No he tenido importantes variaciones del ánimo desde que lo tomo. Casi nada de manía y nada de depresión.

Ahora me enfrento a otro tipo de problema, que no sé si está relacionado con el trastorno bipolar...

Resulta que ahora tengo frente a mi un gran reto. Un trabajo importante que debo realizar para avanzar en mi carrera. Pero me siento paralizado. Quiero trabajar, pero no me puedo concentrar. Me distraigo fácilmente con otras tareas.

En parte, siento que me faltan las ideas, el impulso o la energía de los episodios maníacos. Pero la verdad es que sí tengo esa energía para hacer otras cosas. Así que no sé por qué no puedo cumplir con esta tarea específica que se supone es la prioridad en este momento de mi vida.

Recuerdo que a otro compañero del grupo, el psiquiatra le ha dicho que ciertos miedos que tiene, y que le paralizan, no son producto de la enfermedad sino de otro tipo de problemas (¿personalidad?). Dice que las consecuencias, o fracasos, sufridos por la enfermedad le han debilitado la voluntad. Así que es en ello donde debe trabajar.

En mi caso necesito voluntad, disciplina, concentración, energía y cierta dosis de creatividad. Espero obtenerlas pronto para seguir adelante con mi planes de vida.

martes, agosto 14, 2007

Me siento bien, pero no canto victoria

No canto victoria porque el trastorno bipolar no se cura, únicamente se controla. Pero ciertamente me siento mejor con la carbamazepina (Tegretol). Desde que la empecé a tomar, hace un mes, se estabilizó mi sueño y, por lo tanto, tengo el estado de ánimo bajo control.

El sueño es continuo y a todo color. No me es difícil despertar y levantarme por la mañana. Eso me permite ser más productivo durante el día.

Hasta mi mamá notó el cambio en mi semblante gracias al medicamento. Me dijo que me miraba mucho mejor. Espero seguir así.

Más sobre el medicamento en Eutimia.com

viernes, julio 06, 2007

Grupo Bipolar en los Estados Unidos

Ayer fue mi primera experiencia de grupo en los EEUU. Se trata de uno organizado por la Depression and Bipolar Support Alliance. Llegan entre 20 y 25 personas el primer y tercer jueves de cada mes. La mayoría de las mismas son bipolares, aunque también había algunos unipolares (sólo depresión). Desde el punto de vista étnico, la mayoría son personas blancas, pero también había afro-americanos, asiáticos y latinos.

Dado el tamaño del grupo, hay un moderador que se encarga de dar la palabra, controlar el tiempo, y dar la bienvenida a las nuevas personas. La reunión se realiza en el aula de un hospital universitario. Tienen galletas y bebidas para todos, literatura disponible en fotocopias y hasta subsidian el costo del estacionamiento. Siempre es de 6:30 a 8:00 p.m.

La convivencia me pareció muy interesante porque cada uno expresa libremente lo que piensa para aconsejar a los demás sobre temas muy delicados. La agenda es muy flexible. Alguien propone un tema para discusión, pero cada uno puede lanzar una pregunta al resto y entorno a ella se desarrolla la conversación.

Para variar, yo empecé el diálogo preguntando sobre un producto natural que encontré en el supermercado y que promete ayudar a controlar los cambios de ánimo. No lo conocían, pero todos estuvieron de acuerdo en que el aceite de pescado, omega-3, es muy bueno. Alguien dijo que desde que lo toma no ha tenido depresión, y otro dijo que le ayuda a dormir mejor.

Se trató también el tema de los efectos secundarios del litio, como el temblor de manos. Luego se pasó a temas más serios, como la decisión de ser o no ser padres. Aquí es donde hubo opiniones que me sorprendieron. Talvez por mi cultura, pero con toda convicción la mayoría hablaba sobre la posibilidad de adoptar.

Hubo incluso momentos tensos, porque el moderador compartió su decisión pasada de dejar su carrera como abogado por ser muy estresante. Un latino dijo que no concebía esa decisión porque él es abogado y viniendo de una familia pobre no podría darse ese lujo. Entonces el primero se molestó.

Al final de la sesión, el latino me contó que esas tensiones son comunes, pues como en todo grupo surgen dinámicas por el poder. Además algunos piensan que ya lo saben todo y quieren dar consejos a todos los demás…

Lo que me gustó es la organización y el contenido de la conversación. Podemos aprender mucho sobre esta experiencia para el grupo en Guatemala. También podemos evitar sus errores. Luego les seguiré contando cómo me va en la segunda reunión.

lunes, julio 02, 2007

Como las gallinas

En el jardín de mi casa, cuando yo era niño, mis padres tenían un gallinero... Pero nunca ví que la gallinas mostraran expresión alguna de felicidad o tristeza. Probablemente, sólo el gallo. Esos estados de ánimo sí los ví en las caras de los "pollitos en fuga", pero porque eran gallinas humanizadas.

Mi analogía del trastorno bipolar con las gallinas tiene que ver con el ciclo del sueño. Los pollos y las gallinas se duermen cuando oscurece y se despiertan cuando sale el sol. No importa la hora. Por eso es que en las granjas productoras de huevos les ponen luz artificial, para que crean que es de día y sigan poniendo huevos. Algo así como lo que le hacen a la gente que trabaja en las maquilas...

Ahora estoy en el Hemisferio Norte y en época de verano. El sol sale muy temprano, como a las 5:50 a.m. y se mete muy tarde, como a las 8:30 p.m. Así que tenemos más de doce horas de luz solar...

Eso me pone loco. Mi cerebro, como el de las gallinas, ya no sabe lo que es día y noche según los horarios de países cercanos al ecuador. Mi mente se llena de ideas para trabajar, para hablar, para planificar... Así que me estoy durmiendo como a la media noche, cuando ya no hay luz solar y la gente alrededor se empieza a calmar.

Estoy tomando mi medicamento, pero este cambio de horario, más el estrés de una nueva vida en otra ciudad, no me están ayudando. Me cuesta despertar, lógicamente, y es hasta las 10:00 a.m. que recupero el control sobre mi cuerpo.

Bueno, espero adaptarme porque quedan dos meses de verano. También espero que en el invierno no me pase lo opuesto, es decir que lo nublado del día no me provoque depresión. Ya veremos.

lunes, junio 18, 2007

La enfermedad de los genios

Por Paula Halperin
La Nación (Argentina, 21 ene 07)

¿Qué tuvieron en común Edgar Allan Poe, Miguel Angel, Virginia Wolf, Piotr Tchaikovsky, Cary Grant y Vincent Van Gogh? Su talento, es cierto. Sin embargo, cada uno de estos genios sufría una alteración que obraba como disparador de su creatividad, y quizá nunca lo supieron: el trastorno bipolar, más conocido como enfermedad maníaco-depresiva. Se dice que el famoso cuadro de Edvard Munch, El grito, podría haber estado inspirado en una de las cíclicas crisis del atormentado pintor.



Si se habla de bipolaridad lo más frecuente es pensar en una persona deprimida que no sale de la cama y que, en su etapa maníaca, compra autos de manera compulsiva. Y algo de ello hay, pero esta enfermedad tiene muchos más matices –y no siempre negativos– por descubrir.

Se trata de un problema del sistema nervioso que afecta las sustancias especializadas del cerebro (neurotransmisores) reguladoras del estado de ánimo. Quienes lo sufren pasan alternativamente de la euforia a la depresión, proceso que puede ocurrir en cuestión de horas, días, semanas, meses o años.

¿Cómo se desencadena?, ¿es sólo una deficiencia neuroquímica?, ¿un factor genético?, ¿o tiene que ver con el contexto familiar?

“Es una cadena de acontecimientos –explica el doctor Alejandro Lagomarsino, creador de la Fundación de Bipolares Argentina (Fubipa) y presidente honorario del Capítulo de Psicofarmacología de la Asociación de Psiquiatras Argentinos–. Hay predisposición genética, pero los genes que predisponen se activan en situaciones de estrés.” En ese punto está de acuerdo el doctor Marcelo Cetkovich-Bakmas, responsable de la Unidad de Trastornos del Animo del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco): “Los factores estresantes, como las pérdidas, afectan la capacidad de autorreparación del cerebro, la lentifican”.

Entre ciclos

“El carácter ciclotímico es una variante normal del humor: todos tenemos días malos y días buenos”, aclara Cetkovich-Bakmas, que es, además, jefe del Departamento de Psiquiatría del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro.

Pero las cosas cambian cuando esos ciclos se hacen más marcados. Si una persona tiene etapas de tristeza, se encierra en sí misma, tiene trastornos del apetito y el sueño, seguramente está deprimida. Pero si luego mejora notablemente, se acelera, está contenta, exaltada, quizás irritable, comienza a entusiasmarse por un trabajo o un nuevo amor, y en los casos más graves delira, seguramente está transitando una etapa de euforia.

Hasta hace sólo 20 años se conocía muy poco sobre esta enfermedad. “Pero ahora hemos descubierto que hay muchas más personas de lo que se creía con este problema”, dice Cetkovich-Bakmas. En este sentido, se sabe que afecta a cerca del 2% de la población (y no al 1%, como se suponía), que es más frecuente entre las mujeres y aparece en la adolescencia o en los primeros años de la adultez.

¿Es posible afirmar en la primera consulta que alguien es bipolar? Según los especialistas, no es tan sencillo: puede tardarse hasta 10 años en dar un diagnóstico certero. “A los enfermos bipolares se los confunde con esquizofrénicos, depresivos unipolares, ansiosos... Y se los somete a tratamientos que no ayudan. A veces, los empeoran”, dice Cetkovich-Bakmas.

En su etapa eufórica, las personas difícilmente piden ayuda: no pueden reconocer que algo malo les pasa porque se sienten bien.

Por eso recomiendan la primera entrevista cuando la familia las encuentra deprimidas. “Si se sienten mal, es más fácil ayudarlas”, aclara Lagomarsino.

Hay tres pilares terapéuticos: la medicación, la psicoterapia y la psicoeducación. “Los bipolares sufren un deterioro cognitivo que si no se trata puede ser mayor, ya que la depresión es muy tóxica para el cerebro, así que recomendamos tratarlos lo antes posible”, agrega Cetkovich-Bakmas, al tiempo que señala que la medicación tiene como objetivo, básicamente, mantener bajo control las alteraciones del ánimo. El carbonato de litio se usa hace 50 años y sigue siendo aun hoy el más recetado.

La psicoterapia es otra herramienta esencial. Ayuda a cambiar aspectos de la vida y a mantener el tratamiento. “El problema es que la mayoría de ellos sienten que cuando están estabilizados pierden creatividad. Es que, en su etapa de euforia, experimentan una sensación ‘primaveral’, intensa, que no perciben cuando toman la medicación –explica Lagomarsino–. Pero dejar los remedios puede empeorar las cosas. Hay evidencia de que, si se interrumpe el tratamiento, puede haber una recaída y, luego, al volver a utilizar el litio, el cuerpo ya no responde”.

La psicoeducación es el tercer elemento: permite que la persona esté informada, que sepa lo que le va a ocurrir. “Son métodos que ayudan al paciente a convertirse en actor de su propio tratamiento”, piensa Cetkovich-Bakmas. Por eso los grupos de autoayuda son útiles para pacientes y familiares. Son organizaciones de ayuda mutua, gratuitas, coordinadas por un enfermo recuperado o un pariente. “Nadie va a entender mejor que ellos mismos lo que les está ocurriendo –reflexiona Lagomarsino–. Es alguien que pasó por lo mismo y pudo superarlo. Se lo dice un par, no un médico que lo señala con el dedo.”

Una luz en el infierno

"… el trastorno bipolar es una condición humana fascinante y la vez trágica... Mientras la mayoría de los pacientes bipolares psicóticos no son líderes ni creadores, constituyen el reservorio de los genes que, en una forma diluida, podrían ser las semillas de la genialidad” (Hagop S. Akiskal en: Akiskal, Cetkovich-Bakmas, García Bonetto, Strejilevich y Vázquez: Trastornos bipolares. Conceptos clínicos, neurobiológicos y terapéuticos. Panamericana, Buenos Aires, 2006). Gente exitosa, políticos, artistas reconocidos, músicos, actores... Hay una característica particular que suele ser bastante común entre los bipolares: “Es reconocido que estas personas son más creativas y capaces”, afirma Lagomarsino.

Eduardo Greco, psicoanalista, dice en su libro La bipolaridad como don: “Al perderse los bordes, las restricciones y hasta las inhibiciones, el maníaco hace crecer la fuerza de todas sus funciones, rendimientos y actividades.” Se dice que Schumann llegó a escribir alrededor de 40 sinfonías en un año. Según Eduardo Greco, la oscilación emocional va acompañada de una serie de talentos que, al no ser desarrollados, se convierten en afección.

Los síntomas

Etapa maníaca: euforia con excesivo optimismo, alegría y vitalidad. Marcada disminución del sueño. Aumento del interés sexual, a veces con conductas inapropiadas. Alto nivel de energía y actividad, locuacidad excesiva. Extrema irritabilidad, inquietud, agresividad. Desmesurada valoración de sí mismo (grandiosidad). Cambios emocionales rápidos e imprevisibles. Conductas riesgosas sin tener en cuenta las consecuencias. Gastos excesivos.

Etapa depresiva: sentimientos exagerados o inapropiados, de tristeza, desesperanza, ansiedad, desgano y/o pesimismo. Pérdida de energía y motivación. Apetito disminuido o exagerado. Sueño disminuido o exagerado. Pérdida de interés o placer en las actividades usuales. Perturbaciones en la concentración y la memoria. Ideas recurrentes de muerte, de suicidio.

Grupos de autoayuda

En Argentina

Iglesia de Santa María (Fubipa) Avda. La Plata 286 (y Rosario). Reuniones, el 1er. sábado de cada mes, a las 10, y el 3er. lunes, a las 19.30.

Parroquia San Martín de Tours. San Martín de Tours 2939. Reuniones: el 2° sábado de cada mes, a las 10, y el 4° jueves, a las 19. 30.

En Costa Rica

Asociación Costarricense para Trastornos Anímicos Recurrentes, ACOTAR.
Dirección: de la Corte Suprema de Justicia, 40 metros al sur, San José.
Teléfono: (506) 233-7869.

En Guatemala

Grupo de Jóvenes con Trastorno Bipolar
Más información en la Asociación Psiquiátrica de Guatemala (APsG).
Dirección: Avenida de la Reforma, 1-90 de la Zona 9, oficina 201. Ciudad de Guatemala.
Teléfonos: (502) 2331-5376 y 2331-5395.

Para saber más:

Fundación de bipolares argentina: www.fubipa.org.ar
Fundación mundo bipolar : www.mundobipolar.org
Instituto nacional de sicopatologia: www.inapsi.com.ar

martes, junio 05, 2007

¡Somos muy intensos!

En la última reunión del grupo de jóvenes con trastorno afectivo bipolar, en la Ciudad de Guatemala, platicamos sobre varios puntos interesantes.

Recordamos que un grupo de psiquiatras deseosos de conocer nuestra experiencia nos dijo que aprovecháramos la "intensidad" con la que vivimos los bipolares para hacer algo importante a favor de los demás. Ciertamente, ser tan intensos nos ayuda a alcanzar las metas que nos proponemos. Eso es positivo, siempre y cuando los fines sean nobles. Pues, claro está, ese ímpetu o pasión por hacer realidad lo que deseamos también puede ser utilizado para causas mezquinas.

También estuvimos reflexionando sobre la capacidad que deben tener las parejas sentimentales de los bipolares para sacar adelante la relación. Alguien dijo que son “mártires” porque tienen que soportar con (por) amor nuestra inestabilidad emocional. Otra persona dijo que en su relación había intentado dejar muy claro desde el principio los riesgos de la misma. Pero otros pensamos que no basta con una “advertencia previa” porque sabemos que todos tenemos nuestros límites y los bipolares podemos fácilmente rebasar esos límites de las personas que están cerca de nosotros y que nos aman.

La parte más cómica de la reunión fue cuando el nuevo miembro del grupo dijo que para evitar problemas con los que nos rodean deberíamos hacer una camiseta que advierta: “¡No me chingue! Soy bipolar.” Para los casos de emergencia, cuando los demás no respeten la advertencia y nos saquen de nuestras casillas, en otro lugar de la camiseta debe ir el teléfono de nuestro psiquiatra.

Bueno, así transcurrió la más reciente reunión del grupo. Ahora somos ocho jóvenes, entre los 20 y 35 años de edad. Esperamos que más se unan a este esfuerzo por llevar una “vida normal”.

viernes, mayo 11, 2007

Trastorno del Espectro Bipolar: estudio más reciente

Lifetime and 12-Month Prevalence of Bipolar Spectrum Disorder in the National Comorbidity Survey Replication

Kathleen R. Merikangas, PhD; Hagop S. Akiskal, MD; Jules Angst, MD; Paul E. Greenberg, MA; Robert M. A. Hirschfeld, MD; Maria Petukhova, PhD; Ronald C. Kessler, PhD


Arch Gen Psychiatry. 2007;64:543-552.

Context There is growing recognition that bipolar disorder (BPD) has a spectrum of expression that is substantially more common than the 1% BP-I prevalence traditionally found in population surveys.

Objective To estimate the prevalence, correlates, and treatment patterns of bipolar spectrum disorder in the US population.

Design Direct interviews.

Setting Households in the continental United States.

Participants A nationally representative sample of 9282 English-speaking adults (aged 18 years).

Main Outcome Measures Version 3.0 of the World Health Organization's Composite International Diagnostic Interview, a fully structured lay-administered diagnostic interview, was used to assess DSM-IV lifetime and 12-month Axis I disorders. Subthreshold BPD was defined as recurrent hypomania without a major depressive episode or with fewer symptoms than required for threshold hypomania. Indicators of clinical severity included age at onset, chronicity, symptom severity, role impairment, comorbidity, and treatment.

Results Lifetime (and 12-month) prevalence estimates are 1.0% (0.6%) for BP-I, 1.1% (0.8%) for BP-II, and 2.4% (1.4%) for subthreshold BPD. Most respondents with threshold and subthreshold BPD had lifetime comorbidity with other Axis I disorders, particularly anxiety disorders. Clinical severity and role impairment are greater for threshold than for subthreshold BPD and for BP-II than for BP-I episodes of major depression, but subthreshold cases still have moderate to severe clinical severity and role impairment. Although most people with BPD receive lifetime professional treatment for emotional problems, use of antimanic medication is uncommon, especially in general medical settings.

Conclusions This study presents the first prevalence estimates of the BPD spectrum in a probability sample of the United States. Subthreshold BPD is common, clinically significant, and underdetected in treatment settings. Inappropriate treatment of BPD is a serious problem in the US population. Explicit criteria are needed to define subthreshold BPD for future clinical and research purposes.


Author Affiliations: Intramural Research Program, Section on Developmental Genetic Epidemiology, National Institute of Mental Health, Bethesda, Md (Dr Merikangas); the International Mood Center, University of California San Diego and VA Psychiatry Service, San Diego (Dr Akiskal); Zurich University Psychiatric Hospital, Zurich, Switzerland (Dr Angst); Analysis Group, Boston, Mass (Mr Greenberg); Department of Psychiatry and Behavioral Sciences, University of Texas Medical Branch, Galveston (Dr Hirschfeld); and Department of Health Care Policy, Harvard Medical School, Boston (Drs Petukhova and Kessler).

miércoles, mayo 09, 2007

Asociación Psiquiátrica de Guatemala

Para todo momento de ANGUSTIA...
SIEMPRE hay una SALIDA!

Nosotros le ayudamos a encontrarla...


La Asociación Psiquiátrica de Guatemala (APsG) le ayuda con atención especializada, a precios accesibles, a enfrentar problemas de ansiedad, depresión, tristeza, problemas del sueño, miedo...

Consulta previa cita, llamando a los teléfonos (502) 2331-5376 y 2331-5395.

APsG, ubicada en la Avenida de la Reforma, 1-90 de la Zona 9, oficina 201. Ciudad de Guatemala, Guatemala.

Respondiendo a estas sencillas preguntas podrá saber si usted o alguien cercano necesita ayuda profesional:

a. ¿Se siente frecuentemente triste, solo y con desesperanza?

b. ¿Piensa que sufre de angustia, nerviosismo y no goza ni de las pequeñas cosas de la vida?

c. ¿No duerme bien, se despierta de noche y está cansado al amanecer?

d. ¿Le cuesta concentrarse en sus actividades y, sobre todo, poner atención a los detalles?

e. ¿Ha perdido el apetito y el interés por la vida?

f. ¿Siente miedo?

Si usted o una persona amiga responde a tres (3) de las preguntas con un SI, nosotros podemos ayudarle a que viva su vida satisfactoriamente. Llámenos!



Nota:
El Grupo de Jóvenes con Trastorno Afectivo Bipolar de Guatemala, agradece el apoyo que la APsG le brinda.

El trastorno del espectro bipolar es poco reconocido

Por Robert Preidt
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare


El trastorno del espectro bipolar podría ser poco reconocido y muchas personas que tienen la enfermedad no reciben tratamiento adecuado, según sugiere una investigación estadounidense reciente.

El estudio, que aparece en la edición de mayo de la revista Archives of General Psychiatry, analizó datos de una encuesta sobre trastornos mentales entre casi 9,300 estadounidenses a partir de los 18 años de edad.

Identificó las tasas de prevalencia de tres subtipos del trastorno del espectro bipolar.

Éstos son:

Bipolar I. Considerada la forma clásica de la enfermedad, en la que los pacientes experimentan episodios recurrentes de manía y depresión.

Bipolar II. Los pacientes experimentan una forma de manía más leve, llamada hipomanía, que alterna con episodios de depresión.

Trastorno bipolar no especificado (TBNE), también llamado trastorno bipolar por debajo del umbral. Los pacientes tienen síntomas maníacos y depresivos, pero no cumplen con los estrictos criterios de un tipo específico de trastorno bipolar, según el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales.

El bipolar I y el bipolar II ocurren cada uno en alrededor del uno por ciento de la población de los EE.UU., mientras que el TBNE ocurre en alrededor del 2.4 por ciento de la población, según el estudio. Los investigadores señalaron que sus hallazgos corroboran estudios anteriores que sugerían que el trastorno bipolar podría ser mejor caracterizado como un trastorno de espectro.

El estudio encontró que entre el 89 y el 95 por ciento de los pacientes de bipolar I o bipolar II, y el 69 por ciento de los pacientes de TBNE recibían algún tipo de tratamiento. Sin embargo, muchos de ellos recibían tratamiento para afecciones psiquiátricas coexistentes (como ansiedad, depresión o abuso de sustancia) en vez de tratamiento para el trastorno bipolar.

Muchos de los pacientes recibían tratamientos considerados inapropiados para el trastorno bipolar, como un antidepresivo u otro medicamento psicotrópico ante la ausencia de un medicamento estabilizador del estado de ánimo como el litio, el valproato o la carbamazepina, señalaron los autores del estudio.

Anotaron que apenas alrededor del 40 por ciento de los pacientes de trastorno bipolar recibía medicamentos apropiados para estabilizar el estado de ánimo, anticonvulsivos o antipsicóticos.

"Una tasa tan alta de uso inapropiado de medicamentos entre las personas que tienen trastornos del espectro bipolar es preocupante. Es potencialmente peligroso porque el uso de un antidepresivo sin el beneficio de un estabilizador del estado de ánimo podría realmente empeorar la afección", afirmó en una declaración preparada Kathleen Merikangas, del National Institute of Mental Health.


Trastorno bipolar - http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/bipolardisorder.html

miércoles, mayo 02, 2007

Mi continua lucha contra la obesidad

Desde niño era algo gordito. Pero cuando me “estiré” en la adolescencia me puse flaco. A los 20 años de edad, cuando el estrés de la vida me empezó a afectar la salud el primer síntoma fue el colon irritable. A los 22 años tuve mi primera depresión fuerte, porque tenía que tomar decisiones muy importantes sobre mi futuro.

Fue a los 28 años que empecé a perder el control sobre mi peso. En parte fue porque estudiaba en el extranjero y era yo mismo el que me preparaba la comida. Además me la pasaba sentado, leyendo, y con muy poco ejercicio. Sobrepasé las 200 libras. Cuando regresé al país tuve mi segunda depresión fuerte, pues me costó encontrar el trabajo que deseaba. Aquí empecé a perder el control sobre mis estados de ánimo.

A los 30 años, cuando el colon irritable se volvió insoportable, fui con un especialista que me mandó una dieta rica en fibra. Sólo el hecho de dejar la leche entera y pasar a la leche descremada me hizo perder bastante peso. En total perdí unas 25 libras, para volver a las 200.

Al año siguiente fui diagnosticado con el trastorno bipolar, mi primer medicamento fue Epival (ácido valproico) y eso me hizo recuperar las libras perdidas. Desde entonces, mi lucha contra este “desorden mental” también se ha convertido en una lucha contra la obesidad. Digo obesidad, porque antes pensaba que era simple sobrepeso, pero un doctor especialista en nutrición me hizo caer en la realidad.

Ciertamente mi estilo de vida no ayuda, poco ejercicio y mucho trabajo de escritorio. Mi dieta no es la óptima, pero tampoco me harto. Hace tres años mi esposa me apoyó para hacer una dieta formal. Perdí 15 libras, pero también perdí el control sobre el humor. Fue muy duro para los dos. He intentado muchas veces empezar un régimen de ejercicios, nadar o caminar. Pero empiezo con ánimo y a la semana ya no puedo continuar.

Mi familia me presiona, no quieren verme gordo y les cuesta entender que los medicamentos no ayudan con eso del peso. Lo cierto es que la gordura ya está afectando mi presión arterial. La semana pasada casi me desmayo en una reunión. La presión estaba muy alta, 130/90. Así que fui nuevamente con mi psiquiatra para ver qué podemos hacer. Su recomendación es dejar el Epival y empezar a tratar con el Geodón (ziprasidona). No sé, me da miedo.

La verdad es que este efecto secundario de los medicamentos me desanima. Ya había hecho un intento de cambio hace ocho meses por la misma razón (estaba tomando gabapentina), pero el medicamento utilizado (Seroquel, quetiapina) no me funcionó para controlar la hipomanía (además tenía fuertes efectos sedativos).

Al final, seguiré en la lucha… pero no será fácil. Hoy peso 224 libras (100 Kgs.) y debería estar en las 190 lbs.

sábado, abril 14, 2007

Psicoterapia Cognitiva para pacientes con TBP: el caso de "Carlos"

A continuación se presenta un resumen sobre el Capítulo 8 del libro El Trastorno Bipolar de Newman et al. Páginas de la 231 a la 264.

Los autores afirman que para pacientes con Trastorno Bipolar (TBP) es necesario un tratamiento que requiere de atención clínica precisa y constante, es decir, asistir a sesiones con un psicólogo para terapia y con un psiquiatra para todo lo que tenga que ver con los medicamentos.

El Caso de Carlos *

El tratamiento inicia con un diagnóstico a través de una entrevista y cuestionarios. Luego preguntas sobre su vida y pasado.

En el caso de Carlos, su padre bebía mucho y tenía muy mal carácter, también era infiel a su mamá. La madre de Carlos cayó en una depresión suicida y Carlos se convirtió en su cuidador, confidente y psicoterapeuta. Carlos le comento al doctor que había perdido el control y que sentía que era un esclavo de sus cambios de humor, que siempre había sentido emociones extremas (igual que su padre) y que se intensificaron desde que se casó. También tenía impulsos suicidas, aunque nunca se había dejado llevar por esos impulsos.

El doctor le explicó a Carlos que era una enfermedad familiar y que refleja importantes desequilibrios bioquímicos que aparte de la manía y depresión pueden provocar impulsividad, ira, tendencias suicidas e hipersexualidad. Le dijo que este trastorno exige medicación y ayuda psicológica para adoptar una actitud constructiva ante la vida y así sentir menos estrés, estar más seguro de sí mismo, resolver sus presiones del trabajo, conflictos familiares y problemas matrimoniales, en resumen, mejorar su calidad de vida.

Carlos fue a varias sesiones con un psicoterapeuta, le recetaron Litio y Depakote. Le comentó su descontento con su esposa y necesidad de buscar otras mujeres. Primero el terapeuta le dijo a Carlos que hiciera una lista con tantos recuerdos como pudiera, es una de las técnicas más básicas e importantes de la psicoterapia cognitiva, "el registro diario de pensamientos”, para que lo usara siempre que se sintiera enfadado o herido.

Tras dos o tres meses de tratamiento Carlos se había estabilizado, aún así era necesaria una vigilancia constante.

Los medicamentos deben tomarse de una forma constante e ininterrumpida, sin embargo Carlos abandonó los medicamentos y tuvo una recaída (nuevamente las infidelidades). Dijo que le quitaba su "toque personal" y hacía que pareciera ese enfermo que no le gustaba su esposa. Entró en depresión. Carlos estaba describiendo un período de impulsividad con un estado de ánimo elevado, inducido o reforzado por el exceso de alcohol. Se sentía culpable de haber fallado y haber roto su compromiso de fidelidad, creía que nunca iba a poder controlar sus impulsos.

Otro tema que preocupaba a Carlos era el tema de la estigmatización. Le dijo que la gente no entiende el trastorno bipolar, que la gente ridiculiza y discrimina a quienes van a ver a un psicoterapeuta. El doctor le dijo que después de todo, si se tomaba la medicación prácticamente nadie sabría nada de su trastorno. El único rechazo sería el suyo. Si continuaba con la medicación podría tener algo de intimidad. Sin embargo si la dejaba y los síntomas volvían con toda su fuerza, sus problemas emocionales se pondrían mucho más de manifiesto y el riesgo de estigmatización sería aún mayor.

El psiquiatra añadió a su medicación una dosis baja de serotonina, pero debía ser controlado para evitar que cayera en un estado maníaco. El doctor le animó a que dedicara más tiempo a dos actividades que le gustaban: tenis y tocar guitarra. A finales del noveno mes de psicoterapia, el estado de ánimo de Carlos era eutímico y estable.

Consejos y técnicas que el doctor le recomendó a Carlos: Imaginar y prever las consecuencias de su conducta, programar menos actividades, pedir opinión a dos personas antes de poner en práctica nuevas ideas, no dejarse llevar por emociones fuertes (como la cólera o el deseo de tener alguna aventura amorosa) y esperar un mínimo de 48 horas antes de actuar.

Luego Carlos y su esposa asistieron a sesiones de pareja. Carlos estaba muy animado. Las sesiones de pareja iban muy bien y dijo que tenía la sensación de haber retomado su vida. Había decidido buscar otro empleo y eso también le ayudó a mejorar, sobre todo con el problema de la infidelidad, puesto que trabajaba en un hotel.

Carlos y el doctor repasaron las señales de advertencia que le indicaban la inminencia de un episodio maníaco o depresivo y esto le permitiría ganar tiempo para poner en práctica las técnicas aprendidas.

Para la depresión: levantarse muy tarde, estar poco comunicativo con su esposa, no tener ganas de tocar guitarra, constantes pensamientos pesimistas.

Para manía: enredarse fácilmente en discusiones, sentir el impulso de hablar por teléfono a unas horas intempestivas, tener una actitud indiferente hacia cosas que deberían preocuparle e intentar conocer detalles personales de otras mujeres.

Carlos proclamó que se sentía dispuesto a encarar el resto de su vida con esperanza y ambición, y a asistir a sus sesiones de control con el psiquiatra.

* Nota de los autores del libro: Carlos, el paciente del caso, es una persona ficticia. Sus características se han modificado para ocultar su verdadera identidad. Sin embargo, este caso y su tratamiento se pueden considerar representativos.

miércoles, marzo 14, 2007

Tributo

En este mes, pero hace 18 años, una hermana de mi madre se quitaba la vida...

Ese día me desperté temprano con el entusiasmo de una actividad importante en el colegio, pues los de último año organizamos una caravana de carros para anunciar nuestra mañana deportiva, la cual sería el día siguiente.

Después de andar con mis compañeros por toda la ciudad, haciendo relajo para llamar la atención, regresé a mi casa, cansado y quemado por el fuerte sol que acostumbramos tener en marzo.

Mi sorpresa fue encontrar varios carros frente a mi casa. Eran mis otros tíos y tías que llegaron a consolar a mi mamá. Al principio no entendía lo que sucedía. Simplemente me dijeron que mi tía había muerto...

Luego, entre rumores, entendí que mi tía se había suicidado. Pero no sabía por qué. Eso lo supe hasta hace algunos años: ella padecía del trastorno afectivo bipolar.

De hecho, mi madre ya había salvado a su hermana de la muerte en una ocasión. Mi tía se había cortado las venas y mi madre llegó justo a tiempo para llevarla al hospital.

Mi tía, a la que todos recuerdan con cariño por su generosidad, había sido diagnosticada como bipolar a una edad avanzada (creo que después de los 40 años). Además, entiendo que no era muy disciplinada con su tratamiento farmacológico y vivía bajo mucho estrés debido a situaciones familiares.

Esta tragedia familiar afectó mucho a mi mamá. Ella vivió de cerca todo el proceso de mi tía, a quien acompañó en todo momento.

Desafortunadamente, mi madre parece que también tiene el trastorno. En realidad, no ha sido diagnosticada formalmente porque ella no quiere ir con un psiquiatra. Sin embargo, con mis hermanas coincidimos en que ella llena todos los requisitos para ser bipolar I. De hecho, estudiando su caso y la enfermedad es que me di cuenta que yo también soy bipolar...

Sirvan esta palabras para recordar a mi tía, quien siempre me trató con ternura y apoyó a mis padres en asuntos económicos para empezar su hogar. Descanse en paz.

viernes, marzo 02, 2007

El Apoyo se consigue Apoyando

Desde hace 4 meses formo parte de un grupo de apoyo para pacientes con trastorno bipolar, el cual fue formado por mi psiquiatra y un entusiasta paciente. Somos 7 miembros, todos con este trastorno en diversos colores y sabores.

En cuatro meses de funcionamiento el grupo ha ido tomando estructura y planteándose actividades ambiciosas para realizarlas a corto y mediano plazo. Todo parecía muy bien con el grupo pero había algo que no me terminaba de cuadrar sobre mi participación, yo quería resultados y frutos concretos para mi lucha por controlar este trastorno…… por ello había sugerido en varias ocasiones cambios en el cronograma de actividades además de haber pensado en repetidas ocasiones abandonar el grupo.

En la última reunión yo llegué con la intención de sugerir un nuevo cambio enfocado a atender y ayudar a solucionar de forma directa las situaciones de entorno que nos afectaban a cada uno. Cuando lo propuse el entusiasta paciente del que les hablaba al inicio, que hoy es sin querer serlo el coordinador del grupo, me llamó la atención sobre mis constantes sugerencias “revolucionarias”. Para él eso quedo allí, pero a mí me dejó dentro esa alerta que me hizo aprovechar mucho más la reunión y llegar a la conclusión que quiero compartir en este artículo y que se ve reflejada en su título.

Al continuar con la reunión el resto de participantes compartió experiencias de familiares que padecen la enfermedad pero no están tratados. Una de ellas compartió su experiencia actual en el ámbito profesional y familiar. Esta era muy preocupante, especialmente porque ella no ha tenido el valor para tomar decisiones que favorezcan su ambiente y, por consiguiente, ayuden al control del trastorno en su persona. Estuvimos casi una hora aconsejándola y animándola a tomar aquellas decisiones que la harían estar mejor. Esa conversación fue la última parte de la reunión. Al despedirme de mis amigos del grupo noté que esta vez no tenia ninguna objeción interna sobre haber ido, me sentía realmente satisfecho. Extraña situación, puesto que no iba con ninguna respuesta a los problemas que me aquejaban...

Fue así como me di cuenta que yo estaba asistiendo al grupo para que me dieran soluciones, sin darme cuenta que el único que puede encontrar esas soluciones soy yo mismo, no siendo el grupo más que una luz y una ayuda para aquel descubrimiento.

Pero principalmente caí en la cuenta que es muy importante el enfoque que uno le de a su participación en un grupo de esta índole. Ví como todos, al aconsejar a nuestra amiga, nos emocionábamos y demostrábamos que nuestros consejos eran ideas que estaban muy arraigadas dentro de nosotros y que, al menos en mi caso, no aplicaba en mi mismo. Estos beneficios sólo pueden obtenerse si uno sale de su propia caparazón para ayudar a otro desinteresadamente, sólo así podremos vislumbrar todo lo positivo que tenemos alrededor de aquella caparazón rota y, meditando uno poco, sabremos cómo aprovecharlo para avanzar nosotros en esta lucha y poder seguir apoyando para recibir un apoyo, buscado sin egoísmo, y dentro de un mismo interés y objetivo: VIVIR CON ESTE TRASTORNO COMO SE VIVE DURANTE TODA LA VIDA CON UNA NARIZ EN MEDIO DE LOS OJOS, POSIBLEMENTE NO MUY AGRACIADA PERO PARTE INHERENTE DE NUESTRO CUERPO Y PERSONALIDAD.

¡Gracias amigos del Grupo Bipolares Guatemala por permitirme vivir esta aventura a su lado!

domingo, febrero 25, 2007

Recuerdos desde niño: ¿cuándo apareció la enfermedad?

Me diagnosticaron como "bipolar II" a los 31 años de edad. Pero esto no quiere decir que empecé a padecer la enfermedad a esa edad. Al menos, recuerdo mi primer episodio de depresión prolongada a los 22 años.

Reflexionando un poco más, podría ser que desde niño ya había manifestado algunos síntomas. Recuerdo que varias noches no podía dormir debido a unas pesadillas abstractas. Yo le llamaba "palitos" a unas líneas que veía venir hacia mí durante el sueño. Su velocidad cambiante me asustaba. Pienso, ahora, que era el cerebro que no descansaba durante la noche. Me iba a dormir a la cama de mis padres y me quedaba tranquilo.

Desde muy niño, a los 9 años, ya era capaz de escribir con buena prosa. A esa edad gané un concurso de oratoria en el colegio. Desde entonces, hasta la graduación, fui el encargado de todos los discursos de la promoción. Por cierto, ese primer ensayo era sobre la familia, pero lo destruí después que mis padres tuvieron una pelea.

Esas frecuentes peleas de mis padres eran mi principal fuente de estrés. Creo que realmente me deprimían. El papel de hijo mayor me pesaba demasiado y lo ejercí con seriedad desde los 7 u 8 años. Era el intermediario, el que buscaba la reconciliación.

En el colegio siempre fui brillante. El primero de la clase. Las maestras de primaria, y luego los profesores de la secundaria siempre me mostraban admiración. Mis compañeros, algunos respeto, otros envidia. Pero hasta ahora entiendo que posiblemente mi inteligencia está ligada con este trastorno...

Otro síntoma. A veces tenía delirios de grandeza, sobre todo asociados con cuestiones religiosas. Esto influyó en mi vida de adolescente y me llevó a tomar decisiones radicales. A los 17 años ya pensaba seriamente en la vida religiosa, y a los 19 años decidí dejar mi familia y país para emprender una aventura como "predicador".

No lo sé. No estoy plenamente seguro. Pero podría ser que desde niño ya manifestaba algunas características de las personas con Trastorno Afectivo Bipolar. ¿Cómo ha sido su experiencia?

viernes, enero 26, 2007

Grupos de ayuda mutua: un oasis en el desierto

A uno de mis mejores amigos le conté que con otros jóvenes afectados por el Trastorno Afectivo Bipolar habíamos iniciado un grupo de apoyo mutuo. Con su agudo sentido del humor, y conociendo que la enfermedad consiste en oscilaciones de ánimo entre la euforia y la depresión, me preguntó: “¿Qué hacen durante las sesiones del grupo? ¿Unos días lloran todos juntos y otros días ríen al unísono?”

Simplemente me sonreí, pensando si su comentario no resultaba ser un poco cruel. Pero luego celebré la ocurrencia porque caí en la cuenta de que, efectivamente, podría darse el caso en que las crisis que algunos compartimos con el grupo puedan afectarles a otros. De hecho, recientemente una compañera del grupo nos contó sus problemas y al final de su mensaje dijo: “Gracias por escucharme y apoyarme, espero no haberlos deprimido.”

También, hace algunos días, me llamó otra persona del grupo para contarme su crisis, que incluso ameritó hospitalización. Me preocupé por ella, pero intenté que eso no me afectara a nivel personal, pues bastante hacemos con llevar el estrés de nuestra propia existencia.

Pensando en un caso semejante, se me ocurría que las reuniones de los bipolares corren el riesgo de ser algo así como una reunión de Alcohólicos Anónimos en un bar. Por eso se necesita cierta orientación profesional.

En nuestro caso contamos con el apoyo de un psiquiatra que nos ve a varios del grupo en su práctica privada. El nos ha dado una serie de lineamientos que sirven de orientación para que la ayuda mutua sea efectiva. Generalmente, en un grupo como éste, los miembros llegan a tener cierta confianza entre ellos para contarse sus problemas y llamarse en situaciones de crisis. Ante la llamada de una persona en crisis, quien responde debe seguir las siguientes reglas:

1. Escuchar. Se debe permitir a la persona en crisis que exprese sus sentimientos con total libertad.

2. Validar. Es importante mostrar empatía con la persona en crisis respecto a sus sentimientos. Debemos ser como un espejo que refleja lo que la otra persona siente.

3. Evaluar. Se debe preguntar a la persona en crisis el tiempo que lleva sintiéndose de determinada manera, y cómo esa situación le ha afectado en su funcionalidad en el trabajo y en el resto de relaciones sociales.

4. Recordar. Es necesario ayudar a la persona en crisis a retomar estrategias alternas para enfrentar la situación en la que se encuentra. Por ejemplo, debemos recordarles la importancia de estar ocupados y tener compañía.

5. Referir. En casos de emergencia, es decir, cuando la persona en crisis está muy afectada en su funcionalidad social (por ejemplo, deja de ir al trabajo), o tiene ideas suicidas, se debe invitar a la persona a que llame a su terapeuta.

domingo, enero 21, 2007

Encontrar iguales es gratificante

Decir ‘Trastorno Bipolar’ es decir ‘acabo de estigmatizarme’. La gente no entiende, ni tiene porqué entender, de variaciones humorales. Una vez pronunciado el diagnóstico se cierne sobre ti un halo de ‘lastima’ y de ‘duda’. Ya no eres el mismo para los demás. Has dado paso a tu sentencia: ‘Estás loco’. Loco, si no de atar, loco de ‘desconfiar’. Ya nadie te mira como antes. Nadie confía en tus palabras. Nadie te presta atención a los razonamientos. Nadie te cree capaz. Nadie te cree estable, ni eutímico (eso ya es ‘palabra mayor’). Pasas a ser ciudadano de segunda, si alguna vez lo fuiste de primera.

No ya ‘nadie’, universalizando, sino ‘ni alguien’, particularizando, ni el mismo médico que te atiende. Ves en la cara del galeno lástima y desconfianza en un intento administrativo de humano vigilante que no sabe disimular su preciada atención que no por ello debe tener matices desdeñables.

Visto lo cual, empiezas a buscar tus iguales. Aquellos iguales que saben que ese día que te levantas desanimado no necesariamente significa que has cogido la vía de la depresión. Que el desánimo puede deberse a que no tienes amigos comprensivos, que no tienes una ‘razón de ser‘que te sustente el alma. Aquellos iguales que saben que si estas exultante es porque ese día, o algunos otros, has encontrado esas deficiencias, aunque sea de manera efímera. Aquellos iguales que, por experiencia propia, saben que en la gráfica anímica de un bipolar no solo existen ondas o sierras que marcan la depresión o la manía a ambos lados de una línea artificiosa de eutimia, sino que tambien hay vectores multidireccionales que corresponden no solo a las concentraciones de los neurotransmisores cerebrales sino tambien a los estados del alma encontrada o desencontrada con el éxtasis.

Buscar iguales se convierte en un afán imprescindible del bipolarizado. La soledad obliga a ello. Una falta y a la vez consciencia de identidad le empuja a esa búsqueda. Existen otros. Los encuentra en asociaciones, páginas Webs, en la calle…El mundo está lleno de ellos. Encontrarlos es un consuelo. Comunicarse con otros del mismo sentir proporciona cierta seguridad. Ellos, los otros, saben como eres. Saben de tus penas y alegrías. Saben que eres ‘normal’ y no un humano etiquetado con un título del DSM. Con ellos te sientes algo a salvo. Esos otros pueden incluso contagiar o despertar tu esencia adormecida por los altibajos emocionales. Encontrar iguales es gratificante.

Fuente: bipolarneuro.com

domingo, diciembre 24, 2006

Depresión durante las Fiestas de Fin de Año

Un amigo, estudioso de la sociología de la religión, me dijo hace tres meses una frase que aun resuena en mi cabeza: "El principal obstáculo para la auténtica espiritualidad es la religión".

Hoy, 24 de diciembre, trato de reflexionar un poco sobre esa frase. Recuerdo que hace un año acompañé a mi esposa y a su familia a la misa de Navidad. No la pasé muy bien. De hecho, me aburrí mucho y mi mente se la pasó criticando al cura, quien no preparó su predicación. Así que este año he decidido no acompañarles. Me quedaré en casa escribiendo estas líneas, tratando de reconciliarme con mi ser espiritual.

A veces, estas fechas son propicias para deprimirse... Los recuerdos de la niñez afectan a muchas personas. El papá ausente, o el familiar alcohólico, o alguna otra tragedia son motivo suficiente para un "bajón". Es comprensible, el contexto nos ayuda a recordar.

Sin embargo, pienso que la depresión (unipolar o bipolar) podría explicarse por el estrés intrínseco de las fiestas. Compras de regalos, tránsito insoportable, problemas financieros, peleas familiares, e incertidumbre sobre un nuevo año que se aproxima. Además, las fiestas se prestan para abusos que no nos ayudan: desvelos, consumo de alcohol, y falta de ejercicio.

Personalmente, veo que mis seres queridos se afanan en la compra de regalos. Yo mismo me siento atrapado por la ola consumista. Quisiera escapar de ella, pero no puedo. A última hora me decido a comprar algún regalito para no decepcionar a quien lo espera. Esto de satisfacer expectativas definitivamente me estresa.

Por otro lado, estos días, mi familia vive con mayor intensidad la separación de mis padres. La organización para pasar con cada uno de ellos algún tiempo de calidad y no sentirnos "malos" hijos... es todo un estrés "Clase A".

En fin, una Navidad más. Un poco de nostalgia, pero nada serio. Anoche dormí bien, gracias a las pastillas que me recetó el doctor para casos de emergencia (zolpidem, Ambien en EEUU o Stilnox en América Latina). Así que estoy de ánimo para afrontar las 12 campanadas, pero no tanto como para ir a misa.

Sigo en mi lucha contra la religión, para encontrar la auténtica espiritualidad.